En mi huida a ninguna parte, en ese no querer reaccionar, no
querer enfrentar la razón con el corazón, paro el coche impulsada por un arrebato.
Sin pensar emprendo una marcha acelerada, como si así consiguiera dejar los
pensamientos atrás, intentando que mis piernas corran más que mis pensamientos.
Mientras ando, mientras centro la atención en mis pasos hacia ningún lado,
entretengo mi cerebro.
Mis piernas se niegan a seguir corriendo, me dejo caer sobre
la hierba, cierro los ojos, si el sueño llegase descansaría. Manuel se ínstala
en mi cabeza, llenándola de recuerdos de tantas huidas, abro los ojos, mis
piernas me han conducido a un rincón en el que muchos momentos pasé con él
¿porqué hago esto? ¿Qué consigo con esto? ¡Qué coño he hecho! Me dejo llevar
por el pánico y pierdo el control. Está anocheciendo, no sé donde he dejado el
coche, se donde estoy, pero no sé cómo salir, como encontrar el camino que me
lleve a mi casa, a la seguridad de mi
hogar. ¡Dios! ¡Miguel!. Tiene que estar preocupado. ¿Por qué haré estas cosas?
¿Por qué perderé el control de esta manera? He perdido completamente el
concepto tiempo o lugar.
Si he llegado si saber cómo, saldré de la misma manera, solo
tengo que relajarme, dejar que mis piernas deshagan lo andado.
Por fin veo el coche y el de Miguel detrás y dos o tres más.
¡Me consume la vergüenza y los remordimientos!, me buscan ¡dios! ¿Por qué haré
estás cosas? ¿Qué le digo yo ahora?
Espero paciente a que aparezca, en algún momento vendrá. Apoyada
en el coche, maldigo mil veces, mis huidas, mis descontroles y sobre todo la
preocupación que he ocasionado ¿qué le digo yo ahora? ¡Imbécil, imbécil!
Por fin le veo aparecer, por su gesto se que se alegra, pero
su frialdad me hiela la sangre. Abre la puerta de mi coche y me invita a
entrar, la cierra de un portazo y entra en su coche. En algún momento del
camino hacia casa lo pierdo. Llego a casa espero y espero, pero no viene.
Cojo las llaves de casa de su difunta madre y voy dispuesta
ha hablar a pedir disculpas por mi comportamiento. Cuando llego sus ronquidos
me confirman que está. No es el momento de molestar así que me meto en la cama
con él.
Hasta mañana. Agur
MARIAN.
2 comentarios:
A veces se necesita respirar lejos de todo y de todos y encontrar ese rinconcito que te aleja del mundo mundial, pero tienes que pensar que hay personas que se preocupan por ti, que sufren que te quieren y no puedes abandonarlo todo para cumplir tus deseos. Espero que pronto encuentres tu paz. Un besazo.
No me pierdo ninguno y lo hago en silencio, siempre, pero hoy ........
Hoy ha sido genial.
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