He empezado hoy a trabajar, mi cuerpo no me acompaña en el
empeño pero le obligo. Miguel tampoco, no le hago no caso, no sé que me han
metido en mi cuerpo pero no me lo han dejado como estaba, el cansancio me
abate, aún y todo intento cumplir con mis obligaciones.
Antes de pasarme por la oficina he ido directa a ver a Nekane,
nadie me ha abierto la puerta, la he buscado por todo el hotel nadie la ha
visto, desde ayer no da señales de vida. La he llamado al teléfono un motón de
veces, apagado o fuera de cobertura. He llamado alarmada a Miguel, no me ha
hecho ni caso no quiere saber nada del tema.
Ya en la oficina me informan de que se la vio ayer por la
mañana, pero que tenía muy mala cara. He buscado las llaves del apartamento y
he ido a investigar no vaya ser que le haya pasado algo, he pensado. Ni rastro
de ella, todo ordenado y limpio, hasta olía bien.
He pasado la mañana impotente, nerviosa, sin saber qué hacer
o a quien recurrir. He llamado a Fermín, no sabe nada de ella. He llamado al
supuesto padre de la criatura que lleva en sus entrañas, no sabe nada de ella.
He vuelto a llamar a Miguel, ni sabe nada ni quiere saberlo.
Sin poder quitármela de la cabeza e trabajado un rato, hay
un montón de cosas que hacer. Al mediodía me he ido a casa, no me tenia de
pies, agotada sin motivo aparente. Estoy muy preocupada, nadie comparte mi
preocupación por Nekane, todo el mundo me dice que ella es así y sé que tienen
razón, pero no puedo dejar de preocuparme.
He vuelto a intentar hacer una meditación preguntando por
ella, no es la primera vez que así consigo resultados, pero no debo hacerlo
bien.
Me he quedado dormida después de comer. He vuelto a soñar
con Manuel pero no soy capaz de recordar qué.
Me estoy obsesionando con el tema, he pensado, no puedo seguir así, ella ya sabe donde estoy
si quiere ya vendrá.
He intentado disimular mi preocupación delante de Miguel, me
incomoda cuando dice que no quiere saber nada del tema y los comentarios
despectivos que hace hacia ella, pero claro tengo la mala costumbre de no saber
disimular, hago gestos involuntarios. Así que no he tenido más remedio que
hablarle abiertamente pues pensaba que mi preocupación era por mi salud, la verdad
es que casi ni me he acordado de ello. A lo mejor por eso me estoy obsesionando
con Nekane, para evitar pensar en lo realmente debía de preocuparme. No solo no
quiere saber nada del tema además le fastidia que yo me preocupe de Nekane.
Cosa que no entiendo. En fin..
Hasta mañana. Agur.
MARIAN.
1 comentario:
Paciencia Marian, las malas noticias llegan solas. Cuídate
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