sábado, 23 de julio de 2011

DESCONFIANZAS


Ya llaga Luisa.

-¡hola LUISA!

-¡hola! siento lo de ayer, de verdad.

-ya, ya, déjalo, sigamos adelante.

-no primero escúchame, no siento lo que digo, de verdad, nadie se merece por lo que tú has pasado.

-he dicho que lo dejemos, yo ya lo he olvidado. Vamos a hablar de ti, no de mí.

-lo intento de verdad, pero al final siempre sale la rabia y ya no controlo lo que digo.

-inténtalo por lo menos, hablemos de lo que sientes por tu situación.

-frustración, remordimientos cuando actúo de esa manera, no soy capaz de controlarlo, lo llevo haciendo toda mi vida, al principio no me doy cuenta cuando soy consciente de lo que estoy haciendo ya no puedo parar. Lo estoy pasando muy mal, ayer hasta me dolía el estómago, siento una frustración tremenda, ya no se qué hacer, qué camino tomar, vaya por donde vaya entro en un callejón sin salida. ¿No podrías dejarme tu el dinero?

-no, sin el permiso de Manuel, no. Como se lo cuente va derecho a contárselo a Fermín, ya lo he intentado. No podemos contar con él.

-no es justo por su parte, yo nunca he contado nada de sus cosas, siempre le he sacado la cara ante las habladurías, para qué, para esto. ¿Qué la has dicho?  No le contaras lo que hablamos. ¡qué fuerte! Se lo cuentas. Si es que no puedo confiar en nadie, siempre me pasa lo mismo.

-¡para que ya empiezas! Mira no te voy a consentir que hables de él, no está presente, si consideras que te debe algo, háblalo con él, no conmigo ¿vale? no le estoy contando nada, que quede claro así que no empecemos. Habla de ti.

-¿para qué? Para que vayas corriendo a contárselo, no. Claro tienes que ganar puntos ante él encima dejándome a mi mal, eso es lo que buscas con las charlas que te cuente cosas para luego ir a contárselas, no sé cómo no me he dado cuenta antes. ¡Falsa!

-¿qué parte de no cuento nada no has entendido?

-ya, pero es que no me fio de ti.

-¿por qué vienes entonces? No sé qué haces aquí, estás en mi casa. ¿Te fías de alguien?

-no, la vida me ha enseñado a no fiarme de nadie, a la vista está.

-vamos a dejar las cosas claras, que no te fíes de nadie es tu problema, no te lo voy a discutir. Pero no digas que yo voy contando tus cosas, porque no es cierto, a partir de ahí tu misma.

-vale, la verdad es que no tengo más remedio que confiar en ti, no tengo a nadie más. Te voy a decir una cosa, como me entere de que me traicionas te enteras, se muchas cosas de ti, no tengo más que abrir la boca en el pueblo y ya verás que rápido cambian las cosas respecto a ti en el pueblo.

-¡me estás amenazando!

-tómatelo como quieras.

-alucino contigo, no tengo ninguna necesidad de pasar por esto, ni obligación de tenderte mi mano, si quieres confiar en mi estupendo si no ¿quieres decirme que haces aquí? ¿a qué vienes a mi casa? No lo entiendo.

-esta casa no es tuya, es de Manuel.

-te equivocas, vamos a medias en todo, esta casa es tan mía como suya, lo mismo que mía casa es también de los dos, que te quede claro que yo a esta relación no he llagado con las manos vacías, ya sé que te conté que pasé una mala época, pero lo arreglé, con mucho esfuerzo por mi parte pero lo hice, a ver si tu eres capaz de lograrlo. No soy ninguna muerta de hambre, una mala racha la pasa cualquiera, el problema vienen cuando no sabes afrontarlo, que es lo que te pasa a ti, yo lo hice y salvé la situación, ¿entendido? Volvamos a la desconfianza ¿porqué vienes?

-porque eres la única persona que tiende una mano aunque solo sea escuchándome.

-ya y me lo agradeces metiéndote conmigo, luego dices que Manuel es un desagradecido ¡ja! Él sabe muy bien lo que hace. Mira dentro de ti, maja, busca en tu interior, no arreglas nada metiéndote con los demás. Manuel no se niega a echarte una mano, para empezar no sabe cual es el problema, sabe que algo pasa, pero eso es tu culpa, no mía. Te guste  o no se debe a Fermín, es lo que hay. No quiero volver a oírte hablar de él.

-ya sabemos que su gran amigo es Fermín, pero yo siempre lo he apoyado.

-por Fermín. Dejamos a Manuel fuera de todo este embrollo.

-¿tú ya sabes que estás con él por mi?

-eso no te lo crees ni tú. Deja ya de hablar de los demás habla de ti. Mira dentro de ti.

-estoy demasiado enfadado con todo el mundo para eso, no puedo, no puedo confiar en nadie.

-es lo primero que tienes que lograr. Lo dejamos por hoy.

2 comentarios:

Chaly Vera dijo...

Realmente admiro la paciencia que muestras con tu amiga. Yo, lamentablemente no soy asi. Yo lo sacaba de mi casa y de mi vida con una patada en el culo.

Se dice que cada persona se merece los amigos que tiene, ¿sera verdad?

abrazos

Pilar Abalorios dijo...

Santa paciencia, me parece que yo sería más como Chalyvera, se pasa tanto...

Un beso