-nunca me habías contado nada de eso.
-de qué.
Dice Miguel mirando la tele.
-deja de mirar la tele y hazme caso, yo he dejado el
ordenador.
Se frota las manos.
-dime, dime, cuéntame que pasa por esa cabecita……
-déjame hablar. Nunca me habías contado que yo había hecho
esas cosas, las del sueño te digo.
-no sabía que no las recordabas, te recuerdo que para ti
siempre ha sido tema tabú. ¿Ahora que lo sabes estás mejor?
-no recuerdo haberlo hecho, pero me alegra saber que lo
hice. El único recuerdo que me persigue una y otra vez aunque haya pasado mucho
tiempo es la voz del policía dándome la noticia, con el tiempo cada vez que
escucho su voz, me lo quito de la cabeza diciéndole al policía que ya lo sé,
que no me lo repita tanto.
-te quedaste en ese momento.
-si
-ya has avanzado un poco, ahora solo te falta recuperar los
buenos momentos. ¿Recuerdas cuando nació?
-como si fuera a hoy, eso no se me ha olvidado, el problema
es que me faltan los sentimientos, la emoción.
Lloro, lloro, lloro. Acabo de recuperar el momento, la
primera vez que la tuve encima como la besé y acaricié sin importarme que aún
estuviera sucia. Creo que fueron los segundos más felices de mi vida.
-¡era tan bonita! Era perfecta y no es amor de madre, así
era. He intentado recuperar ese sentimiento, esa necesidad de protección,
acercándome a otros niños, no he sido capaz, siempre he acabado manteniendo las
distancias, es como si la traicionase por querer ilusionarme con otro niño. Yo
era una niña, su llegada al mundo trajo muchas discusiones familiares de un
lado y de otro, pero yo estaba feliz con mi niña, nunca permití que nadie me
quitara el derecho a ser madre a decidir sobre ella, muchas discusiones me trajeron,
pero era mi niña y yo estaba orgullosísima de ser su madre.
Hablo y hablo, lloro y río Por fin, después de tanto tiempo
soy capaz de recordar, de sentir, de hablar de ella sin sentir que la
traiciono. Todos los recuerdos están claros en mi cabeza, mi cabeza es más
rápida que mi lengua, no da abasto de tanto que tengo que decir de ella. Las
palabras chocan unas contra otra otras, ¡tengo tanto que contar! ¡La boca es
tan lenta!
Tengo que ordenar mis recuerdos, son tantos que no los puedo
contar en una noche son míos, así que cayo y dejo que los pensamientos y
emociones surjan sin intentar convertirlos en palabras. Disfruto del momento.
¡Era tan especial! ¡Era única! Físicamente era como su padre, pero tenía un
genio y una personalidad…. ¿de quién sacaría eso? Jijiji.
Hasta mañana. Agur.
MARIAN.
1 comentario:
me alegra que intentes mirar atras y descubrir el velo que lo habia cubierto todo, todo esto es pasajero, no hay separacion porque el amor ha existido, y ese tesoro invaluable no te lo quita nadie, es tuyo como tus recuerdcos vivencias y el amor compartido :), solo recuerda que la vida en si es pasajera, y que nos ensena de diferentes formas,y que un dia cualquiera el amor les une nuevamente :)bendiciones y amor!!
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