domingo, 17 de abril de 2011

ESTARIA MEJOR SOLA

Abrió los ojos, Vicenta seguía meciéndola, le apartó los pelos de la cara y besó su mejilla.
-tienes a tu hombre esperando.
Se incorporó y miró a Manuel, que la miraba sonriendo. Pero sus ojos no sonreirán, ¿era enfado, preocupación, tristeza?, era tristeza. Se acercó a él, reclamando su atención. Se sentó a su lado, se sentía extraña, ralentizada, como si estuviera bajo los efectos de un tranquilizante.
-Voy a ver que hace Ramón.
-gracias, Vicenta.
Apoyó la cabeza en él, que reacciono al instante, abrazándola.
-parece que la innombrable a encontrado la horma de su zapato.
-No me interesan ninguna de las dos. ¿Estás bien? ¿Ya ha pasado?
-estoy muy rara, estoy demasiado tranquila.
-¿eso no es bueno?
-no lo sé, desde luego es raro, me siento como si estuviera bajo los efectos de un tranquilizante.
-no sé qué decirte, ¿te duele? Te ha hecho daño esa hija de puta
-no, ha sido una tontería, estoy bien.
-vamos a ir que te vea un médico.
-no hace falta, solo me ha empujado.
-¿estás segura? Ven.
Ver su imagen en el espejo la horrorizó.
-no me ha pegado, solo me ha empujado.
-suéltate la camisa.
-no recuerdo que me haya pegado, enserio, no sé cómo me han salido esto marcas.
- vamos al médico ahora mismo. Luego iremos a poner la denuncia.
-no tiene sentido nada de lo que dices, ni de lo que veo.
-vamos, quiero que te vea un médico.
-¿por qué estás tan distante conmigo? ¿Yo qué he hecho? ¿Le he pegado yo a ella?
-no, tú no has hecho nada malo, has recibido unos golpes que no te correspondían, no estoy distante contigo, pero no quiero hacerte daño.
-no me duele nada, en serio.
-eso es lo que más me preocupa, que no sientas nada, que estés tan tranquila. Nena no es normal.
-tú también estás muy tranquilo.
-No voy a perder el control, voy a hacer las cosas bien, no voy a permitir, que por un error mío, esa se quede impune, esta vez no. Me las va a pagar, como hay un Dios, va a pagar por lo que nos ha hecho, ha tenido suerte de que no la he visto, te juro que la mato. Lleva tiempo detrás nuestro, me está buscando, me encontró, se ha librado de que no la meta una hostia, porque Ramón estaba conmigo.
-vale, vale, ahora sí que me estoy poniendo nerviosa, no violencia, Manuel, así no, no sé lo que ha pasado, pero no por favor, más violencia no, no hagas nada de lo que nos podamos arrepentir, no me duele, de verdad.
Volvían los nervios, la ansiedad.
-tranquila, cariño, no va a pasar nada, Fermín se encargara, no voy a perder los papeles, esta vez no, ven, cariño, ya empiezas a reaccionar, eso está bien, pero no tienes nada de qué preocuparte, ¿vale? No voy a permitir que nadie te haga daño, pero voy a hacer las cosas bien. Ya he llamado a Fermín, él se encargará.
Se dejó conducir sin fuerzas para protestar, no era para tanto, cuatro marcas en su cuerpo que para mañana habrán desaparecido, no merece la pena, es más el revuelo que se está organizando, que la importancia que realmente tiene. En parte a sido culpa mía, me he metido en medio, tenía que haber hecho lo de todos, mirar para otro lado, que se las arreglen ellas solas, si se matan, pues que se maten.

El médico después de hacerle las pruebas pertinentes, avisó de que tenía que hacer un informe y mandarlo a la policía, aunque no hubiese lesiones graves, eran golpes superficiales, al día  siguiente su cuerpo estaría lleno de hematomas, muy aparatosos, pero sin importancia. Lo extraño era que no recordase nada, no existía ninguna respuesta física ante la falta de memoria, no había ningún golpe en la cabeza, el médico aconsejó pasar la noche en observación, se negó a ello. A la salida del hospital, Luisa y Fermín esperaban. Se sentía muy incómoda, se estaba exagerando todo mucho, según su punto de vista, agradecía la preocupación, pero ella lo único  que deseaba era irse a casa. Meterse en casa y no salir en una buena temporada.
Por empeño de todos fue a poner la denuncia, era absurdo pues no se acordaba de nada, el policía parecía saber más que ella de lo que había pasado, decidió no contestar, se estaba juzgando a alguien y ella no iba a contribuir a ello.
Consiguió que Manuel la llevase a casa, fue directa a la cama. Hasta le molestó cuando sintió que Manuel se acostaba a su lado.
Unos meses antes, cuando la relación no estaba tan consolidada, se hubiera ido a su casa, hubiera cerrado la casa a cal y canto y se hubiera estado una buena temporada aislada de todo el mundo, pero sabía que Manuel no se lo iba a consentir, sabía que conseguiría darle la vuelta, solo deseaba que Manuel no la presionase demasiado para hacerla hablar, solo necesitaba estar una buena temporada tranquila, hasta conseguir acabar con ese malestar, siempre acababa pasando. Todo era cuestión de parar su cerebro como otras veces, hasta que pasase.

6 comentarios:

San dijo...

Marian esto se pone interesante, vamos a por la siguiente entrega.
Besitos.

Atardecer en Otoño dijo...

Que historia! logras transmitir la angustia de los personajes, su sentir, te felicito.

Te deseo una feliz semana

Kevin Matus dijo...

hoo que gran texto, muy bueno, ya espero el siguiente!!!

rodolfo dijo...

qué maja, es un cielo de mujer

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Buenas noches:
Escribes muy bien, una historia muy buena, no se cuando podré volver a verte, sois demasiados y estoy atrapada por el tiempo.
Acepta mi buena voluntad.
Con ternura
Sor.Cecilia

Miguel Ángel de Móstoles dijo...

¡Uff!, ¡Marian, nos dejas con la angustia del "continuará"!

Espero que sea pronto.

¡Un beso!