miércoles, 23 de noviembre de 2011

DAME UN BESITO


-¡hola!

-¡hola!

-¿qué te pasa que tienes esa cara?

-estoy histérica perdida.

-¿qué pasa?

-no sé porqué me meto en estos berenjenales, siempre me arrepiento.

-no será para tanto.

-para más. ¿Me echas una mano? Mira como tengo la cocina.

-vale ¿qué hago?

-fregar.

-relájate un poco anda, que son tus hermanas, tu familia.

-si no fuera porque necesito el dinero, los invitaría a comer por ahí. ¡TEN UN POCO DE CUIDADO! NO ME SOBRAN LOS PLATOS.

-no será para tanto.

-para más.

-¿te falta mucho con la comida?

-no, ya está todo organizado. ¿Puedes pasarte por la tienda? Falta el pan, ya que vas podías traerme algo de jamón del bueno, ese que tiene Idoia guardado, dile que es para mí. Un poco de pate, también por si acaso. Tostadas, no me apetece hacerlas. ¡ANDA CON UN POCO DE CUIDADO POR FAVOR!

-¿Cuántos somos? ¿Por cierto estoy invitado?

-¡no digas bobadas! Si vienen todos somos doce.

-ahí hay comida para veinte.

-más vale que sobre que no que falte, como sigas así tendremos que comprar platos.

-huele bien.

-mejor sabrá.

-¿un vermut? Vamos a relajarnos un poco.

-primero la mesa ¿la vas poniendo mientras yo acabo?

-¿alguna manía en especial?

-no tengo manías, solo me gustan las cosas bien hechas.

¡Quien me mandará a mi meterme en estos berenjenales! Con lo a gusto que estoy sola, a mi aire. Es mi cumpleaños, lo voy a celebrar en familia, uno más. Miguel no me ha felicitado ¡qué frio! Con lo detallista que es a veces, a lo mejor es culpa mía, no lo he recibido muy bien. ¡Pobre!

-¡alcalde, guapo! ¿Ese vermut? ¿PERO CÓMO PONES ESE MANTEL? ¿NO VES QUE TIENE MANCHAS AMARILLAS?

-¿Por qué lo guardas si está sucio?

-déjalo, da  lo mismo.

-ponemos cosas encima de las manchas ¿de qué te ríes loca?

-déjalo estar. Dame un besito.

-dos, uno de buenos días, el otro para felicitarte.

-debería de picar algo, el vermut me sube enseguida.

-¿aceitunas?

-vale.

-ya tienes mejor cara.

-¿sabes que eres el alcalde más guapo del mundo?

-no bebas más que estas empezando a decir chorradas.

-lo digo en serio. Dame un beso. Me estoy poniendo tonta. ¿Me quieres a pesar de ser una cascarrabias?

-claro que te quiero cascarrabias. ¿Tú me quieres a mí?

-mucho. No lo digo solo porque esté un poco piripi, es así, el alcohol solo me ayuda a decir lo que siento.

-felicidades cascarrabias.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

domingo, 20 de noviembre de 2011

GUERRA A LOS BANCOS Y CAJAS


-hoy hablando con Luisa me he sentido en el punto de mira de todo el pueblo.

-tendrás que acostumbrarte a ello, más vale que nadie se entere de que eres morosa recurrente en el ayuntamiento.

-¡ya estamos! ¡Que ya voy a pagar!, no me comas la oreja. Luego saco el dinero te lo doy a vas tú a pagar.

-¿qué te cuesta entrar a pagar?

-voy a entrar a sacar dinero, porque no tengo más remedio, no tengo tarjeta. Pero no pienso pagar, paga tú.

-¿porqué esa cabezonería?

-estoy en guerra con los bancos, no pienso acatar sus normas, por muchas trabas que me pongan a la hora de ir a pagar recibos, no pienso domiciliar ningún pago. Todo el mundo debía de hacer lo mismo, no son más que artimañas para sacarte dinero, para gestionar el dinero ajeno, yo decido cuando y como pago, no ellos.

-nadie regala nada, pero es más cómodo.

-de mi no van a sacar nada, por mi como si se hunden. Mi dinero lo gestiono yo, no ellos. Voy una vez al mes a sacar lo necesario para mis gastos diarios y punto.

-si lo haces bien, no le veo el problema. Lo difícil es calcular lo que vas a gastar.

-no, yo lo tengo calculado, todos los días me gasto lo mismo, sin salirme del presupuesto.

-¿nunca te das un capricho?

-de vez en cuando, eso también lo tengo calculado. Salgo de casa siempre con el mismo dinero, siempre hago lo mismo, si cuando voy a pagar el café, alguien se ha adelantado, que conste que eres el único al que se lo he permitido, ese dinero lo meto en la hucha, si en la tiendo me gasto menos de lo que esperaba, el sobrante a la hucha, al final de mes, el caprichito. Hace tiempo lo pasé muy mal con el dinero, no voy a permitir que se repita si de mi depende.

-Vale, ahora te propongo pasar el día por ahí, hoy es domingo, no puedes sacar dinero ¿cómo te las arreglas?

-en casa tengo dinero, ¿Dónde está el problema?

-te saldrías del presupuesto, tus cuentas son ficticias.

-primero pienso si merece la pena salirme de mi rutina, en este caso sí, como soy muy comedida gastando, me lo puedo permitir, siempre dentro de unos límites. El descontrol me produce mucha inseguridad, si yo llevase tarjeta dejaría de controlar. Solo llevo en la cartera el dinero que me puedo gastar ese día, si hay un extra llevo más, pero siempre controlado.

-Ya me he dado cuenta que te descontrolas en cuanto sales de la rutina. Lo del dinero lo haces bien.

-sí, tiendo a descontrolarme, eso me produce una inseguridad tremenda, por eso intento ser tan metódica con todo. Este pueblo es mi refugio, me ayuda a controlar mi vida.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

miércoles, 16 de noviembre de 2011

ARRECHUCHATE


-se puede saber porqué no tienes chimenea como todo el mundo, está la casa helada.

-porque me resulta más fácil darle a un botón.

-pues a ver a qué botón le das ahora.

-me lo pones fácil.

-perdona guapo, que yo no iba por ahí.

-arrechuchate más, calor humano es lo que necesito.

-no andarás pensando en que me quite la ropa,  ni de coña majo. Unos tronquitos nos vendrían muy bien, tantos modernismos, ni leches en vinagre, haz una fogata en mitad de la sala. ¡Coño qué frio! Con lo que he dejado en la entrada de mi casa, menuda hoguera que podemos hacer.

-¡la que habrá liado! No se te puede dejar sola.

-no haberte ido.

-chavala, no provoques, ahora que eres la alcaldesa consuerte, tienes que aprender a comportarte como Dios manda. No puedes hacer lo que te dé la gana por que sí.

-pues eso es lo que a mí me gusta, que lo sepas.

-ya he pagado tus viñetas, con recargo y todo. Tienes sin pagar las basuras de tres años, las viñetas de dos. ¡Que no se puede ir así por la vida! no me mires con cara de no a ver roto un plato en la vida, que no te vas a librar de pagar. Hasta ahora te has librado, no he querido molestarte.

-vale, vale, no me comas la oreja, te doy número de cuenta y ya está.

-no, como castigo por morosa recurrente, vas a ir al banco a pagar, luego si quieres domicilias los pagos.

-no, no pienso domiciliar nada, estoy enfadada con los bancos. No tengo más que una cuenta, solo por no tener el dinero en casa. Como busque la forma de tener el dinero bien guardado sin utilizar los bancos, lo hago, de mi no van a sacar ni un duro.

-arrechuchate, subversiva ¿no dices que tienes frio? ¿No sabes hablar sin moverte tanto? ¡Vaya movimiento de manos que tiene ella! Arrechuchate y estate quietecita.

-¿cenamos? Me comía una vaca ahora mismo.

-luego, vamos a entrar primero en calor.

-pues yo tengo hambre, llevo todo el día sin comer.

-te descontrolas a la mínima, vamos a dejar los temas serios. Lo que me mi me apetece es jugar, te he echado mucho de menos.

-tienes las manos frías. Si no nos hemos visto es porque tú no has querido.

-cuando más te conozco, más me sorprendes.

-no se puede juzgar a nadie sin conocer

-yo no te juzgo, solo te vigilo. Arrechuchate, que te doy calor.





Hasta mañana. Agur



MARIAN

martes, 15 de noviembre de 2011

TOCA PERDIR DISCULPAS


Espero media hora a que se le pase un poco el mosqueo. Le llamo. No me coge. Mierda, pienso. Este no es Manuel, al que podía decirle de todo, es más él provocaba para que yo soltase cualquier cosa por mi boquita.

Salgo a buscarlo, no pienso dejarlo así, tengo que arreglarlo ahora mismo.

No lo veo por ningún lado me he recorrido cada calle del pueblo, ni rastro. Voy al ayuntamiento, nadie sabe nada. Una que no ha nacido ayer, pide que le llamen dese ahí, que me he dejado el móvil en casa. Su respuesta: que me llamará más tarde, que está muy ocupado. Ni me ha dado oportunidad de ponerme.( él tampoco ha nacido ayer)

Me voy a casa impotente, no puedo hacer nada, si él  no quiere hablar conmigo, solo me queda esperar. Y espero, limpiando, sacando muebles a la calle, todo a la basura, pienso. Se acabó, tengo que renovar todo, ¡todo! Limpieza absoluta, no puede quedar nada de lo que Manuel y yo utilizábamos, solo voy a dejar unos muebles antiguos que ya estaban cuando él compró esta casa, me vendrán bien para mi nuevo proyecto, los voy a arreglar yo.

Arrastro el sofá hasta la calle, la mesa de la sala, una mesita que me trae miles de recuerdos, que saco de mi cabeza con lágrimas en los ojos, el sillón donde yo me sentaba a simular que leía, cuando lo único que hacía era mirarle ¡a la calle! La alfombra en la que tantas veces nos tumbábamos delante de la chimenea, prefiero no recordar lo que hacíamos ¡fuera! Abro armarios. Los vacío sin mirar lo que hay, no quiero saber nada, voy a partir de cero. No sólo con la panta baja, todo lo que tenga que ver con él, ¡a la calle! No hay más que hablar. Me importas tanto, te quise tanto, soy tan fiel, que no puedo meter a otro hombre en mi casa si están tus cosas, lo siento pero a la calle. ¡Vaya arrebato que me ha dado! No es un arrebato, es algo que tenía que haber hecho hace tiempo, pues ya llegó el momento. Quiero a Miguel en mi vida.

Llega la noche, sigo sin tener noticias de Miguel, he estado tan ocupada, que casi lo he olvidado, no a él, si no a su enfado. Llevo todo el día hablando con él, como si estuviera a mi lado, ahora quiero que venga, voy a hacer lo que haga falta. Le llamo. Me coge ¡por fin!

-¡hola!

-hola

-¿qué haces?

-estar en casa.

-¿podemos hablar?

-eso espero.

-voy o vienes

-estoy cansado, prefiero que vengas.

-lo que tarde.

En cinco minutos estoy llamando a su puerta.

-¿por qué no abres con tu llave?

-porque no me parece correcto.

-pasa, consuerte., arias inseguridad.

Voy directa al sofá, la casa está fría, me tapo con la manta.

-échate pa´ya, culona, comparte. ¿Por qué me has dicho semejante barbaridad? Yo alucino contigo, no te acuestas conmigo por interés, el dinero te la repampimfla, por muchas vueltas que quiera darle a la única conclusión que llego: solo pretendías fastidiar y yo pregunto por qué.

-¿ahora qué te digo? Acabas de desmontar la parrafada que te iba a echar.

-no me cuentes lo que ya sé, ¿porqué estabas tan rabiosa?

-no lo sé ni yo. No quiero ningún trato de favor, pero me hubiera gustado que la conversación hubiera sido distinta. Ese papel lleva tu firma, hubiera preferido que me lo dieras tú.

-¿eso es todo? Bien pues mañana te traeré alguno más, eres una morosa en el ayuntamiento ¿porqué?

-no lo sé – digo riendo- me da rabia pagar.

-pues tienes un gran problema.

-ya. ¿Cuándo pasa el camión de los trastos?

-hay que llamarle ¿porqué?

-he sacado un montón de cosas fuera.

-¿tú crees que las normas sirven para algo?

-sí, para no seguirlas.

-tienes un gran problema, culona.

-¿estoy perdonada?

-sí, pero no se te ocurra volver a faltarme al respeto.

-no volverá a ocurrir. Lo siento.

-arrechuchate pacá.

-a mí ya me pones las pilas, ¿por qué no se las pones a la compañía eléctrica?

-ya lo he hecho.

-así me gusta. ¡Alcalde guapo!



Hasta mañana. Agur



MARIAN

lunes, 14 de noviembre de 2011

¡NO PIENSO PAGAR!


Seguimos sin luz ¿cómo es posible que pasen estas cosas en pleno siglo XXI? ¡Hasta Miguel está empezando a tener cara de enfado! Cuando sea mayor quiero ser como él, jajaja.

Es un hombre increíble, nunca lo hubiera imaginado. Por algo lleva de alcalde diez ocho años, por su saber estar, por su integridad, es justo lo contrario de cualquier político, con perdón para quien se sienta ofendido, pero es así. Él no se define como político, si no como gestor, pues es un buen gestor, además de buena gente.

Un inciso, viene hoy el alguacil, es la persona que sirve para todo, tiene el cielo ganado, a lo que iba, me trae un papel y me dice.

-del ayuntamiento te reclaman esto.

Miro el papel que me pasa, después de limpiarme las manos que las tenia embarradas, las viñetas de los dos coches, que no se el porqué están sin pagar, despistes míos, encima con un veinte por ciento más. Miguel estaba en la cocina almorzando, le dejo el papel encima del plato.

-¡tú de qué vas! – Digo haciéndome la indignada- que te has creído tú que te voy a pagar un veinte por ciento más.

-haber pagado cuando te correspondía.

-un despiste lo tiene cualquiera, no es justo. No pienso pagarte ni un céntimo más.

-¿tienes dinero para pagar?

-¡POR SUPUESTO!

-pues sin chillar, paga.

-¡que te lo has creído tú! –lo chungo es que me estoy mosqueando de verdad, intento disimularlo.

-si tienes problemas para pagar, pásate por el ayuntamiento y lo hablas, si no, paga.

-¡ya pagaré no te preocupes! Por dinero será. Mira, tengo tanto que se me cae de los bolsillos.

Digo controlando la rabia que me sale de dentro. Me mira sin saber qué es lo que me pasa.

-ahí te ha dolido. Si te duele pagar un recargo ¿porqué no pagas cuando te corresponde? No lo entiendo.

Siento tanta rabia en ese momento que no controlo lo que digo.

-¡QUE PASA ¡¿NO VALE DE NADA QUE ME TIRE AL ALCALDE?

Se levanta de la mesa y se va. Me hundo en mi propio barro y lloro, lloro dolida por mis propias palabras.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

domingo, 13 de noviembre de 2011

IRÉ ENCANTADA


Seguimos sin luz, la noche va ganando terreno. La oscuridad de la casa me impresiona, me llega un extraño olor que no se definir, será cosa de la humedad, pienso. Bajo las escaleras a trote, freno al notar el barro de nuevo en mis pies desnudos, siento asco, temor a que me engulla. ¿Por qué me habré quitado las botas? Acelero el paso y salgo pitando de la casa. Creo que voy a tardar en volver, es la segunda vez que tengo esa sensación, pero sé que volveré mañana, tengo muchas cosas que hacer, mucho que limpiar, tirar, ordenar, voy a cambiar la casa por completo. Sí, mañana tempranito aquí estaré, tengo muchas cosas que hacer.

No veo a Miguel, que se suponía me esperaba, la visión de su todo terreno me tranquiliza, muy lejos no andará. Le veo hablando con Vicenta, respiro tranquila, me acerco con la maleta en la mano.

-¿te vas?

Pregunta Vicenta con cara de susto.

-no, pero no me voy a quedar en casa tal y como está, Miguel me ha invitado a su casa.

-puedes quedarte aquí si quieres.

-no es necesario, gracias.

-tengo la cena casi lista, agua caliente para que os podáis duchar, de la electricidad se está encargando Ramón, está enchufando el aparato ese que tiene que tanto ruido hace, pero que viene bien en estos momentos.

-no es necesario, gracias- respondo con ganas de irme.

-nos quedaremos encantados, Vicenta, nos vendrá estupendamente esa ducha con agua caliente, por no hablar de la cena, casi no hemos comido,  con olorcito que me llega se me está haciendo la boca agua. Voy un momento a casa a por mis cosas.

Vicenta sonríe complacida.

-no me apetecía nada quedarme, estoy cansadísima. Con la cantidad de cosas que tengo que hacer mañana, prefería irme a la cama lo antes posible.

Me quejo, camino de su casa.

-mira, consuerte, este pueblo, pecará de muchas cosas, pero ante una desgracia, todo el mundo actúa, se solidariza, cada uno hace lo que puede, Vicenta y Ramón son dos personas mayores, no pueden ir a achicar agua o limpiar el barro de las calles, pero quieren colaborar, así que hay que darles la oportunidad.

- lo siento, tienes razón. Iré encantada.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN




sábado, 12 de noviembre de 2011

PASADO O FUTURO, LAS DOS COSAS SON INCOMPATIBLES.


Cansada, con cierto animo, esperanzada, con Miguel a mi lado y tres personas más (las que entran en el todo terreno)mojada hasta la ropa interior, con sabor a barro en mi boca, intento acercarme a mi casa, el agua se va retirando poco a poco, lo suficiente para dejarnos pasar con el vehículo de Miguel. Mirando por la ventana llegan retazos de recuerdos, ¿Cuántas riadas he vivido? Muchísimas, la casa de mis padres está cerca de un río, estaba en un alto, nunca se anegó, pero nos quedábamos aislados, solo podíamos salir del barrio por el monte, cosa que hacíamos encantadas, ese día había fiesta. Desde muy pequeñas mi madre nos llevaba a ver la riada, nos poníamos un chubasquero, katiuskas que nos quedaban grandísimas, mirábamos desde la seguridad del monte, sabiendo que nuestra casa siempre quedaba a salvo, volvíamos mojadas hasta las bragas, como ahora, pero felices por la aventura. ¿Cómo ahora? Ni de coña. Ahora mi casa sí que puede haberse visto afectada, ¡el coche! ¡Que me lo acabo de comprar! Y ¡mi pitti, pitti! Dios mío ¡no me hagas esto! Acabo de recuperar esa reliquia de coche, me he gastado una pasta, solo por conservarlo. Se me revuelve el estómago, ¡qué asco de vida!

Voy llegando y cierro los ojos, no quiero ver, hay barro por todos los lados. ¡Dios qué angustia! El motor para, no quiero mirar.

-Marian, abre los ojos, mujer.

Tengo ganas de llorar.

Escucho la voz de Fermín.

-Mariaaanaaaa ¡qué no es para tanto! ¡La película que se estará haciendo! Mira tu casa cojones.

-no le hables así, Fermín –dice Miguel

Eso me ha gustado, abro los ojos para mirar al alcalde no a mi casa. Sonrío agradecida, no era necesario, conozco a Fermín, más bruto que un arado, pero buena gente. Escucho su risa y espero la siguiente burrada que no llega, le miro, está dándole codazos a Luisa.

-que si….-digo mirando a luisa.

-baja, consuerte.

Está todo encharcado, lleno de barro, respiro, el agua a penas ha entrado en la casa. Siento el impulso de quitarme las botas y entrar descalza, los pies es lo único que está seco de mi cuerpo, a mojarse también, pienso. Lo hago. Me doy una vuelta por la planta baja, Miguel tiene razón, momento ideal para hacer una buena limpieza y deshacerme de un montón de cosas.

-no es para tanto, consuerte.

Lloro en sus brazos, sin reprimirme, lloro a gusto y con ganas. Dejando salir toda la angustia vivida en las últimas horas. Me deja hacerlo sin interrumpirme. Lo vivo como otra despedida a mi pasado. El llanto va cesando. Tengo mucho que hacer, estoy perdiendo el tiempo. Se está tan bien en sus brazos, me siento tan comprendida y apoyada.

-consuerte.

-¡qué!

-¿estás bien?

-ahora sí. Tengo un montón de cosas que hacer, voy a dejar de perder el tiempo.

-quedan pocas horas de luz. Podíamos dejarlo para mañana, si tú quieres. ¿Les decimos a todos que se vayan? Mañana será otro día, ya verás, dejará de llover, todo se verá diferente.

-¿me ayudaras?

-por supuesto. Yo y medio pueblo si tú quieres.

-tengo ganas de seguir llorando ¿porqué me pasan estas cosas? ¿Porqué mi vida sigue siendo una catástrofe?

-porque tú te lo planteas así. Tu vida no es una catástrofe, como tú dices, yo diría que tienes mucha suerte.

-por muy animoso que seas es imposible  sacar nada positivo de esto. ¡Pero qué mierda de vida! mira cómo está todo.

-haz limpieza, Marian, saca de tu cabeza y de tu vida lo que te sobra, no terminas de darte cuenta. Quieres seguir con tu vida adelante, pero sigues cargando con el pasado. Pasado o futuro, las dos cosas son incompatibles, tú decides.

-futuro.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

lunes, 7 de noviembre de 2011

¡QUE SI, QUE LOS RUMORES SON CIERTOS!


Emprendo el camino a casa con un nudo en el estómago, después de una larga noche en la que no he podido pegar ojo, ni las dos tilas que me tomé, ni las valerianas, ni la radio, ni los ronquidos de Miguel, nada, no ha habido manera, imposible pegar ojo, aguantando las ganas de volver y saber que ha pasado con mis cosas. En cuanto a amanecido he salido pitando, pero no ha sido posible, no me he atrevido, hay agua por todos los lados. He despertado a Miguel que duerme como un ceporro, le pregunto cómo es posible que duerma de esa manera, me dice que tiene que descansar que hoy va a ser un día de mucho trabajo.

-hay muchas cosas que hacer, de momento desayunamos, con él estómago lleno se piensa mejor.

Me desespera su parsimonia, su forma de tomarse las cosas, el pueblo está hecho un desastre, y él ¡solo piensa en desayunar! Aguanto las ganas de cogerle del brazo y sacarle de casa. Me preparo una tila por acompañarle en su opulento desayuno, mi estómago está cerrado.

-nos espera un día muy largo, consuerte, así que desayuna como Dios manda.

Me dice. Aguantando mis nervios, le informo de que lo único que quiero es ver mi casa, saber que ha pasado con mis cosas.

-ya vamos, porque no comas no vas a solucionar nada.

-me encantaría ver la vida como tú, de verdad ¿estarías igual si tu casa se hubiera inundado?

-a veces viene bien hacer una buena limpieza, ayuda a reaccionar.

-¡qué dices Miguel! Son mis cosas mi vida está en esa casa.

-tu vida eres tú, lo demás se repone.

-me pones negra, me encantaría ser como tú, pero no puedo.

No tengo ganas de discutir con él, así que me cayo y me tomo la tila a sorbitos esperando que haga algo de efecto, necesitaría un valium, ¡me pueden los nervios!

-vamos culona.

Me dice después de encender un cigarro.

-¡estás nervioso! ¡Te pillé! Tú solo fumas cuando estás nervioso.

-vamos culona.

-¡quieres dejar de llamarme culona!

-vale, consuerte.

-no te entiendo, pero déjalo, vamos.

Imposible,  ni acercarme ¡Dios! ¿Porqué me haces esto? porqué ahora, ¡dime! ¿Dime qué coño hago mal para que esto me pase ahora? Háblame dime algo.

-luego volvemos, vamos a ver cómo están otras zonas.

Hago un gesto con los hombros impotente, no puedo hacer nada, mis planes se van al carajo y se supone que tengo que conformarme. No lo entiendo.

Nos acercamos a un barrio, alejado del pueblo, se me cae el alma a los pies, el agua casi se ha retirado pero ha dejado huella. Hay una casa donde el agua ha cubierto la primera planta por completo. Barro por todos los lados, personas que miran su casa desoladas, impotentes ante el desastre.

-aquí esta Miguel.

Escucho, ¡y qué! pienso, ¿qué soluciona eso?

Miguel se baja del todo terreno, saca botas y trajes de agua, abre mi puerta.

-aquí es donde empieza el trabajo, baja consuerte, hay que ayudar.

-vale

Digo aguantando las ganas de llorar, viendo la cara de los vecinos.

-¡Miguel! ¡Gracias por venir!

Sonríe, sin decir nada. Coge el teléfono, empieza a dar órdenes. En menos de media hora, el lugar se llena de gente dispuesta a ayudar. Lo que en un principio parecía una catástrofe, ahora parece una especie de fiesta donde todo el mundo se embarra, ríe, maldice, no se distingue los damnificados de los ayudantes, las botellas de agua pasan de una boca a otra sin reparos, reina el buen humor.

Llena de barro hasta las orejas, miro a Miguel, que me sonríe.

-tu has conseguido esto. La gente te hace caso. Estás hecho un asco, lleno de barro, pero tienes la cara limpia.

Le digo. He olvidado por completo mi casa, mi desgracia, que para empezar no sé si la tengo, puesto que no he podido llegar a acercarme para mirar. Me siento tan bien, que casi me da lo mismo, no son más que cosas, todo se puede reponer, tarde lo que tarde.

-¡guapo!

Roza ligeramente sus labios con los míos, todo el mundo nos mira sonriendo socarronamente.

“¡vale! Que si, enteraros ya, que sí, que los rumores son ciertos, me estoy tirando al alcalde, que sí, que ya se, que es el tercero. ¡Y qué!” me dan ganas de decir.

Hasta mañana. Agur



MARIAN

domingo, 6 de noviembre de 2011

¡IMPRESIONA!


¡Vaya temporal que tenemos encima! Lluvia viento, ¿no decían que necesitábamos agua? Pues ya la tenemos y como siempre en demasía. No hay punto medio. Desde luego el tiempo está rarísimo, hace dos días teníamos veinticinco grados, viento sur. Ahora diez grados, llegó el otoño de repente. Como siempre pasa en este pueblo, temporal oscuridad, no hay luz. Menos mal que tengo velas repartidas por todos los rincones, da un poco de respeto, la verdad. En fin hay que ser valientes, cojo una vela y me voy a la cama, no puedo hacer otra cosa, así que a la cama calentita, intentaré leer.

¡Cómo ruge el rio! Impresiona. Intentaré dormir, aunque con tanto ruido, es difícil, si hubiera luz, pondría la radio ¿porqué siempre me acuerdo de las pilas cuando las necesito? Me voy a cambiar el anillo de dedo, haber si hay suerte y la próxima vez que vaya a la tienda me traigo un buen cargamento de pilas, eso si me acuerdo el motivo del cambio de anillo. Por cierto, no debería llevar este añillo, es una alianza, pero me gusta. Hasta que  lo sustituya por otro no  pienso quitármelo. He dicho. Contaré ovejitas, porque como me dé por pensar en otras cosas termino cortocircuitando mi cerebro, así que una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve…… ¿Cuántas ovejas hay? Me aburro.

¿Qué hará Miguel? Son las nueve, no creo que esté acostado ¿le llamo? Me da cosa, no me gusta molestar. Con lo a gusto que estaría con él en mi cama, seguro que no tendría que contar tontas ovejas, escuchando sus ronquidos me dormiría. Hoy casi no nos hemos visto ¡está siempre tan ocupado! Y yo tan desocupada. En fin. La gente ya murmura sobre nosotros, nos han visto poco, todavía hay dudas, nadie se atreve a preguntarlo directamente, en este caso les contestaría encantada, pero bueno como ya me conocen, informo poco y mal sobre mis cosas, nadie pregunta. ¡Qué sosos! Para una vez que quiero que me pregunten. ¡Sosos!

Voy a contar ovejas de nuevo, una, dos ,tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho con pinocho, nueve que mueve, diez el apellido de Oscar, once ¡Dios cómo me aburro!

Al pasar la barca me dijo el barquero las niñas bonitas no pagan dinero, yo no soy bonita ni lo quiero ser ………….. las niñas ya no juegan a la comba, con lo bien que nos lo pasábamos ¡sosas!

¿Qué hará? Si él no pudiera dormir a mi no me importaría que me llamara. A lo mejor está cansado, no me gusta molestar. Si yo estuviera cansada y él me llamase, saldría pitando.

¡Suena la puerta! Alguien la está aporreando.¡ a que la tira!

-¡YA VOY! quien quiera que seas.

Miguel.

-¡hola!

-hola consuerte.

-te hacía en la cama ¿qué haces?

-noche larga nos espera, culona, el rio se sale.

-¡genial! No podía dormir ¿porqué me llamas culona?

-te está creciendo.

-será la inactividad,  estoy engordando.

-¡estás fantástica! Acompáñame hay que vigilar el rio.

-¿está la cosa fea?

-bastante.

-¿no entrará en mi casa?

-esperemos que no, pero prefiero que vengas conmigo. Por si acaso.

-me estoy poniendo nerviosa.

-subimos arriba solo lo que sea muy importante.

-todo es muy importante.

-no, lo único importante que hay aquí eres tú.

-me estoy poniendo nerviosa.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

sábado, 5 de noviembre de 2011

¡QUE ME ESTAS CONTANDO!


-esa casa lleva tu nombre antes de que iniciases tu relación con Manuel. ¿A qué no sabias eso?

-no sé de qué me hablas.

-Manuel sabía que le quedaba poco tiempo de vida, lo de la caída solo precipitó las cosas. Solía decir, la casa es para la rubia, ya que no consigo que me haga caso en vida, que piense en mi cuando la palme.

-¡madre mía! ¡Qué me estás contando! Siempre pensé que estaba enfermo, muchas veces intenté convencerle para que fuera al médico. ¡Madre mía! Ahora entiendo muchas cosas, ¡qué pena! ¿Fermín sabia esto?

-solo lo sabíamos Fermín y yo.

-ahora entiendo porqué se llevó las manos a la cabeza cuando le dije que a lo mejor vendía la casa.

-la casa le gusta, decía, la mira y remira casi todos los días, como se me ocurra salir cuando se queda mirando sale corriendo, no saco de ella, ni un hola.

-eso es verdad, pero bueno al final consiguió que le saludase y mucho más.

-¿empezaste con él por la casa?

-¡NO! ¡Qué dices! Ni mucho menos.

-vale, vale, no te enfades. Presente, es más interesante, ya tienes la casa de tus sueños.

-me alegro haber compartido con él sus últimos dos años ¡qué pena! No sé porqué me rio, tengo la sensación de que lo escucho a él riéndose, como si todo hubiera sido una broma del destino.

-seguro que donde está, se está partiendo, menudo cabrón, estaba hecho.  Murió feliz, tú fuiste la causante de ello. Cuando yo no esté, cuídala, me decía, dale tiempo a que asuma mi marcha, luego acércate a ella, si agobiarla, poco a poco sin asustarla. Es una joya, decía y tenía razón.

-gracias.

-porqué

-por hacerle caso.

-está claro que te conocía bien.

-es la persona que mejor me conoció y solo en dos años.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

viernes, 4 de noviembre de 2011

SOLO QUEDO YO


-Hay cosas que no entiendo. Ya tienes parte de un hotel, si te gusta ese mundo no entiendo porque no quieres seguir allí.

-te voy a contar la historia, decidimos cambiar de casa, pensamos comprar un caserío, no muy alejado del centro de cualquier pueblo, en Guipúzcoa imposible,  eran muy caros o estaban tan mal que la obra superaba nuestras posibilidades. Empezamos a mirar por esta zona, nos pasaba más o menos lo mismo. Hice todo tipo de cuentas, hablé con el banco cientos de veces, se nos disparaba. Imposible. Desde cría yo siempre imaginé que alquilaba habitaciones, no por el hecho de alquilar si no como manera de conocer gente, viajeros, genta interesante. Siempre me imaginaba pintando en el ático, viviendo en el ático. Me pareció que si lo hacíamos podíamos ayudar al pago de la casa. Oscar no quiso. Al final vimos una promoción de casa unifamiliar aquí en el pueblo, vinimos a verlas, entraban dentro de nuestras posibilidades y nos metimos. A partir de ahí fue como si un tuerto nos mirase del revés, todo han sido calamidades, evidentemente el tuerto me miraba a mí, puesto que soy la única que queda aquí para contarlo.

-ahí te equivocas, tienes suerte de ser tú la que lo puedes contar. La mala suerte no es tuya, fue de ellos.

-vale, distintas formas de mirarlo. En mis paseos por el pueblo, que me encantó desde el primer día, me fijé en la casa, en el terreno que la rodea, no en el dueño, que por aquel entonces no sabía quién era. Cuando le vi por primera vez me cayó fatal, le había visto por el pueblo alguna vez y me parecía muy borde y desagradable, si llego a saber lo que hoy se, ¡madre mía! Esto nunca se lo conté a él. El caso es que le ignoraba queriendo, simplemente porque me caía mal, tonterías que hacia entonces. Ya sabes lo que pasó con mi familia.

-dilo.



-murieron los dos,  mi hija y mi primer marido. Me quedé completamente sola. Al paso del tiempo Manuel entró en mi vida. Fue increíble de verdad, de lo mejor que ha pasado por mi vida. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que los dos vivíamos en el pasado, ninguno de los dos lo teníamos superado, quizá por eso nuestra relación fue tan especial. el caso es que esa casa me encantó, me imaginaba viviendo en ella, alquilando habitaciones, pasaba casi todos los días delante de ella, para mirarla, esa casa siempre ha tenido algo que me llama la atención, me atrae, no sé lo que es. La verdad es que nunca incluía a Oscar en mis sueños, lo que hace que no me sienta muy bien en este momento, nunca deseé que le pasara nada.

-¿tuviste tu algo que ver con el accidente?

-¡no! No murió por el accidente, se suicidó, no sabias eso ¿verdad? Pues esa es la verdad.

-no lo sabía.

-imaginaba a mi hija, ya emancipada, bien colocada, que venía a verme. Esa parte no se ha cumplido.

-¿fue un accidente?

-sí.

-eso es duro, los hijos no deberían morir antes que los padres.

-es anti natural.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

jueves, 3 de noviembre de 2011

CIELO DESPEJADO


No resisto la tentación y voy al ayuntamiento a verlo ¿no ha dicho que para mí siempre tiene tiempo? Pues ya está, que lo use. Estoy de un humor excelente, con energías renovadas, con ilusión, siento que en mi vida ha salido el sol, ya no hay niebla. Esperemos que me dure. Este momento quiero compartirlo con él.

Me lo encuentro fuera del despacho hablado con una secretaria.

-¡hola Marian! – dice la secretaria.

Saludo por cortesía, pero mis ojos están en él, en su sonrisa de bienvenida ¡madre mía! En esos ojos melosos que me sonríen.

-tienes un aspecto estupendo, Marian, estas guapísima.

Rio de una forma infantil, tonta.

-¿traes eso?

Dice Miguel intentando justificar mi estancia en el ayuntamiento.

-sí.

-vamos a mi despacho.

Me agarra del brazo entramos y cierra la puerta.

-estás radiante, brillas.

-estoy de buen humor.

-hay algo más, te brillan los ojos.

-ha salido el sol en mi vida. Tengo algo por lo que luchar….

-no emplees esa palabra, disfruta, juega, no es lucha es placer.

Está apoyado en el escritorio, mirándome como él hace, con las manos en los bolsillos, como siempre, me acerco a él, sabiendo que es una locura, que en cualquier momento alguien puede descubrirnos, que a lo mejor no me importa. Una pancarta en el balcón del ayuntamiento.

Paro delante de él sin atreverme a dar el último paso, sonríe provocándome.

-solo un paso, si lo das, si eso es lo que deseas, ya no hay marcha atrás, voy a hacer que todo el mundo se entere de lo nuestro. Piénsatelo bien.

-ve preparando la pancarta, te ayudo.

-¿es lo que quieres? ¿Estás segura?

-sí, para adelante pase lo que pase.

-estás conmigo porque necesitas compañía o porque me quieres.

-estoy contigo porque te quiero a ti, no necesito compañía, quiero tu compañía.

-si es lo que quieres da el paso.

Lo doy, convencida de ello. Cierra los ojos ofreciéndome sus brazos. Tiembla.

Salimos del ayuntamiento cogidos de la mano.





Hasta mañana. Agur.



MARIAN

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿CÓMO ES POSIBLE QUE NO ME HAYA DADO CUENTA?


Ya estoy de vuelta en mi casa, vuelta a la normalidad. La semana pasada con Miguel en el balneario, ha estado muy bien, ya nos conocemos más, desde luego no tiene nada que ver con el Miguel que yo creía conocer, si es que se puede conocer a alguien con el que no has cruzado más de media docena de frases seguidas, durante mucho tiempo, eso sí. En fin

Primer día de mi nueva vida, abro todas las ventanas, hasta las de las habitaciones que hace mucho tiempo que ni entro. Bajo a la cocina mientras se renueva todo el aire de esta enorme casa. El cara borde de Oscar no está, mejor. Salgo al jardín con un café, el día espectacular, luce el sol en todo su esplendor.

En mi cabeza se va introduciendo una idea, algo que hace mucho que no pienso.

Esta casa es perfecta para ello, tiene ocho habitaciones, más todo el ático, más toda la planta baja.

Es curioso hace muchos años que no pensaba en ello, cómo es la vida, ¡qué pasada! ¡Cómo cambian las cosas cuando estás relajada! Siempre he deseado tener una casa en la que poder alquilar habitaciones, ¿Cuántas veces lo he imaginado en el pasado? Muchísimas, pero es algo que lo tenía completamente olvidado. Tengo la casa perfecta para ello, no me había dado cuenta.

Llamo a Miguel.

-¡hola alcalde!

-hola consuerte

-¿andas muy liado?

-un poco, pero para ti siempre tengo tiempo.

-gracias.

-no me las des, lo hago porque quiero, me gusta ver tu cara o escuchar tu voz.

¡Madre mía como se ha levantado!

-tengo que darte las gracias, has hecho que recuerde algo que tenia olvidado. Cuando vinimos a vivir a este pueblo, pensamos en montar un hotelito rural, no pudimos por falta de dinero. Ahora tengo la casa perfecta para ello y el dinero, no me había dado cuenta.

- me alegro, así que lo tenias delante de tus narices y no lo veías.

-no.

-abre los ojos, niña, mira a la vida de frente.

-¿cómo es posible que no me haya dado cuenta hasta ahora? Te diré una cosa, el precio que he pagado por esto me parece excesivo.

-nos vemos luego y lo hablamos.

-¿al mediodía?

-no puedo, tengo que poner al día el trabajo. A las cinco y media paso a buscarte.

-de acuerdo.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN