viernes, 4 de noviembre de 2011

SOLO QUEDO YO


-Hay cosas que no entiendo. Ya tienes parte de un hotel, si te gusta ese mundo no entiendo porque no quieres seguir allí.

-te voy a contar la historia, decidimos cambiar de casa, pensamos comprar un caserío, no muy alejado del centro de cualquier pueblo, en Guipúzcoa imposible,  eran muy caros o estaban tan mal que la obra superaba nuestras posibilidades. Empezamos a mirar por esta zona, nos pasaba más o menos lo mismo. Hice todo tipo de cuentas, hablé con el banco cientos de veces, se nos disparaba. Imposible. Desde cría yo siempre imaginé que alquilaba habitaciones, no por el hecho de alquilar si no como manera de conocer gente, viajeros, genta interesante. Siempre me imaginaba pintando en el ático, viviendo en el ático. Me pareció que si lo hacíamos podíamos ayudar al pago de la casa. Oscar no quiso. Al final vimos una promoción de casa unifamiliar aquí en el pueblo, vinimos a verlas, entraban dentro de nuestras posibilidades y nos metimos. A partir de ahí fue como si un tuerto nos mirase del revés, todo han sido calamidades, evidentemente el tuerto me miraba a mí, puesto que soy la única que queda aquí para contarlo.

-ahí te equivocas, tienes suerte de ser tú la que lo puedes contar. La mala suerte no es tuya, fue de ellos.

-vale, distintas formas de mirarlo. En mis paseos por el pueblo, que me encantó desde el primer día, me fijé en la casa, en el terreno que la rodea, no en el dueño, que por aquel entonces no sabía quién era. Cuando le vi por primera vez me cayó fatal, le había visto por el pueblo alguna vez y me parecía muy borde y desagradable, si llego a saber lo que hoy se, ¡madre mía! Esto nunca se lo conté a él. El caso es que le ignoraba queriendo, simplemente porque me caía mal, tonterías que hacia entonces. Ya sabes lo que pasó con mi familia.

-dilo.



-murieron los dos,  mi hija y mi primer marido. Me quedé completamente sola. Al paso del tiempo Manuel entró en mi vida. Fue increíble de verdad, de lo mejor que ha pasado por mi vida. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que los dos vivíamos en el pasado, ninguno de los dos lo teníamos superado, quizá por eso nuestra relación fue tan especial. el caso es que esa casa me encantó, me imaginaba viviendo en ella, alquilando habitaciones, pasaba casi todos los días delante de ella, para mirarla, esa casa siempre ha tenido algo que me llama la atención, me atrae, no sé lo que es. La verdad es que nunca incluía a Oscar en mis sueños, lo que hace que no me sienta muy bien en este momento, nunca deseé que le pasara nada.

-¿tuviste tu algo que ver con el accidente?

-¡no! No murió por el accidente, se suicidó, no sabias eso ¿verdad? Pues esa es la verdad.

-no lo sabía.

-imaginaba a mi hija, ya emancipada, bien colocada, que venía a verme. Esa parte no se ha cumplido.

-¿fue un accidente?

-sí.

-eso es duro, los hijos no deberían morir antes que los padres.

-es anti natural.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

7 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Que alegría leerte hablando del pasado en pasado, con una especie de liviandad que retiene a tu lado solo lo bueno.

Rocío dijo...

Es antinatural y lo más doloroso que creo, un padre pueda enfrentar.

En mi país acaba de suceder un caso muy sonado, el muchacho "perdido" en el Colca-Arequipa, era amigo de mi familia.

Es antinatural, sí.
Y en este caso, un homicidio asqueroso.

:/

Anónimo dijo...

UN RELATO TIZNADO DE MUCHAS NOSTALGIAS. UN PLACER VISITAR SU ESPACIO.
UN ABRAZO

Anónimo dijo...

Tu blog parece un tierno diario personal. Gracias por abrirnos la tapa...

Anónimo dijo...

Paso a saludarte y a darte las gracias por tu comentario.
Quedo enlazada.... y con tiempo y con calma volveré a pasar para leerte.
Eres muy amable.
Un saludo.

ion-laos dijo...

Hablar del pasado como si ya no te doliera es todo un logro.

Buen finde, besos.

rodolfo dijo...

impacta
recordar esas ausencias , arrancadas en flor de vida, acongoja el corazón y te dejan sumido en la tristeza