
Todo comenzó la víspera. Fui a casa de su madre pensando que
lo sorprendería, la sorprendida fui yo. Entré directamente en el dormitorio, la
casa estaba a oscuras así que deduje que estaría dormido, me equivoqué, ni
rastro de él, la cama impoluta como yo lo había dejado. Estará dormido en el
sofá, pensé. Tampoco, ni rastro de él, sí de su paso por la estancia. Lo llamé
pero no obtuve respuesta. Encendí las luces de toda la casa, ya realmente
preocupada, esto es raro, muy raro, pensé. Como una es como es, y no puede
evitarlo, la preocupación, mezclada con miedo, desconfianza o que se yo, alertó
al erizo que habita en mi estomago, al que yo creía haber desterrado, pero que
solo debía de estar dormido, porque reapareció. Comencé una inspección
exhaustiva por la casa, alertada por el maullar de un gato, al que encontré
hecho un ovillo, no tenía más de dos meses ¡más bonito! ¡Más desvalido se le
veía! Muy extrañada, por supuesto, pero con la mosca detrás de la oreja, lo
cogí, mecí, acaricié, besé, cosa rara en mi, hasta que se durmió en mis brazos.
Tengo que confesar que me olvide de los motivos por los cuales había acudido a
la casa. Según me fui quedando dormida en el sofá acurrucando a calcetines,
pensé en Miguel, ¿Dónde estará? Es Miguel, confío en él, no sé donde andará,
pero no pasa nada, no estamos casados, no tiene por qué darme explicaciones de
todo, cuando nos casemos la cosa cambiará, pensé adormecida. Abatida ante la
batalla con Morfeo, me costó distinguir entre la realidad o fantasía onírica el
susurro que a mis oídos llegaba.
-consuerte.
Entreabrí un ojo. Ahí estaba el hombre causante de mi
inicial desvelo.
-¿de dónde vienes? ¿De dónde a salido este minino? Hueles a coñac.
¿vienes del bar? No hay ningún bar abierto en el pueblo a estas horas. ¿Dónde has
andado? Se suponía que venias a dormir a casa de tu madre y resulta que no.
-eso lo dirás tu. Calla un poco.
-no puedo evitarlo, mis despertares son un poco raros.
-te estaba esperando en el jardín. Sabía que vendrías.
-ya, soy muy previsible, lo había olvidado. ¿Vamos a la cama
y continúo con lo que estaba haciendo? Tú debías de hacer lo mismo, te recuerdo
que mañana nos espera un día un poco duro.
-¡duro!
-cansado, quería decir cansado, bueno no sé, lo que quiero
decir que nos espera un día distinto. ¿qué necesidad tenemos de casarnos? Así estamos
bien ¿no te parece? Que no estemos cansados no significa que puedas irte por
ahí sin contármelo, que no significa darme explicaciones, solo contármelo. ¿De dónde
vienes?
-repito, te esperaba en el jardín.
-¡ah! Es verdad. ¿Vamos
a la cama?
-no, ven al jardín. Hablemos un rato, estoy un poco
nervioso.
- ¿por la boda? No te preocupes, eso es tu falta de experiencia,
yo voy a por la tercera, no es nada, es fácil ya lo veras. Una cosa te digo, va
a ser la última, no se te ocurra morirte antes que yo o no te lo perdono en la
vida, si quieres verme enfadada hazlo y te enterarás. Te has cruzado en mi
camino, ahora no puedes irte sin mí. Ese camino lo haremos juntos, un día me
pregunté con cual de mis maridos me reencontraría en el más allá, a cual erigiría.
Eres tu el elegido, así que piénsatelo muy bien, si mañana echas esa firma, no
te vas a deshacer de mi ni en el más allá. Cuando murió Oscar, me sentí morir
mi mundo se hundió, quizá no fue el matrimonio perfecto, no lo fue, solo éramos
dos niños perdidos. Superé su marcha, le quería pero como pareja ya no existía nada,
por lo menos por mi parte, solo estaba con él por cobardía. Cuando Manuel se
cruzó en mi camino, me pareció el hombre perfecto, pero no fue así, dirigió mi
vida y mis emociones desde el primer día, muestra historia en realidad fue muy tortuosa,
sé que me ayudó mucho, me enseñó el camino. Creí estar enamorada de él hasta la
medula, pero en realidad me agarré a él, dependía de él para todo. Hoy sé que tú
eres el hombre al que he estado esperando toda mi vida, así que mucho cuidadito
con lo que haces, ¿me estás escuchando?
-suelta al el gato y ven conmigo.
CONTINUARA
Hasta mañana. Agur.
MARIAN
2 comentarios:
Tanta explicación, tanta explicación...besos
No siempre las palabras sobran...
Saludos
J.
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