-se puede saber porqué no tienes chimenea como todo el
mundo, está la casa helada.
-porque me resulta más fácil darle a un botón.
-pues a ver a qué botón le das ahora.
-me lo pones fácil.
-perdona guapo, que yo no iba por ahí.
-arrechuchate más, calor humano es lo que necesito.
-no andarás pensando en que me quite la ropa, ni de coña majo. Unos tronquitos nos vendrían
muy bien, tantos modernismos, ni leches en vinagre, haz una fogata en mitad de
la sala. ¡Coño qué frio! Con lo que he dejado en la entrada de mi casa, menuda
hoguera que podemos hacer.
-¡la que habrá liado! No se te puede dejar sola.
-no haberte ido.
-chavala, no provoques, ahora que eres la alcaldesa
consuerte, tienes que aprender a comportarte como Dios manda. No puedes hacer
lo que te dé la gana por que sí.
-pues eso es lo que a mí me gusta, que lo sepas.
-ya he pagado tus viñetas, con recargo y todo. Tienes sin
pagar las basuras de tres años, las viñetas de dos. ¡Que no se puede ir así por
la vida! no me mires con cara de no a ver roto un plato en la vida, que no te
vas a librar de pagar. Hasta ahora te has librado, no he querido molestarte.
-vale, vale, no me comas la oreja, te doy número de cuenta y
ya está.
-no, como castigo por morosa recurrente, vas a ir al banco a
pagar, luego si quieres domicilias los pagos.
-no, no pienso domiciliar nada, estoy enfadada con los
bancos. No tengo más que una cuenta, solo por no tener el dinero en casa. Como
busque la forma de tener el dinero bien guardado sin utilizar los bancos, lo
hago, de mi no van a sacar ni un duro.
-arrechuchate, subversiva ¿no dices que tienes frio? ¿No
sabes hablar sin moverte tanto? ¡Vaya movimiento de manos que tiene ella!
Arrechuchate y estate quietecita.
-¿cenamos? Me comía una vaca ahora mismo.
-luego, vamos a entrar primero en calor.
-pues yo tengo hambre, llevo todo el día sin comer.
-te descontrolas a la mínima, vamos a dejar los temas
serios. Lo que me mi me apetece es jugar, te he echado mucho de menos.
-tienes las manos frías. Si no nos hemos visto es porque tú
no has querido.
-cuando más te conozco, más me sorprendes.
-no se puede juzgar a nadie sin conocer
-yo no te juzgo, solo te vigilo. Arrechuchate, que te doy
calor.
Hasta mañana. Agur
5 comentarios:
Arrechuchate, que bien suena ¿eh?
Si el frío arrecia, lo mejor es no dejar de abrazarse.
Para las discusiones ya habrá tiempo cuando mejore el clima.
Saludos
J.
suerte que tienes a quien achucharte.
abrazos, envidiosos.
yo
¡Lastima!, el diálogo hubiera sido mucho más calentito frente a una chimenea en todo su esplendor con el fuego danzando en la leña, como tú proponías.
Pero de todas formas no ha estado nada mal. No, nada mal.
Un abrazo, querida amiga.
Con el estómago vacío no se ama bien.
Besos.
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