viernes, 16 de marzo de 2012

DETENDRIA LA VIDA EN ESE MOMENTO.


Estaba en la oficina, sumando y restando, sigo con la calculadora, cosas mías. Miguel ha entrado en la oficina sin llamar, que no me importa, pero es extraño en él, siempre tan correcto.

-¡te pillé!

-¡qué!

-utilizando tu dedo.

-¡que!

-dice Nekane que te dé unas clases de informática.

-no necesito clases de informática, sé lo necesario para apañármelas.

-¿por qué haces las cuentas tu? Deja que trabaje el ordenador.

-me gusta hacerlas. Cosas mías.

-no será que lo utilizas de excusa para pasar más tiempo en la oficina.

-no.

-entonces cuando entra alguien ¿porqué escondes la calculadora?

-¿has venido a tocarme las narices? ¿No tienes nada mejor que hacer?

-he venido a ver como utilizas el dedo.

-tú eres tonto o qué te pasa.

-explícame esto.

Me pasa un folio escrito por mí, me gusta escribir a mano, es una nota que le he enviado a un proveedor, la nota iba acompañada con unas facturas mal emitidas y en respuesta a otra nota mandada por el comercial, entre otras lindeces dice:

Señor Kepa, que sepa usted, que yo tampoco poseo un gran programa informático, no lo necesito, porque tengo sentido común, una buena calculadora y un dedo muy hábil y juguetón  que suple cualquier gran programa.

-¿tiene usted algo que decir señora consuerte?

-no mucho, creo que es obvio, yo no soy economista, pero las cuentas se me dan bien….

-no me líes, que hablamos de tu dedo, no de tu cabeza.

-¿Qué es lo que quieres saber de mi dedo?

Digo riendo.

-lo que tú hagas con tu dedo, me lo cuentas solo a mí, esa sonrisa picarona que tienes en este momento, es solo mía. No sé quién es ese Kepa, ¿Cuándo has quedado con él?

La conversación hasta este punto ha sido distendida, pero su cara cambia por momentos y su tono también. No estoy dispuesta a que ninguna payasada mía genere la más minina duda entre los dos. Me levanto y le beso.

-tú eres el responsable de que a mí se me ocurran esas cosas, tu eres el motor de mi vida y mi sexualidad, señor alcalde. Mi lívido y mi autoestima están por las nubes, tú eres el causante de ello. Cada cosa que hago, incluida esa nota, es porque tú estás constantemente en mi cabeza. No necesito utilizar mi dedo, nada más que para aporrear el teclado. A no ser claro está, que tu estés delante y me pidas que lo utilice para otra cosa, que lo haré encantada, porque para mí no hay nada más placentero que provocar tu deseo hacia mí, me alimento de tus miradas, tus caricias, tu sonrisa, tu amor, Miguel, es el me hace levantarme con ilusión y energía todas las mañanas. Hace tiempo me preguntaste que le pedía a la vida, lo único que pido es tenerte a mi lado, porque sé que lo demás llegará si al abrir los ojos cada mañana, lo primero que veo es tu cara, bueno no, eso no es cierto, lo primero que veo o siento, es tu tetilla. Porque la primera sensación del día es tu abrazo, me hace sentirme tan bien que suelo hacerme la remolona para disfrutar de ese momento, sumergirme en ese refugio, en ese espacio que existe entre tus brazos y tu pecho, pararía el mundo en ese momento.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN

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