sábado, 18 de febrero de 2012

PORQUÉ, PORQUÉ, PORQUÉ


Hace ya tiempo que por mi cabeza ronda la idea de que mi padre me pegó, solo una idea, no tengo el recuerdo. Debió de pegarme para evitar que me acercara a él con malas intenciones ¿Cómo puede tener perversas intenciones una niña de tres o cuatro años’? alguien debió de enseñármelas. Aún me siento mal por este pensamiento, algo de culpa queda. El caso es que parece ser que para evitar los malos pensamientos que yo  inducia a mi padre, debió  de pegarme, pero de momento solo es una idea, me falta el recuerdo completo, solo tengo un par de imágenes. Cuando era pequeña, quizá no tanto, solía contar que mi padre solo me había pegado una vez, justificaba el acto. Ahora creo que lo que yo contaba como una historia aparentemente inventada, no debía de serlo, a lo mejor era verdad. Poco a poco, muy lentamente, cada episodio de mi vida va situándose, lentamente conseguiré rehacer mi historia.

Ya es mala suerte, no sé porqué sonrío, pero está claro que en mi casa todo se arreglaba con golpes. De los únicos que si tengo recuerdos y muchos son los de mi madre. De mi hermana solo tengo imágenes, parece ser que alguna vez se le fue la mano. Los de mi padre, creo que solo lo hizo una vez, son solo un par de imágenes. Por eso me pone tan nerviosa la violencia. Soy incapaz de agredir a nadie físicamente, creo que nunca lo he hecho, si alguna vez lo hice, no lo recuerdo. Pero sé que tengo esa parte dentro de mí, por eso ese miedo a perder el control a dejar que la rabia y el odio afloren en mí. Nunca pegué a mi hija, no podía,  juré que nunca lo haría y no lo hice, a pesar de que a mí se me educó a golpes.

No sé si sirve de algo esto que ha salido a raíz de esta pobre chica. Hay relación porque el hijo de mala madre que la asesinó podía ser su padre era veinte años mayor que ella. No estaban casados. No voy a hablar de él, porque no hay nada que justifique lo que hizo, ni la más terrible historia vivida por parte de él. NADA. Pero si voy a hablar de ella. ¿Cómo es posible que una chica joven, guapa, sana, inteligente ,era abogada, con una familia normal, aparentemente por lo menos, aguante la vida que él le daba? La tenía completamente anulada. ¿Qué puede fallar en la cabeza de una mujer para permitir que la traten como un guiñapo? Que aunque su familia intente sacarla de esa situación no lo consigan. Algo tiene que fallar para que una mujer en esas circunstancias, no se atreva ni a denunciar. Huya de su familia, para evitar enfrentamiento con el maltratador. Algún sicólogo tendrá la respuesta.

Escribiría durante horas el tema, de las mil preguntas que me hago. En el pueblo nadie sabía nada, nadie les conocía. Pero si alguien se hubiera dado cuenta ¿se habría hecho algo?  Yo misma presencie algo, más bien escuche una bronca muy subida de tono, simplemente me quedé escuchando, no supe hacer nada. Sentí la muerte cerca, no supe que hacer, escuché su grito en sueños, no supe reaccionar. Estas cosas que me pasan se me hacen grandes, no sé qué hacer con ellas, pero de aquí en adelante las tendré más en cuenta, dejaré de pensar que son chorradas mías.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

viernes, 17 de febrero de 2012

NO RECUERDO HABERLOS PEDIDO


-Marian, despierta.

Intento abrir los ojos, los parpados me pesan demasiado, imposible.

-venga perezosa, mi madre viene a verte.

De mi intento por disculparme solo sale un balbuceo incomprensible.

Tengo que dejar de tomar somníferos,  en cuanto sea capaz de levantarme me desharé de ellos. Si estuviera Manuel no me habría permitido tomarlas, sin embargo Miguel me las trae, aunque no recuerdo habérselas pedido. No sé el tiempo que llevo metida en la cama, pero voy a reincorporarme de nuevo a la vida ahora mismo.

No sé si lo que siento es fruto de mis vivencias o las de esa pobre chica. Confundo mis sentimientos con los suyos, pasado con presente. Cuando yo era niña, pasó algo parecido en un caserío cercano a mi casa. No recuerdo muy bien como fue, alguien mató a alguien. No soy capaz de recordar los detalles en este momento, solo recuerdo el temor que sentí. El horror que sintió la persona momentos antes de fallecer. Cuando llegó la noticia de lo que había pasado yo ya sabía que algo había pasado, sin saber muy bien porqué. No puedo vivir mezclando el pasado con el presente. Presente o pasado, juntos es inviable. Tengo que analizar todo lo que ha pasado, desvincularme de lo que no es mío, averiguar el porqué de esa conexión que hago.

-traigo un café bien cargado, como a ti te gusta.

Doy un sorbo al café, es descafeinado, a mi me la va a dar este. ¡Ja! Lo sé todo sobre cafés. Cierto es que está bueno y me sienta de maravilla.

-mañana o tarde.

Por fin consigo decir algo coherente.

-mediodía.

-¿Cuánto tiempo he estado dormida?

-unas veinticuatro horas.  ¿Vas a levantarte? Mi madre está muy preocupada, no tardará mucho en llegar.

-¿tú estás preocupado?

-por supuesto, consuerte, ¿por qué lo preguntas?

-no sé, me desconcierta tu actitud.

-el desconcertado soy yo. Ya te ha hecho efecto la cafeína.

-ya me he dado cuenta de que era descafeinado.

Sonríe.

-es curioso el efecto que te ha hecho.

-en cuanto sea capaz de levantarme, voy a deshacerme de las pastillas.

-buena decisión. Es curiosa la reacción que hacen en ti.

-la que corresponde ¿porqué todo te parece tan curioso?

Piensa antes de responder, mirándome de esa forma suya, pensando qué decirme o que no.

-aunque ya se la respuesta, necesito hablar contigo sobre lo que ha pasado, coincidirás conmigo en que habitual no es.

-no. Tienes razón, tenemos que hablarlo, pero primero tengo que saber yo que es lo que ha pasado.

 -podemos averiguarlo juntos si quieres.

-lo haremos.





Hasta mañana. Agur.



MARIAN

jueves, 16 de febrero de 2012

¿PORQUÉ NO ME HACEN CASO?


Le explico, pensando que a lo mejor no me hace ni caso, ¿porqué no me va a hacer caso? Tiene que hacerme caso.

-quizá sean cosas mías, pero vamos, no nos cuesta nada acercarnos.

Pone cara de no entender nada, da lo mismo. Vamos y punto, ojalá sean cosas mías, ya aguantaré el chaparrón. No puedo quitarme la imagen de esa chica rodeada de sangre.

Por el camino intento relajarme, no voy a ser de gran ayuda si me pongo histérica, pase lo que pase he de mantener la calma, me hago el propósito de no mezclar su historia con la mía, que sin saber muy bien el motivo  lo he hecho.

Llegamos a la casa, el coche no está, por lo menos no a la vista.

-voy a llamar a la puerta.

-son las ocho de la mañana, estarán durmiendo.

-da lo mismo.

El timbre no funciona aporreo la puerta. Sé que está tendida en el suelo, no sé porqué pero lo sé.

-hay que abrir esta puerta.

-no podemos hacer eso.

-llama a la guardia civil.

-¿qué les digo?

-lo que te dé la gana. Diles que hemos escuchado un grito en la casa y que no abren la puerta.

Así lo hace, pero por no discutir sin convencimiento.

Cuando llega la policía, Miguel se pone serio, no puede contarles algo que no ha ocurrido. Intento convencerles de que yo si he oído un grito de socorro, empiezo a ponerme muy nerviosa ante la impotencia de que no me hagan caso, estoy convencidísima de que esa chica está tendida en el suelo, pero no tengo una explicación lógica para ello.

La policía se va, Miguel insiste en hacer lo propio y yo me desespero, pero entiendo la situación, así que volvemos al pueblo.

Intento hacer mi trabajo lo mejor posible, pero mi cabeza está en otro lugar. A media mañana Miguel me llama.

La chica ha aparecido asesinada en su domicilio.

Me hundo.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

miércoles, 15 de febrero de 2012

NO ENTIENDO NADA


Me horroriza mi imagen del espejo, solo distingo mis ojos de niña asustada, llorosa, sintiendo lastima de sí misma. Un rojo intenso  cubre mi cara, no siento ningún dolor físico, algo se  fragmentado dentro de mí, no sé qué ha pasado, porqué me encuentro en ese estado.

Abro los ojos, son las doce de la noche, estoy sola en la cama. Me levanto a por un vaso de agua, el sabor a sangre en mi boca me da asco. Tengo que deshacerme de él. Miguel está en la sala viendo la televisión. Como no tengo ganas de charla voy al baño a por el agua, así prescindo verle, camino de puntillas evitando hacer ruido. No sé porqué pero no quiero verle. Sé que lo que acabo de vivir no ha sido un sueño,  que aunque no lo recuerde conscientemente, es una vivencia.

Me miro al espejo, intento recordar el antes del momento, solo me llega una sensación, mi padre está en la habitación contigua. Por mucho que me esfuerce en recordar, no consigo visualizar ningún acto violento por parte de él. En algún lugar de mi cerebro, está escondido el recuerdo de ese acto que ahora intuyo.

Vuelvo de puntillas a la cama, cierro los ojos.

El sueño llega arrullada entre los brazos de mi madre, mientras escucho su llanto.

No entiendo nada, se suponía que era al revés.



Un grito desgarrador, me despierta. Mi corazón late aceleradísimo, esto sí es una pesadilla. Abro los ojos. Miguel está a mi lado, me acerco a él buscando sus brazos, su protección. Son las tres de la madrugada. Cierro los ojos, la imagen de esa chica rodeada de sangre no me permite volver a conciliar el sueño en toda la noche. Me levanto angustiada, pongo la tele, no consigo quitarme la imagen.

El amanecer llega con mi alma encogida, con la horrible sensación de que mis temores se han hecho realidad. No aguanto más y despierto a Miguel, sin saber muy bien cómo explicarle lo que pasa. Nunca le he hablado de estas sensaciones mías.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

martes, 14 de febrero de 2012

ALGO ESTÁ PASANDO


Hace un frio que pela, pero necesito mi caminata, ese paseo por caminos desiertos, hace falta estar majara para pasear con la helada que está cayendo, a mi me hace falta. Me ayuda  a pensar a encontrarme a mí misma, hace mucho que no lo hago sola y sinceramente lo echaba de menos.

Paso delante del que fue el caserío de María, ahora lo ocupa una pareja joven, es extraño. Quizá sea el invierno o mi estado de ánimo, pero huelo a muerte. Me deshago de ese pensamiento al momento. ¡Me viene cada cosa a la cabeza! ¡Qué desagradable!

El terreno está inerte, la vida debe estar en el interior de la casa ¡vaya bronca tienen! Acelero el paso, no quiero pecar de indiscreta. ¡Cómo ha cambiado esto en poco tiempo!  Sin saber el motivo me doy la vuelta, será que me he integrado bien en el pueblo y necesito saber qué es lo que pasa o más bien qué es lo que les pasa. No me gusta nada lo que escucho, el tono que él emplea, algo no anda bien en esta casa ¡por dios qué cotilla! Pienso, no por ello dejo de hacerlo. Él sale de casa pegando un buen portazo, se monta en el coche y sale disparado, malos están los caminos para semejante velocidad, esperemos que no haya nada que lamentar. Ella está asomada a la ventana hablando por teléfono, ¿con quien hablará? ¡Con su madre, seguro! Creo que está llorando, no veo muy bien desde aquí, por su gesto yo diría que sí. Es muy joven yo diría que no llega a los treinta años, más menos. Sale de casa, voy a hacerme la encontradiza.

Se asusta al verme, no me extraña parezco un fantasma. La saludo según voy llegando.

-buenas tardes.

Ha hecho un gesto con la cabeza y ha entrado enseguida a la casa, no llevo las gafas puestas, pero yo diría que tiene la cara morada, a lo mejor es de llorar. No sé por qué me estoy metiendo donde nadie me llama, aquí hay algo que no me gusta y no sé lo que es. Quizá sea el invierno o mi ánimo. Llamo a su puerta, le pido por favor que me abra, que me he perdido y quiero llamar a mi pareja. Saca el brazo con el teléfono en la mano.

-ábreme la puerta, por favor. No quiero asustarte, soy del pueblo, me he despistado y no sé el camino de retorno. Si no te importa espero aquí a mi marido, hace mucho frio en la calle. Por favor.

Escucho su llanto al otro lado de la puerta.

-ábreme, habla conmigo. Creo que se lo que te pasa. No te mereces esto, habla conmigo.

Insisto, insisto, insisto, no hay manera, no me abre la puerta. Pronto se va ha hacer de noche la que empieza a asustarse soy yo, no me apetece andar por esos caminos de noche y con ese tipo por ahí. Decido irme, hablarlo con Miguel y volver.

A mitad de camino, creo que me he cruzado con el tipo, no estoy segura, pero desde luego es bastante más mayor que ella y no sé por qué me inquieta. Odio cuando tengo estas sensaciones, nunca sé qué hacer con ellas, prefiero pensar que todo son tonterías mías. Para empezar no he visto a la chica de cerca, quizá solo haya sido una discusión de pareja, ella se ha hartado de llorar y yo lo estoy sacando todo de quicio. ¡Ojalá! De todas formas lo hablaré con Miguel y mañana me daré otra vuelta. Si está pasando lo que yo me imagino, no pienso estarme quieta.

Llego casa, mi inquietud va en aumento, tengo la horrible sensación de que algo va a pasar. Intento convencerme de que son cosas mías, de que lo estoy relacionando con historias pasadas, tengo la sensación de que estoy rodeada de sangre, esto ya lo he vivido. Es algo que yo he vivido, no tiene porqué estar relacionado con ella. Esta chica ha hecho que conecte con ese parte de mi cerebro donde guardo lo que no quiero recordar. Ojalá, así sea.

Llega Miguel, ante mis dudas, prefiero no contarle nada, esperar a estar segura de lo que pasa, si es que algo pasa. Finjo un horrible dolor de cabeza, además de mucho cansancio, ha sido mi primer día de trabajo en unos cuantos meses. Me voy a la cama, esperando que la noche pase rápido, sin molestar demasiado.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

lunes, 13 de febrero de 2012

YO NO SOY LA CULPABLE


El móvil suena y suena y no le hago ni caso, estoy ocupada. Miro reservas, echo de menos a mucha gente, estamos en temporada baja, lo sé, ¿qué fue de aquel tipo que equivocó mi mirada? Creo que ese se fue por mi culpa, solía venir por estas fechas, bueno por mi culpa no, por su cabeza calenturienta, lección aprendida, aquí también estoy en el punto de mira, tengo que tener cuidado con lo que hago, por algo soy la jefa, para lo bueno y lo malo, hasta que el dinero nos separe, ese es mi objetivo, dinero para mis planes, así que mucho cuidadito con las miraditas.

El teléfono fijo suena ¡qué pesadez! Estoy trabajando, ¡Miguel! Seguro que es él. Para él siempre tengo tiempo.

-hola alcalde.

-hola, consuerte ¿porqué no coges el teléfono?

-lo siento estaba ocupada, ni he mirado quien me llamaba.

-¿todo bien?

-sí, bueno no sé. A lo mejor me he venido un poco arriba.

-me alegro de ello, busca tu sitio. Saca esa mala leche que sacas conmigo, seguro que te funciona.

-he mandado hacer el trabajo sucio a otros, de momento me libro, aunque estoy dispuesta a sacar el genio si es necesario.

-¿comemos juntos?

-como quieras ¿aquí?

-vale

Ha pasado la mañana sin que me dé cuenta, salgo fuera a fumarme un cigarro, no me he acordado del tabaco en toda la mañana, curioso. La culpa le tiene Miguel, es el causante de que me acuerde del tabaco, sonrío ante ese tonto pensamiento, estoy buscando culpables para todo, la culpa es mía, él casi no fuma, yo soy una fumadora empedernida, no fumo me como los cigarros, pienso en el presupuesto de cada calada, dos paquetes al día por tres noventa y cinco, son casi trescientos euros al mes, una pasta. Esto me recuerda a antaño, me pasaba el día haciendo cuentas, para todo, no se me escapaba ni una, me pasaba el día con la calculadora en la mano, ahora lo tengo más fácil, no tengo más que meter cifras y el ordenador hace el trabajo él solo. Voy a seguir con mi táctica de controlar cada euro que manejo, es la única manera. Después de pasarme toda la mañana entre números y reservas hay algo que me cierra el estómago, algo que no sé si voy a ser capaz de  hacer, las cuentas no salen, ¿de quién me deshago? El erizo haciendo de las suyas, a la mierda erizo, nadie te ha llamado, sal de mi estómago. Son todos del pueblo y alrededores, los conozco a todos, sus historias, sus vidas, sus familias, ¡dios ¡¿porqué habré dejado que esto pase? Son malos tiempos para todos, para mí la primera, está en juego mi casa, la casa de mis sueños, no puedo permitir que me la quiten, pero tampoco quiero ser responsable de que se la quieten a los demás. ¡Qué difícil decisión! ¡Para erizo! ¡Nadie te ha llamado! Deja mi estomago en paz.

Llega Miguel sonriente.

-te juro que yo no tengo la culpa, de lo que sea que te pase.

-no estoy muy segura. Bésame como dios manda ¡rancio! Y dame un abrazo.

-¿delante de todo el mundo?

-sí, que todo el mundo sepa quién eres, para que no se equivoquen, te quiero aquí a menudo, señor alcalde, lo estoy pasando mal.

-no hay más que ver tu cara, tus hombros caídos, estás quieta, si no, irías arrastrando los pies. La vida no es fácil, consuerte, es lo que hay, aprende a vivir.

-¿de quién me deshago? Miguel no puedo hacer eso.

-antes de tomar una decisión, habla con la gente, exponles la situación.

-¡qué difícil!

-no, aquí somos todos gente sencilla, todos sabemos sumar y restar, habla con ellos, intenta buscar las solución con ellos.

-¿cómo he podido permitir que pase esto?

-no está en tus manos, de lo único que eres responsable de de no haber estado aquí para ver lo que estaba pasando. No busques culpables, busca soluciones, ni tu ni yo ni la gente que aquí trabaja, tiene la culpa de nada. ¿No serás tú la culpable de la crisis no?

-soy especialista en sentirme culpable por todo,  pero de una crisis así, por muchas vueltas que le dé, creo que no es mi culpa.

-ya es algo, he generado una duda en ti.

-¿qué duda?

-dices que crees.

-Es una forma de hablar, yo no tengo la culpa de este desastre.

-Eso está mejor, mucho mejor. Deja de  flagelarte, contra los culpables no podemos hacer nada de momento, hay que buscar soluciones.

-vale ¿ese beso?



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

domingo, 12 de febrero de 2012

¿A QUIEN CULPO?


Llego a las Ventas a las ocho y cinco, con los cinco minutos de retraso habituales en mí ¿por qué haré esas cosas? No soporto la espera, por ese mismo motivo no debía hacer esperar, pero no puedo evitarlo. Prefiero que me esperen a esperar.

-un cafecito, Nekane.

-llegas tarde.

-ve acostumbrándote, soy así.

Al momento me arrepiento de mi chulería, no son formas de empezar una tarea conjunta.

-¿un café?

-ya me he tomado dos.

-el día es largo, tenemos mucho que hacer, empecemos como Dios manda.

Andrés se une a nuestro desayuno, lo acepto, pero va a ser la última vez, me ha demostrado que no es la persona que yo creía, no vale para gerente del hotel, menos mal que las cosas se han aclarado antes de que dejase aquí mi dinero para apoyarlo, está claro que lo hubiera perdido. Vamos a ir poniéndonos cada uno en nuestro sitio.

Charlamos de banalidades mientras nos tomamos el café, aguanto las ganas de decirle cuatro cosas, no creo que llegue a hacerlo, no tenía que haber dejado todo en sus manos.

Pasamos a la oficina, las cuentas ya las conozco, en este momento necesito un resumen del día a día. Me llevo las manos a la cabeza, aquí siempre se ha mimado a la gente, teníamos muy buenos clientes habituales que han desaparecido. Como considero que soy responsable, por mi ausencia, de este desaguisado, no digo nada empezamos de cero, pero cada uno sabiendo su sitio, su responsabilidad.

Andrés de gerente pasa a encargado de personal, teniendo la obligación de pasarme un informe todos los días, no hay quejas que valgan, si o si. Si hace falta le enseño la puerta, no está acostumbrado a verme con esa determinación, se tendrá que habituar, si quiere seguir aquí, es lo que le espera. Sale de la oficina con cara larga, creo que es lo suficientemente listo para no replicarme y hacer su trabajo lo mejor posible.

-Esto de ser jefa te va.

Dice Nekane.

-no es la primera vez que lo hago, tengo un objetivo, juro que voy a hacer todo lo posible por conseguirlo. Voy a levantar este hotel, lo voy a vender, si tú quieres, y me voy a llevar mi parte. Voy a salir de aquí con la cabeza bien alta, sabiendo que he hecho lo que debía.

-¿qué tengo que hacer yo? ¿Soy la jefa II?

-no, hasta que yo lo decida, tienes que aprender el oficio desde abajo, como tu padre. Vas a ser la encargada de la cafetería y el comedor.

-creí que me ibas a poner a fregar platos.

-es más fácil fregar platos que ser encargada y responsable de todo lo que pase. Ya me lo contarás, a lo mejor prefieres fregar platos.

-¿tu? ¿En qué consiste ser jefa?

- en dejarme ver, hablar con los clientes, dar la cara ante cualquier problema, fácil no es.

Veo a Manuel apoyado en la puerta, apoyando, valga la redundancia, mi decisión y coraje, esta vez lo voy a hacer bien, digo mirando hacia mi visión. Sonríe, guiña un ojo y desaparece. ¿Tendré que empezar a preocuparme por verle? Ya veremos.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

sábado, 11 de febrero de 2012

CHARLANDO CON NEKANE


Como no me apetece que todo el pueblo hable sobre mi y Nekane, cambio el punto de encuentro. La llevo al restaurante de la frontera, la verdad es que no sé porque he elegido ese sitio, a mitad de camino ya me he arrepentido, pero ya era tarde. Era el sitio favorito de Manuel y yo, ¡las que  liamos allí! En fin. Al final decido que sin pretenderlo me he puesto otra prueba, así sabré si de verdad Manuel pertenece a mi pasado o todavía está presente en mí…. ¿corazón? La verdad es que no ha salido, ni creo que lo haga, le quise demasiado ¿he superado su marcha? Creo que sí, hoy lo comprobaré.

Después de saludar al dueño, le pido una mesa lo más alejada posible de nuestro rincón, pero me hago el propósito de sentarme un rato allí antes de irnos, solo para saber en qué punto me encuentro.

-Me gustaría arreglar lo nuestro.

Dice Nekane una vez sentadas, el dueño nos ha sacado un aperitivo, sabe que me gusta el vermut pero no pienso beber, así se lo digo al dueño con la escusa de que tengo que conducir. El tema que traemos Nekane y yo es muy serio, no es una reunión amistosa, por lo menos no de momento. Necesito todos mis sentidos ¡todos! Hasta el de la paciencia.

-en nuestra mano está.

-el problema que se ha generado en el hotel, creo que es de las dos, aunque todo esté a tu nombre.

-así es, porque en este momento el hotel no vale ni la mitad de lo que valía, así que más vale que busquemos una buena solución o perdemos las dos y mucho. Te voy a ser sincera, si me lo quitasen todo, por las deudas generadas, creo que ya ni me importa. Poco necesito yo para vivir, no soy materialista, nunca lo he sido. Voy a luchar por él, por Manuel, no se merece esto, sé que se está revolviendo donde quiera que esté,- en ese momento me parece verlo detrás de Nekane, no sé cómo interpretarlo lo dejo pasar-. Cuando lo conocí, era camarero en el hotel- hablo mirando hacia donde le he visto, como si estuviera presente- a partir de ahí todo lo que hizo, lo hizo pensando en tener algo que ofrecerme, dispuso de un dinero, el tuyo, solo por ese motivo, ahora es mi turno, me toca recompensarle, lo voy a hacer. Si tú quieres ayudarme a reconducir el tema, te estaré agradecida. Pero hablemos claro, si está Gema por medio, no quiero saber nada, no voy a permitir que esa se lleve lo que no le corresponde.

-hace mucho que rompí mis relaciones con Gema, tenias razón, el único interés que tenia por mí, era el dinero.

-me alegro, de verdad, no era trigo limpio.

-ya, pero era lo más parecido que tuve a una madre, aunque su relación era interesada, se preocupaba por mí.

-eso lo entiendo, no has conocido el amor de una madre, no tenias donde comparar.

-ni de un padre.

-aunque tarde, él intentó ejercer de padre, creo que no le dejaste.

-has dicho bien, ya era tarde.

-pasado, ya no está, él tenía que haber arreglado las cosas contigo, ya no se puede hacer nada al respecto. Pero si podemos  llevarnos lo bueno que dejó, económicamente hablando,-lo demás es mío, nadie me puede quitar las vivencias y los recuerdos que de él tengo- no tenemos porqué competir no tiene sentido, las dos llevamos el mismo camino, si somos capaces de ir juntas, será más fácil y más productivo para las dos. No estoy muy interesada en el hotel, pero si tengo planes. La única forma de llevarlos a cabo es con dinero, mi único medio de financiación es el hotel, así que chica, si tu quieres las dos para adelante, al final cada una nos llevaremos lo nuestro y tan amigas.

-vale.

-dicho lo cual, mañana te quiero a las ocho en el hotel, tenemos mucho que hacer.

-si

-aunque te pueda molestar eres igual que tu padre…

-nunca he dicho que me moleste, en el fondo me caía bien. A su manera siempre se preocupó de mí.

-¿puedo pedirte un favor?

-tú misma.

-son cosas mías, solíamos venir aquí muchas veces, era nuestro rincón preferido, me gustaría sentarme en la mesa donde siempre nos sentábamos, solo para saber qué es lo que siento al hacerlo.

-¿no lo has olvidado?

-es imposible, era muy especial – estoy tentada de decirle que lo estoy viendo en ese momento, que me está sonriendo que ahora mismo daría mi vida por un minuto a su lado.- a pesar de todo creo que he superado su ausencia, ya no duele tanto. ¿Me acompañas?

Me siento en la misma silla, donde solía hacerlo, lo tengo frente a mí, sonriendo. Me emociona la alucinación. Me guiña el ojo y desaparece.

-¡Marian!

Es la voz de Miguel, me alegro de verle, de que se preocupe por mí. Le pido que se siente en donde en mi alucinación estaba Manuel. Es pasado, doy gracias por haberlo conocido, por lo que viví con él, pero ahora Miguel ocupa su lugar, en mi cabeza y mi corazón, y estoy encantada de ello.

-cada día te veo más guapo.

-será que estoy enamorado.

- oh, oh, oh, si no os importa, dejáis las tonterías para cuando estéis solos.

Dice Nekane. Me había olvidado de que estaba.

-me voy a tomar un vailys, ya sé quién va a conducir.

-bien, haber si consigo que me digas que tu también estás enamorada.

-no necesito beber para eso, señor acalde, estoy coladita por sus huesos.

-¡joder! Vamos de mal en peor ¿os dejo solos?

-no, ya seguiremos con esta conversación más tarde, es que el señor alcalde hoy está muy raro, es la primera vez que me besa en público, lo ha hecho en el ayuntamiento ¡tela! Todavía lo estoy saboreando. Es que normalmente en público es un poco rancio. ¡Vamos a emborracharnos, señor alcalde! que aquí hay camas, solo hay que pedirlas. Por cierto Nekane, tenemos que darnos una vuelta por el pueblo, para que tengan algo de qué hablar y no se aburran.

-¿los tres borrachos perdidos?  Eso sería la rehostia.

-hablaba bien, niña y recuerda: si bebes no conduzcas.

Hasta mañana. Agur.



MARIAN.

viernes, 10 de febrero de 2012

DISCULPAS ACEPTADAS


Cuando le veo salir de la oficina con la cazadora puesta, preparado para salir, mi actitud para con él a cambiado. No voy a decir nada, esperare a que sea él, el que hable del tema. Yo había venido humildemente a pedir disculpas por mi reacción, no voy a justificar mi mala contestación de ayer, pero su reacción a lo mejor no fue la correcta. En una persona tan paciente como Miguel, tan calmado, llama mucho la atención, no es habitual en él, hasta donde yo lo conozco, reaccionar de esa manera. Así que me callo mis disculpas, por lo menos de momento y espero a las suyas. Para una vez que tiene que hacerlo él, disfrutaré del momento.

-¿vamos, consuerte?

Dice sonriendo. Son las diez y media de la mañana, estoy sin desayunar, pues ya va siendo hora de hacerlo, ya estoy lo suficientemente relajada para poder darle  a mi estomago lo que le corresponde, de hecho me comería una vaca en este momento y ya se quien me va a pagar el desayuno, faltaría más.

-vamos.

Su oficina está en le última planta del edificio, normalmente siempre sube o baja andando. Me guía hasta el ascensor.

-andando, no vamos a perder las buenas costumbres ¿no te parece?

-como quieras.

Contesta agarrándome de la cintura y volviéndome loca con su beso, ahí mismo, delante de todo el mundo, sin reservarse nada.

-¿qué haces?

-pensaba hacerlo en el ascensor, pero como no has querido montarte, pues aquí mismo.

-estás muy raro.

-no, solo quiero que sepas que te quiero, que siento haber reaccionado de esa manera, no sé por qué lo hice, quizá sea la impotencia de no saber llegar a ti. Lo siento.

-no me digas esas cosas, vas a hacer que me sienta culpable.

-no es mi intención ¿porqué cada vez que intento decirte algo agradable la cago?

No puedo evitar reírme a carcajada limpia además.

-lo que mejor me funciona contigo es besarte, parece ser que así soy capaz de que entiendas todo lo que te quiero, todo lo que estoy dispuesto a dar por ti, todo lo que te ofrezco.

-vamos al ascensor, que no me gusta estar en el punto de mira de todo el mundo.

-eso no vas a poder evitarlo, ya sabe todo el pueblo que nos hemos enfadado, que no has pasado la noche conmigo, que yo no he pegado ojo en toda la noche, la luz de la sala ha estado encendida toda la noche, que tú has salido de casa sin saber a dónde ir, has comprado un paquete de alubias a las ocho de la mañana.

-¡qué puto pueblo es este! No me lo puedo creer, ¿me han seguido?

-estamos en el punto de mira, eres la pareja del alcalde, que no se te olvide muñeca de porcelana. Ahora vamos al bar, ni tu ni yo hemos desayunado, vamos a hacerlo delante de todo el mundo y no porque me importe lo que digan, sinceramente a estas alturas, después de diez y ocho años ya estoy acostumbrado, si no porque quiero que nos vean juntos, no por ellos, si no por mí. Te quiero, consuerte, no quiero que esto vuelva a pasar ayúdame a entenderte, diga lo que diga, no vuelvas a desaparecer de mi lado de esa manera, por favor. ¡No llores!

-yo venía a pedirte disculpas.

-aceptadas ¿aceptas tu las mías?

-qué pregunta más tonta.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

jueves, 9 de febrero de 2012

QUE NO SE LE OCURRA VOLVER A HACERLO


Subo a verle, según Susi acaba de llegar al ayuntamiento. La puerta de su oficina  está cerrada, deduzco que está reunido. Me entretengo hablando con las secretarias, pendiente de ver abrirse la puerta, sin preguntar por él. No tardo en verle asomarse por la puerta, llamando a Ainara, nuestras miradas se cruzan, se alegra de verme, lo sé por sus ojos. Vuelve a cerrarla puerta sin tan siquiera saludarme, ni un hola. Miguel es así, pero sé que se ha alegrado de verme, sus ojos no mienten, ahora ya sabe que estoy esperando verle, se que en cuanto pueda me hará caso. No pienso irme a allí sin hablar con él, esperaré lo que haga falta, así que sigo mi charla con las secretarias, como no son del pueblo imagino que nos les habrá llegado el cotilleo de que salí de su casa dando un portazo. Una absurda reacción por mi parte, como muchas de las que tengo, cada día soy más impulsiva. Aún sabiendo que su comentario no era malicioso, todo lo contrario, me dejé llevar por la ¿rabia? ¡No! terror del momento, el miedo a perderlo todo. Como siempre en vez de coger su mano, le echo de mi vida. En fin algún día aprenderé a controlar esos impulsos. De momento espero poder explicarme y que él lo entienda.

Entra una pareja de vecinos, han quedado con Miguel, está claro, me va a costar verle, hablar con él, no importa esperaré lo que haga falta, al fin y al cavo se está bien, la temperatura es estupenda me he quitado hasta el abrigo, la charla amigable y entretenida. Supongo que se preguntarán qué hago allí, pero nadie dice nada. No pienso salir del ayuntamiento sin hablar con él, si hace falta pido hora, lo que sea.

La puerta se abre, veo sus ojos color miel buscándome, se acerca a mi me da un azote amistoso en el trasero, lo tengo tan cerca que me dan ganas de abrazarlo, no puede ser, sé que eso no le gustaría, tengo que conformarme con esa muestra de cariño, él es así, muy reservado. “buenos días, consuerte” me dice al oído. Buenos días, alcalde, le contesto presa de la emoción, de saber que no está demasiado enfadado. “Lo siento”, dice susurrando y mirándome a los ojos, no sé qué decirle, la que lo siente soy yo, la que tiene que pedir disculpas soy yo o así lo entiendo yo. No entiendo qué es lo que pasa. Sin saber cómo reaccionar ante sus inesperadas disculpas, cierro los ojos mientras sus labios buscan los míos,  me contengo para no abrazarlo, pegar mi cuerpo al suyo buscando sus brazos, sé que no le gustaría, no es propio de él mostrar sus sentimientos en público, pero la cosa es que lo acaba de hacer. Me deja sorprendida y con muchas ganas de él, decido que ha llagado el momento de irme.

-luego te veo.

-¿no me esperas? No voy a tardar mucho, atiendo a esos dos y quedo libre.

-vale.

Digo intentando aguantar las ganas de reír y dándole yo el azote en el trasero.

Mientras espero recapitulo sobre los acontecimientos del día anterior.

Me ofreció casa, comida y alguna cosa más, yo me lo tomé como limosna, le contesté mal y me fui. No, así ni fue, fue él el que me dijo que me fuera de su casa. Pues que no se le ocurra volver a hacerlo.



Hasta mañana. Agur



MARIAN

martes, 7 de febrero de 2012

ESTOY EN EL PUNTO DE MIRA DE TODO EL MUNDO


Abro los ojos, me siento muy adormecida, me cuesta reaccionar. Por el reflejo de la ventana sé que es de día, quiero despertarme, reaccionar. Sigo bajo el efecto de las pastillas, me levanto arrastrando los pies y el alma, como un fantasma arrastrando sus cadenas, con el corazón herido el ánimo marchito, ajado, desesperanzada, cansada antes de la lucha.

¡Qué coño estoy haciendo! Me digo atolondrada por las pastillas, ¡no! ¡Así no! Me estoy equivocando. Mi cerebro sigue adormecido,  pero con ganas de luchar, mi cuerpo no lo acompaña. Me obligo a levantar la cabeza y los pies al caminar. ¡Tonta eres tonta! Me digo camino de la cocina.

La planta baja está helada, el termómetro de la cocina marca dos grados, enciendo un cigarro mientras enciendo la chimenea, ¿para qué? Para nada, no pienso quedarme aquí. Subo de nuevo a la habitación, el frio de la casa me ha espabilado. Me visto y salgo de  casa.

Son las ocho de la mañana, el termómetro de la calle marca menos tres grados, la gélida frisa hiela mi sangre, me estremezco, no sé dónde ir, a donde dirigir mis pasos. La somnolencia de las pastillas va desapareciendo dando paso a la tristeza. Miguel intenta establecerse en mi cabeza, lo destierro, no porque no quiera verle, si no por vergüenza ante mi reacción.

El pueblo está desierto, solo algún coche que otro rompe la calma. Entro en la tienda solo por no estar en la calle, buscando calor corporal y humano.

-¡buenos días!

Saludo lo más simpática que me sale. Idoia, mi amiga, no está. Hoy le toca a Asier abrir el comercio, es su pareja.

-buenos días, Marian.

Compro algo para justificar mi estancia en el comercio, salgo, no me apetece quedarme. Instintivamente miro la fachada del ayuntamiento, las luces están encendidas, ¿habrá llegado Miguel? No veo el coche por ningún lado.

Deambulo por el pueblo sin rumbo fijo, empiezan a aparecer niños con sus madres camino de la ikastola, van tan abrigaos con sus gorros y bufandas que casi ni se les ve.

-¡MARIAN!

Es Susana, la que me llama.

-hola

-¡qué frio! ¿Qué haces?

-dando una vuelta. El frio es sano, estira la piel.

-ya, acabo de ver a Miguel entrar en el ayuntamiento, tenía muy mala cara. ¿Va todo bien?

-sí.

-he oído decir que no has pasado la noche en su casa, que te fuiste dando un portazo.

- nada que tenga importancia ¿no tenéis nada mejor que hacer que estar pendientes de la vida de los demás?

Ignora completamente mi comentario.

-me han dicho que la chica que estaba ayer con Fermín es hija del difunto Manuel ¿es cierto?

-sí.

-¿no te llevas con ella?

-nos llevamos estupendamente. Es más hoy hemos quedado para comer ¿te apetece venir? Así no tienes que esperar a que te lo cuenten.

-como eres….

-como me sale de las narices ¿entendido? ¿Me meto yo en la vida de los demás? ¡NO! PUES DEJAR DE METEROS EN LA MIA.

-Bueno, bueno, ya veo que hoy no es tu día, hasta luego.

Estoy en el punto de mira de todo el mundo, soy la pareja del alcalde, flaco favor le estoy haciendo con mi comportamiento. Doy media vuelta y encamino mis pasos hacia el ayuntamiento.  Que sea lo que Dios quiero, pienso.



HASTA MAÑANA. AGUR.

MARIAN

viernes, 3 de febrero de 2012

L A HISTORIA SE REPITE


-La historia se repite.

-¿qué es lo que se repite?

-mi mala suerte con la economía.

-cuéntamelo.

-no me interesa el dinero, pero mi vida siempre ha girado en torne al dinero ¿porqué? No tengo ni idea.

-hablemos de ello.

-de qué, ¿de qué siempre tengo el mismo problema? ¿De que cuando creo que mi vida está resuelta siempre pasa algo que lo jode? Estoy hasta el gorro, de verdad. No se si tengo fuerzas para luchar con lo que se avecina, creo que no tengo ni ganas. Ya se lo que me espera, ya lo he vivido, ya he vivido esa angustia a perderlo todo, lo siento no tengo ganas de volver a pasar por lo mismo.

-haz algo.

-¿qué puedo hacer, Miguel, qué coño puedo hacer? La solución sería que el hotel se vendiese de una vez por todas, liquidaría y punto final, me da lo mismo que no me quede ni un duro, de verdad, necesito poco para vivir, ya me conoces, soy muy sencilla no necesito gran cosa. ¿Quién va a meterse en un negocio que por culpa de una mala gestión hace aguas? Dices que no confío en nadie, pues te equivocas confié en Andrés, mira donde me he llevado, a tener problemas y gordos. Estoy harta de verdad, no tengo ni fuerzas ni ganas de emprender otra batalla con la seguridad social ni con haciendo, que me lo quieten todo me da lo mismo. A la mierda.

-cama no te va a faltar, ni comida, ni un polvo de vez en cuando, si hay suerte y estás de buen humor, comida tampoco.

-¿a qué viene esa chorrada? Que sepas que no ha habido hombre que me haya mantenido, siempre me he valido por mí misma, que te quede claro, no acepto limosna, no la necesito. Tengo ovarios suficientes para mantenerme.  Yo no me vendo ni por un polvo ni por nada, que te quede claro, majo, sí que quítate de la cabeza que todas esas chorradas.

-si alguien en tu situación me ofrece cama, comida y un polvo, doy las gracias, no me pongo chula.

-pues yo no soy tu.

--pues sal de mi casa.

-¿cómo?

-que salgas de mi casa.

-adiós muy buenas.

Salgo de la casa pegando un portazo, que quede claro no necesito de nadie, estoy acostumbrada a valerme por mi misma, así mejor nada tengo que agradecerá nadie. A la mierda con todo el mundo, mejor sola que mal acompañada. Que cuide él de su madre, de su casa, de su puta vida confortable, toda para él.

Entro en mi casa, donde la parte de abajo, casi está sin muebles, fría y desamparada ¿Cómo yo? Sola, triste, húmeda, fría……. Han pasado cuatro meses desde las inundaciones, no me he preocupado gran cosa del tema, me doy el impulso y ahí lo dejé, como todo en mi vida. ¿Qué pensaría Manuel si viera la casa? Ese pensamiento me hunde todavía más, ¿qué estoy haciendo? O mejor ¿qué es lo que no estoy haciendo?

Revivo acontecimientos, recuerdos, esta casa es mía porque la deseé, antes de conocer a su dueño, la primera vez que vi esta casa me enamoré de ella, desee vivir en ella, eso me hizo pasar todos los días delante de ella. No fue mi objetivo, todo ocurrió de una forma imprevista, por lo menos para mí, pero lo que sentí cuando Manuel me dio las llaves de esta casa …..¿Cómo he olvidado lo que sentí cuando entre en esta casa? Lo siento, ¡dios! Esta es la casa de mis sueños, así lo sentí cuando entré, ¿qué he hecho? Destrozarla, como destrozo mi vida. ¿Por qué cuando tengo algo bueno en mi vida, lo destrozo, lo rompo? Miguel vuelve a mis pensamientos. ¡Dios mío ayúdame! No quiero seguir pensando. Recurro a las pastillas, me meto en la cama, en una cama que no es la mía, fría, triste, húmeda. Cambio de habitación, entro en la habitación que fue de Manuel cuando era soltero, que yo usaba para meditar, ya no siento nada de lo que sentía cuando entraba en ella, nada de nada, espero impaciente a que la pastilla haga efecto.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿QUÉ PASA?


Salgo de casa de Fermín, con paso ligero sin despedirme de Luisa que me mira de reojo, con la que ya hablaré, pero ahora no. Miro tras de mí, Miguel no me sigue. El erizo se despierta, agrede mi estómago, puedo notar cada una de sus púas incrustadas en mi estómago. Me siento intentado dominarme, obligando al erizo a dormirse de nuevo, deshecho ese pensamiento de mi cabeza, no quiero que se duerma, quiero que desaparezca de mi vida. Que se vaya para no volver.

Me levanto impulsada por ese pensamiento, vuelvo a casa de Fermín, Miguel no está, esperaba agarrarme a su mano, ya es tarde tenía que haberlo hecho antes, ya no. Da lo mismo.

Si estoy sola en esto es porque yo lo he elegido, no puedo reprocharle nada, pero le echo de menos.

-ya estoy aquí de nuevo, perdón por la huida.

-tú misma.

-¿qué está pasando con el hotel?

-que falta Manuel.

-Eso ya lo sabemos hace mucho, vamos a cerrar la etapa de Manuel, que ni está ni va a estar. Arreglemos esto de la mejor manera posible. ¿Cuál es el problema real?

-se ha generado una deuda..

-un segundo, voy a llamar a Miguel, si no os importa. ¿Tú representas a Nekane?

-¡qué dices Marian! Yo no represento a nadie en este momento, es más no sé porque me estoy metiendo en este berenjenal.

-Marian, creo que esto es un problema de las dos.

Dice Nekane que me deja con la boca abierta.

-de todas maneras me gustaría que Miguel estuviera conmigo.

Sin esperar respuesta me levanto y llamo a Miguel. Me disculpo con él y le pido que vuelva.

Espero que vuelva antes de entrar en el despecho.

-rebobinemos

Le digo a Miguel, le veo tan serio que me dan tentaciones de volver a salir corriendo.

-dame tu mano.

Le digo suplicante.

-te necesito a mi lado, es importante para mí.

-no sé si sirve de algo, he estado sentado a tu lado en el banco y no me has visto, eso creo.

-a veces me pasan esas cosas, pero te agradezco que estés a mi lado, si no te veo, házmelo saber.

-no ves lo que tienes a tu lado, da lo mismo lo que hagamos los que te queremos, no lo ves. Te cierras tanto, que no ves, estaba sentado a tu lado, no me has visto. No lo entiendo.

-perdón.

-no quiero que me pidas perdón, quiero que me veas, que cojas mi mano, soy tu amigo, solo quiero ayudarte.

-lo siento.

-¿entiendes que no estás sola? ¿Qué estás rodeada de gente que te quiere? ¿Qué es lo que a pasado en tu vida para que tengas tanto miedo, para que no puedas confiar en la gente que te rodea?

-déjalo, ya lo hablaremos, nos están esperando.

-estoy cansado de escuchar déjalo, luego lo hablamos.  Aprendes a confiar en mí o no se qué sentido tiene nuestra relación.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN