lunes, 26 de marzo de 2012

PÁNICO


El día está tan bueno que comemos y decidimos salir del pueblo a dar una vuelta, a la civilización, donde sea le digo, cualquier lado donde no huela mal, hoy todo el pueblo huele a caca de vaca, como todos los años por estas fechas.

Pasábamos por la plaza cuando he visto a Luisa y Fermín sentados.

-para.

-a sus órdenes.

-no seas impertinente.

-encima el impertinente seré yo, manda cojones.

-déjalo estar ¿les digo si quieren venir?

-haz lo que quieras, lo vas a hacer de todas formas.

-te apetece sí o no.

-me gustaría pasar el día contigo a solas.

-vale.

Contesto más complacida de lo que estoy dispuesta a admitir y me entra una tontería…le sonrío, aunque él me sonríe le noto un poco serio. Empiezo a preocuparme.

-tenemos que hablar.

-¿pasa algo?

-muchas cosas.

Pánico, me pongo tensa. Es que me paso siete pueblos, soy una insoportable, a veces no me aguanto ni yo ¿porqué iba él a aguantarme? No tiene ninguna necesidad de aguantar mis manías, mis tontos mosqueos y eso que no se entera ni de la mitad, que muchas veces me callo, porque sé que son cosas mías, que a veces saco conclusiones equivocadas. Pero llegado a este punto, si él quisiere romper la relación, me hundo. De verdad, ahora mismo él es el motor de mi vida, quizá no sea sano, pero dependo de él emocionalmente. Pánico. Enciendo un cigarro.

-¿soy una insoportable, verdad?

Sonríe, mirándome con tal intensidad, que mi corazón para y arranca a mil por hora. Pánico. Si pudiera dar marcha atrás, lo haría ahora mismo. No podría vivir sin él, no por favor. Miro por la ventanilla intentando recapitular, no es el momento adecuado para eso, estoy demasiado nerviosa, asustada es la palabra correcta, si pudiera volver hacia atrás haría las cosas de distinta manera. Le sonrío.

-¿qué pasa, consuerte?

-nada, qué va a pasar. Si pasan cosas, muchas como tú dices, demasiadas. Pero ante todo y sobre todo, a parte de pedir disculpas por mi mal genio, que sepas que te quiero muchísimo, de verdad.

Ríe. Si lo que piensas es dejarme te lo voy a poner difícil.

-sí que tienes muy mal genio. Eres una cascarrabias.

-ya lo siento, voy a intentar dominarlo.

-¡más! ¿Cómo tengo que decirte que cuando te pase algo me lo cuentes?

-Ya lo hago.

-no.

Su tono vuelve a ser muy serio. Pánico. Enciendo otro cigarro. Para el coche, el paraje es precioso, él sabe que las ciudades no me gustan que soy como las cabras, tiro para el monte. Espero a ver que hace él, sale del coche y abre mi puerta.

-sal.

Vuelve a mirarme como antes, pierdo completamente la seguridad, si es que alguna vez la he tenido. Pánico.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN.