viernes, 1 de febrero de 2013

SOLO QUERIA DARTE UNA SORPRESA




Recorro la casa con él, abro ventanas de habitaciones mugrientas por el polvo y la humedad, mientras le  acoso a preguntas que ni tan siquiera le dejo contestar. Yo diría que no lo intenta. ¿Para qué? Pensará, si no me va a escuchar y razón no le falta.

Llegamos a la planta baja, donde el panorama cambia por completo donde huele a limpieza y pintura.
-¿no vas a contestarme?
-solo intentaba darte una sorpresa, ¿he hecho mal?
-no, aunque yo no lo hubiera pintado todo de blanco.- Digo solo por decir algo. -tenias que haber empezado por arriba.
Digo sabiendo que no hubiera sido buena idea, que aunque él no dice nada ya me va conociendo para saber que necesito mi tiempo para ir situando  mis sentimientos donde corresponden. Le siento complacido ante mi arrebato de hace un momento, en vez de llevarme al siquiátrico, en sus ojos hay un brillo especial que hacía tiempo no lo observaba. Le sonrío agradecida.
-gracias.
Sonríe de esa forma suya que sabe me encandila, aunque no se lo diga.
-hay que poner un contenedor en la entrada, hay mucha basura que sacar de esta casa. No tengo ahora dinero para compara muebles, pero cuando lo tenga quiero que esté todo listo.
-no es necesario tirarlo todo, en esta casa hay muebles antiguos que tiene mucho valor, los arreglaremos.
-ya veremos.
-el secreter que te has empeñado en patear, antiguamente estaba en el ayuntamiento, tiene más de cien años, no puedes tirarlo.
-es precioso, no es la primera vez que me lio a patadas con él. La verdad es que es algo que siempre he querido tener y el baúl también me gusta.
-también perteneció al ayuntamiento.
-en esta casa hay auténticos tesoros que me estoy dejando estropear.
-así es.
-bueno pues salvemos todo lo salvable. ¿Me ayudaras?
-soy el mayor interesado en conservar lo que hay en esta casa.
Está anocheciendo, no hay luz, en el último reajuste económico que hice, di de baja la electricidad, así que va llegando el momento de irse.
-esta casa tiene algo especial ¿no te parece?
-mucha historia, si estos muros hablaran…
-una vez fui a preguntarte al ayuntamiento por los últimos dueños de la casa ¿te acuerdas?
-si.
-¡lo recuerdas!
-no.
-Manuel se enfadó conmigo porque te pregunté a ti en vez de a él
En este momento lo siento cerca y enfadado, como si todavía habitase la casa y estuviera haciendo algo que no le gusta. Como sé que son cosas mías, nunca he hablado con Miguel de esas sensaciones, de momento no voy a hacerlo. Pero si estoy decidida a continuar mi vida. Además el día que fui a verlo al ayuntamiento a Miguel digo, me pareció un hombre muy interesante, esto tampoco se lo dije a Manuel, claro está. No hay porqué contarlo todo.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN.

3 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Estamos de acuerdo, no hay que contarlo todo, jeje.

Disfuta

Mariluz GH dijo...

Mi madre decía que de cinco se cuentan tres y de tres ninguna :)

un abrazo

San dijo...

Efectivamente mejor no contarlo todo, siempre tiene uno que tener un cofre con tesoros.
Un abrazo.