lunes, 4 de julio de 2011

TODO SE ARREGLA CON UNA SONRISA, ES FACIL.


-¿sabes lo que me apetece hacer ahora?

-qué.

-Podíamos ir a ver la puesta del sol, a Donosti o a San Juan de luz, estamos a mitad de camino de los dos sitios.

-me apunto.

-solo hay un problema.

-ya, que no puedes conducir.

-no es que haya bebido mucho pero suficiente para no poder coger el coche.

-tengo prohibido  utilizar tu coche.

-yo no te he prohibido a ti nunca nada, eres una bruja….

-es lo que hay.

-hoy hacemos una excepción.

-no tienes tu morro ni nada. Porque me apetece a mí, si no lo llevas claro. Iría más a gusto en mi coche, así sabrías lo que sufro en verano.

-porque te da la gana, cambia de coche.

-no, ese coche me gusta, podíamos ir con la capota bajada y el radio casset.

-no, vamos en mi coche, con el climatizador puesto, las ventanas bajadas y el mp3 a tope. Estoy hasta los cojones de darle la vuelta a la cinta.

-vamos pero que conste que a mí el plan me gustaba.

-si tenemos que bajar a por tu-mi coche se nos va a hacer tarde.

-vale, pesado, vale.

-me he quedado de un relajado, no hay nada más reconstituyente que echar un buen polvo, te quedas como un rey.

-¿ya no me vas a soltar ninguna guarrada de las tuyas?

-de momento no, ya puedo ser el caballero romántico que a ti te gusta, ¿qué guarradas te digo yo? Sosa desaborida.

-ya sabes tú de sobra de qué hablo, escopeta desinflada.

-no la provoques que esta se carga rápido. Como me gusta verte reír.

-estoy hecha un lio, no sé si reírme o enfadarme para hacerte gracia.

-depende el momento, me gusta más cuando te ríes, depende, me gusta todo lo que tú haces.

-¿qué ha pasado?

-que te quiero, que eres fantástica, hagas lo que hagas, lo mejor que ha pasado por mi vida, ya sé que soy un pesado de tanto que te lo repito, pero es que es así. Quiero que esto dure, voy a hacer lo que sea, voy a conseguir que sepas ser feliz, que deje de asustarte, que aprendas a disfrutar de ello. Hemos avanzado mucho más de lo que a simple vista parece, me siento orgulloso de ti y de mí….

-vale, cariño, ya está, acabemos el día con risas, no más llantos por hoy, creo que ya no me quedan lágrimas, así que no empieces tu ahora.

-¡frena HOSTIA!

-NO VOY RAPIDO.

-has cogido la curva demasiado rápido, reduce antes ¡coño!

-cuando tu conduces yo no me meto contigo, HAZ TU LO MISMO.

-haz las cosas como lo tienes que hacer.

-no me toques las narices que paro el coche aquí mismo y conduces tu. Desde que tienes este coche te has vuelto un tiquis miquis

-tira anda, vete con cuidado, se reduce antes de la curva, si todavía voy a tener que enseñarle a conducir.

-perdona, MAJO, TENGO EL CARNET DESDE LOS VEINTIOCHO AÑOS, NUNCA HE TENIDO NINGÚN ACCIDENTE.

-a saber los que has provocado, mira para adelante que la carretera la tienes en frente.

-Se acabó, no pienso aguantar ninguna impertinencia más, ¡tú que te has pensado! Que te den a ti y a tu coche, me bajo, conduce TU si te sale de los huevos.

-para leona, vaya mala leche que te gastas, que no es para tanto, no se te puede decir nada, no admites criticas.

-eso lo dirás tu. ¿Cómo quieres que acabemos el día? DE MORROS O COMO DIOS MANDA!

-Al poder ser bien.

-¡pues cierra el pico! Sigue buscando el freno, a lo mejor lo encuentras.

¡Coño ya! Manuel y su coche, parece que se preocupa más de él que de mí. Este me va a dar a mi lecciones de conducir, a lo mejor se las tengo que dar yo a él ¡no te fastidia el tío! ¡Qué manera de hablarme! Lo lleva claro conmigo. Se cree míster perfecto, él sí que no admite criticas, que yo nunca le digo nada, pero veo, que tonta no soy. Mira que tieso va, igual suelo ir yo y con la boca cerrada, sin molestar, también busco el freno y no digo nada. Está todo el rato mirándome de reojo. Ahora no me apetece hacerle caso.

-mira para adelante.

-cierra el pico, no te estoy mirando, eres tu el que me mira a mí.

-¿cómo sabes eso? Si no me estás mirando.

-te he dicho que cierres el pico, deja de reírte.

-¡señor, sí señor! Mira la gatita que se acerca ronroneando, hasta que le pisas el rabo y saca las uñas.

-ya me está tocando las narices otra vez ¿qué quieres que haga? Tendré que defenderme, vamos digo yo

-no me he metido contigo, solo te enseño a conducir.

-¡no empecemos! Ya estamos en la carretera general, izquierda o derecha.

-todo recto.

-esto si que te lo voy a decir y muy enserio, si quieres que conduzca yo, me vas indicando sin vacilarme, me pongo muy nerviosa, quiero las indicaciones claritas y según vaya llegando, no tres kilómetros antes.

-vale, derecha. Vamos a San Juan de Luz. Siguiente rotonda segunda salida, donde veas…

-sshhh, con eso vale, que me lio. Me he pasado la salida.

-da la vuelta a la rotonda, no pasa nada.

-vale.

-ve despacio, solo tienes que seguir las indicaciones, siguiente rotonda tercera salida.

-¿cómo puedes acordarte de esas cosas? ¡Coño ya me he pasado!

-ve despacio y pensando en lo que haces, he venido muchas veces por aquí ¿tú no?

-sí, pero como siempre voy de copiloto no me fijo.

-el siguiente cruce a la derecha, lo indica la señal.

-ya pero es que cuando me doy cuenta ya me la he pasado. Además tengo un pequeño problema con la izquierda y la derecha, ya se cuales son, pero tengo que pensarlo, derecha anillo, izquierda reloj, hasta tengo que mirarlo. Yo creo que soy un poco disléxica.

-eso no me lo habías contado.

-ya, es que normalmente me las apaño, pero conduciendo, me pongo nerviosa, antes no me pasaba, pero ya llevo unos años que sí. Yo llego a todos los sitios, ahora lo que tarde es otro asunto.

-carril derecho y vas derecha a la entrada de la autopista. Ve despacio, hay control de gendarmes, aquí no va a servir de nada que digas que eres mi mujer.

-ya, le sonreiré, de más de una multa me he librado por simpática.

-mientras no le hagas proposiciones deshonestas.

-una multa me llevé por borde, eso también me ha pasado, pero era porque el municipal era un prepotente y me pilló en mal día, ese iba a por mí. ¡La que se lió en un momento! Casi me lleva el coche hasta la grúa, menos mal que al de la grúa era amigo mío, sino  se lo lleva.

-¿qué hiciste?

-cuando iba a trabajar a la tienda iba muy temprano y no había sitio para aparcar, siempre lo dejaba mal aparcado en el mismo sitio, cuando a los municipales les daba por decirme algo, salía toda sonriente y movía el coche, nunca pasaba nada, hasta que un día vino el borde de turno y me llamó la atención de mala manera, moví el coche y punto, al día siguiente volvió derecho a multarme, no me acordé de que tenía que ser simpática y  no sé qué barbaridad le solté. Me pidió la documentación según voy al coche a cogerla me doy cuenta de que la había sacado pero no metido, intenté ser simpática, pero ya no coló. Menos mal que mi documentación si llevaba, solo me faltaba la del coche. Al final el de la grúa le convenció para no llevarse el coche, pero me puso una multa de doscientos euros, según el por aparcar indebidamente en una curva peligrosa, impidiendo la visibilidad de los demás coches y todo por no sonreír ¡qué fuerte!

-ya qué pasada, no te multó por aparcar mal, ¡qué cabrón!, te multó por no sonreírle.

-pues claro que sí. Ya hemos pasado y ni me han mirado te han mirado a ti.

-si llego a conducir yo, hasta nos registran.

-sonríeles es fácil.

5 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Me parece que somos más las que nos perdimos la clase de derecha e izquierda de Barrio Sésamo.

Besos

Kamra dijo...

Me encanta el relato, y me recuerdas un montón de situaciones vividas.

Besotes

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

HOLA, aún estoy avisando a los amigos, pásate por mi blog a recoger un premio con motivo de mi cumpleaños que espero que te guste.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia

Chaly Vera dijo...

Hay personas que creen que con una sonrisa todo se soluciona, otros no.


Besos

Emilio Manuel dijo...

¿sosa desaboria?, ¿dices que eres Navarra?, no me lo creo.

¡¡joer!! siempre peleando.

Saludos