jueves, 30 de junio de 2011

NO SE SER FELIZ



Un  ramo de rosas rojas decoraba la entrada, ¡precioso! Dos sobres a cada lado esperaban a ser abiertos, miró a Manuel aguantando el llanto, cogió el sobre pequeño “gracias por estos dos años” sonrió forzando la sonrisa, tragando saliva para no llorar.
-gracias a ti, te quiero de verdad, no tienes ni idea de lo que significas para mí.

-el otro sobre déjalo para cuando estés sola, ya sabes lo que pone, te he hecho un resumen antes, te lo llevo diciendo desde que me aceptaste a tu lado, en esos folios no hay nada que no sepas ya, así que déjalo para cuando estés sola o te dé el bajón. Lo que más me gusta de todo esto, es que me siento correspondido, que todo el amor que yo te doy me lo devuelves con creces, ya sé que soy demasiado posesivo, pero mi vida se reduce a ti, eres todo lo que tengo, todo lo que soy, mi vida sin ti, no tiene sentido, poco a poco voy perdiendo el miedo a perderte, porque sé que me quieres tanto como yo a ti, no llores mi vida, hoy no, hoy quiero escuchar tu risa loca, regálame el brillo de tus ojos, tu sonrisa, haz esas cosas que tú haces para que esté todo el día pendiente de ti, no dejes nunca de hacerlo, es importante para mi saber que necesitas que esté pendiente de ti, que me necesitas. Ponte guapa, hagamos de hoy un día especial, sube a la habitación.
-¿Ese es el vestido que quieres que me ponga?
-sí, me encanta como te queda, ¿recuerdas la primera vez que te lo pusiste?
-como si fuera hoy, te hice un pase de modelos con la ropa que me compre el día que fuimos de compras a Pamplona, Luisa y yo.
-estabas preciosa.
-voy a ducharme.
-te acompaño. ¿Recuerdas la primera ducha que te diste aquí?
-como si lo estuviera viviendo hoy, me miras igual que ese día. Ese día decidí que aquí era donde quería vivir contigo.
-la primera vez que te escuché hacer planes de futuro juntos, al principio siempre que hacíamos el amor, acabábamos llorando, nos emocionábamos por lo que éramos capaces de sentir estando juntos, nuestros cuerpos aprendieron a amarse casi antes de que fuéramos conscientes de lo que pasaba entre nosotros. Contigo comprendí la diferencia entre una relación sexual y hacer el amor. ¿Recuerdas la primera vez que te besé? Lo di todo en aquel beso. Me fui llorando a casa, eso tú no lo sabías.
-no, tenias que haberte quedado esa noche.
-no pude pegar ojo en toda la noche, no era el momento, era mejor esperar a que fueras tú la que vinieras a mí, no quería que te sintieras presionada, tu tenias que abrir esa puerta.
-la abrí, vine a tu casa, a la mañana siguiente, muy nerviosa pero dispuesta, para adelante pase lo que pase, me dije, con un miedo horroroso a que las cosas no salieran bien. Como muy bien comprendí en mí huida hacia ninguna parte que cuanto más me aleja de ti, más te necesitaba, más te echaba de menos.
-han sido los mejores dos años de mi vida. No me canso de mirarte, eres preciosa cariño. No te pongas nada debajo del vestido.
-como la primera vez, ¿qué me dices de las vacaciones en Lérida? ¡Qué pasado!
-¿qué aprendimos de todo aquello? El pasado siempre vuelve, hay que resolverlo para poder pasar página.
-si, pero hubo mucho más.
-nos conocimos más, nos unimos más, con todo lo mal que lo pasamos, fue precioso como reaccionamos los dos.
-¡vaya dos años!
-nos ha pasado de todo, tu estas mucho mejor, más serena, has dejado de huir.
-sí.
-ahora vuelvo.
-¿A dónde vas?
-espérame. Ve poniéndote lo que te he dejado en la mesilla.
No se había fijado, sobre la mesilla, una rosa roja y un paquete.
¡pero cómo no voy a llorar! Si esto es como un sueño, me dijo siempre que mires a tu lado estaré, nunca más vas a estar sola, así ha sido, con las que he liado, en mi empeño de irme, él siempre ha estado a mi lado, aunque me negase a verlo, siempre cuidando de mi, preocupándose por mí, por mis cosas ¿porqué no se ser feliz? Esto es la leche, ya no me pasa, pero muchas de mis huidas han sido por eso, ¿cómo puedo ser tan desgraciada que me asusta la felicidad? ¡Increíble!
Ahora no sé qué es lo que tiene pensado, no se con que me va a sorprender, pero estoy nerviosísima y sin poder parar de llorar. Ni me voy a maquillar ¿para qué? Va a ser peor, creo que me voy a pasar el día llorando.
Abrió el paquete, extrajo una preciosa gargantilla, elegida con mucho gusto, sencilla.
Él sabe que yo no soy aparatosa, me gusta la sencillez, valoro más una sonrisa, un hombre como él a mi lado, que todo el oro del mundo. No me falta de nada, él se encarga de ello, pero todo me sobra, solo lo quiero a él, bueno su casa también, esta casa tiene algo, no sé lo que es. La primera vez que entré en ella, bueno la segunda, pero la primera no cuenta, me sentí como en mi casa, como si esta casa hubiera sido construida para mí y eso que tiene unos cien años. Algún día descubriré que esconde esta casa, no quiero pensar ahora en ello, no tengo ganas de ver al tipo con cara de mala leche.

Un “ASOMATE GUAPA” La sacó de sus pensamientos.
¡Pero cómo no voy a llorar!

miércoles, 29 de junio de 2011

Dos años juntos y revueltos


¡Qué calor, por Dios! Esto no hay quien lo aguante, este coche no tiene aire acondicionado, quema, no se puede ni tocar el volante, eso sí, tengo la mejor calefacción del mundo en este momento, yo creo que el aire que se suponía tenía que ser frio, saldrá a unos cuarenta grados, sin exagerar, como tampoco tiene termómetro, me lo tengo que inventar. Mira que me gusta este coche, tiene casi tantos años como yo, pero jobar, en algunas cosas se echa de menos la tecnología, con lo a gusto que irá él en su coche con el climatizador puesto, es que ni aunque baje la capota, el sol quema, mira que yo soy de calor, que el frio lo llevo mal, ¡coño! Esto es demasiado, no sé qué temperatura tendremos, pero como no tengo termómetro, me la invento, la sensación es de cincuenta grados, ahí me he pasado un poco, pero me gusta, a exagerada no me gana nadie. ¡Toma chulería!

Voy a ver si está Luisa, en el pueblo y la invito a un café o  dos, más no que si no acabamos mal.

-¿no te cansa Manuel?

-no, ¿porqué?

-no te lo quitas de encima en ningún momento, siempre te está tocando.

-estoy encantada, como él se despiste, entonces ataco yo, contacto constante.

-desde luego hay que ver lo que os ha cambiado la vida a los dos, sobre todo a Manuel, ver su cara, su sonrisa perpetua, yo que pensaba que no sabía sonreír, le veo casi todos los días cuando vuelve del trabajo, antes, me saludaba con la cabeza, ahora me sonríe hay veces que hasta me toca la bocina, siempre ha sido muy cariñoso conmigo y con los chavales, lo de ahora es distinto, está feliz, lo digo enserio. Antes estaba perdido, pero nunca me hubiera imaginado que lo que echaba de menos era una mujer, no sé por qué.

-me estaba esperando a mí, maja.

-está claro, dais una envidia, ya se os pasará la tontería, digo yo, ¿lleváis cerca de dos años?

-más o menos, si se lo preguntas a él, te dice hasta los minutos que llevamos juntos. No veas lo que le estoy echando de menos, ahora mismo.

-os comportáis como dos adolescentes.

-es mucho mejor que todo eso, los dos somos adultos, sabemos lo que queremos, lo que necesitamos, nos queremos muchísimo, solo con mirarnos sabemos cómo estamos, no sé si habrá pareja que esté tan compenetrada como nosotros, no necesitamos hablarnos para comunicarnos, es el mejor amante que he tenido, entre tú y yo, es buenísimo en la cama.

-todavía estáis en la luna de miel.

-mira, voy a ir a verle, siempre me dice que nunca voy a Ventas II, pues hoy voy a ir a darle una sorpresa, si, si, me voy a dejar llevar por el impulso que me acaba de dar, es que nos vemos poco.

-tu comes con él todos los días, yo a Fermín no lo veo hasta la noche.

-hicimos un pacto, comida y cena juntos, siempre.

-y cama.

-¡hombre claro! Me voy.

Necesito verle ahora mismo, además hoy ha ido más guapo que nunca, si es que tengo suerte, tengo a mi lado el hombre perfecto, esto no se lo voy a decir a él, que luego no hay quien lo aguante, se pone de un tonto. ¡Madre mía qué ganas tengo de verle!

-¡hola Marian!- saludó la chica de recepción.

-¿Manuel?

-creo que está fuera,  acabo de ver pasar ¿le aviso?

-no, ya le busco.

Ahí está, se le ve todo acalorado, ya me ha visto, qué sonrisa me acaba de echar, si es que me lo comería.

-hola preciosa, ¿qué hace mi mujer preferida por aquí?

-venir a verte, te echaba de menos.

-¿has pasado por casa?

-no, me he dejado llevar por el impulso de venir a verte.

-¿qué día es hoy, nena?

-no sé, dímelo tu.

-hoy hace dos años que hicimos el amor la primera vez.

-soy muy mala para estas cosas, lo siento.

-tenemos que celebrarlo ¿porqué me empeñaré yo en prepararte sorpresas? No me salen nunca, no sé cómo lo haces, que desbaratas todos mis planes, ¡qué bonitas estas cariño!

-tú eres el culpable de eso.

-¿de qué? ¿De que cada día que pasa estés más guapa? Cuando empezamos la relación te dije que iba a vivir para ti, para hacerte feliz, que nunca te ibas a arrepentir de dejarme entrar en tu vida ¿lo estoy haciendo bien?

-sí, eres lo mejor que ha pasado por mi vida, estoy encantada de tenerte a mi lado. Ya no podría vivir sin ti. ¿Eres feliz conmigo?

-Estoy tan bien contigo que a veces me da miedo que solo sea un sueño de los muchos que tuve contigo, imaginaba que paseaba contigo de la mano, que cenábamos, que hacíamos el amor, que compartía mi vida contigo, ni en mis mejores fantasías podía soñar lo que he vivido contigo, tu sí que eres lo mejor que ha pasado por mi vida. A veces pensaba que a lo mejor te estaba idealizando, que si conseguía acercarme a ti, eso no significaba que las cosas fueran a salir bien, pero eres mejor de lo que nunca me hubiera imaginado. Cuando murió David, una parte de mi se fue con él, A partir de esa mirada que me echaste al pedirme los cortados, algo cambió en mi, empecé a hacer planes de futuro, a tener ilusión por algo, a desear tener compañía compartir mi vida con alguien, contigo. Mi vida ha empezado a partir de conocerte, ¿Qué si soy feliz? En la vida he tenido tanta ilusión por vivir, por verte, por hacer planes, ver tu sonrisa, nena, me llena, sentir tu amor, dame la mano, ¿notas mi corazón? Late por ti, me siento el hombre más afortunado del mundo.

-gracias.

-hoy quiero que sea un día especial, ¿te acuerdas del día que nos casamos? Quiero repetirlo, pero los dos solos, tengo mesa reservada en el restaurante de la frontera, nuestro choco, alguna cosita más, no me llores, nena, que hoy estoy un poco tonto, y a lo mejor te acompaño en el llanto, quiero que te quede claro una cosa, tenlo muy presente durante todo el día, todo esto lo hago para echarte un buen polvo a la noche, ese es mi cometido en esta vida, hacerte el amor, meterte en mi cama y mantenerte despierta, no me vayas a hacer lo de la noche de bodas que te quedaste dormida, me quedé con las ganas, con lo que me lo curré aquella vez, para nada, hoy no te libras ¿te has enterado?

-sí, yo venía con esa intención, pero bueno ya esperaré.

-nunca lo hemos hecho aquí ¿porqué siempre acabamos hablando de sexo?

-porque una cosa lleva a la otra, entre tú y yo, eres el mejor amante que he tenido, estas muy bueno, estoy loquita por ti, hay…… que me da la llantina otra vez.

-vamos a casa, ahí te espera la primera sorpresa.

-en tu coche.

-¿le pasa algo a tu-mi coche?

-no te rías, que lo he pasado mal viniendo, este coche no se entera de que la calefacción es para el invierno.

-andas con él porqué te da la gana, ahora no te quejes.

-para empezar me quejo porque me da la gana, que no te rías, ese coche me gusta, pero tiene sus inconvenientes, ¿no se podía solucionar lo del aire? Me he sentido como un pollo en el horno.

-ese coche es así, lo tomas o lo dejas.

-¿no podíamos cambiar de coche estos días? Déjame tu coche.

-los cojones, no pienso dejarte mi coche.

-no sabes lo mal que me sienta cuando me dices esas cosas.

-no seas bruja, si quieres hago de chofer, mi coche no lo tocas.

-ya pasará el verano, que le vamos a hacer, si algún día no me encuentras, es que me he desintegrado.

martes, 28 de junio de 2011

PARA TODO HAY SOLUCION, LA ENCONTRAREMOS.


-¿estás en casa?

-si

-¿estás sola?

-si

-¿me invitas a un café?

-ya estoy poniendo la cafetera.

-enseguida voy.

¡Por fin! Lo que me ha costado dar con ella, parece mentira, pero cuando alguien no quiere que se la vea, no la ves. Manuel no lo entiende, pero Luisa es mi amiga y como mínimo si quiere hablar, la tengo que escuchar, a lo mejor es porque la he llamado veinte veces y le he dejado otros tantos mensajes, que se ha decidido a venir, en fin a ver como lo hago sin que Manuel se enfade conmigo.

-¡hola guapísima!

-hola Marian.

-tienes muy mala cara, Luisa.

-estoy al borde de un ataque de nervios.

-ya. Una tila te vendrá bien.

-sí.

-¿qué está pasando? No quiero meterme donde nadie me llama, pero creo que igual sin pretenderlo, tú me has metido, que si me lo hubieras dicho, te aseguro que te hubiera apoyado.

-una tontería  más de las muchas que estoy haciendo últimamente.

-si quieres lo hablamos.

-a eso he venido. Tengo un problema gordísimo de dinero. Si no consigo unos treinta mil euros, me llevan al juzgado, todavía no sé como Fermín no se ha enterado, estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para solucionarlo sin que él se entere.

-¿a quién debes?

-a dos bancos.

-si pudiera disponer de ese dinero sin que Manuel se enterase, te lo daría ahora mismo, pero es imposible.

-lo sé, por eso no te había dicho nada.  Ya no sé qué hacer, Marian, estoy desesperada, he intentado de todo, pero lo único que he conseguido ha sido perder dinero, no se para donde tirar, estoy en un callejón sin salida, atacada de los nervios, mintiendo como una cosaca, incapaz de buscar una solución.

-a lo mejor Fermín lo entiende, si hablas con él.

-eso es lo último, porque no lo va a entender, últimamente me controla hasta lo que gasto en la compra, sabe que algo pasa, no puedo permitir que se entere, Marian, está en juego mi matrimonio.

-¿qué podemos hacer? A Manuel seguro que algo se le ocurriría, pero si hablo con él, Fermín se va a enterar.

-no le puedes contar nada, me encuentro tan desesperada que he estado a punto de hacer una tontería, no tengo valor, si no la hubiera hecho.

-buscaremos la solución, ya lo veras, algo se podrá hacer.

-más vueltas que le he dado, no veo la solución por ningún lado, me siento hundida, desesperada, voy a acabar enferma.

-te entiendo perfectamente, ya sé lo que es necesitar dinero y no saber de dónde sacarlo, pero cambia la actitud, lo primero, así ni vas a ningún lado, todo lo contrario. Dame un abrazo, soy tu amiga, entre las dos, ya verás como solucionamos esto, confía en mí, no estás sola, te voy a ayudar en todo lo que pueda, habla conmigo.

-¿Cómo solucionaste tu tus problemas económicos?

-pasando penurias, no es lo mismo, yo estaba sola, no tenía que dar explicaciones a nadie, nadie se enteró, estuve meses sin luz, sin teléfono, no te voy a decir que pasé hambre, pero casi, todavía no se cómo conseguí salir, pero lo logré, lo mismo que tu lo vas a conseguir.

-si alguien en el pueblo se hubiera enterado, te hubiéramos ayudado.

-ya, pero me sentía tan mal, se me vino todo de repente encima, ¿no sabes lo que pasó con Oscar? Se suicidó. Casi nadie lo sabe, pero así fue. No estaba para pedir ayuda, cuando me sentía una mierda, cuando la culpabilidad me comía, de repente me vi sola, con un montón de deudas, sin fuerzas para afrontar los problemas, se me multiplicaron por mil, era incapaz de solucionar nada, la más mínima cosa se me hacia grande. Yo siempre he tirado para adelante, he sido persona con mucha fuerza, en ese momento me sentí desbordada, incapaz de pensar, me encerré en mi misma, compliqué más las cosas, estuve a punto de perder mi casa varias veces por falta de pago, yo creo que me salvó que en el banco, me conocían de muchos años, tuve un montón de préstamos con ellos, nunca tuvieron problema para cobrar, creo que eso me ayudó, no solamente debía al banco, debía a hacienda, a la seguridad social, etc., etc. Peor de lo que yo lo tuve, tu no lo tienes, si yo lo conseguí, tu también, no tengas duda. Pero nunca, Luisa, pienses en abandonar, sigue luchando, habla conmigo cada vez que te sientas desfallecer, cuando quieras, nadie se va a enterar de lo que hablemos. Confía en mí.

-gracias Marian.

lunes, 27 de junio de 2011

¿NO CONFIAS EN MÍ?




-¿A dónde vas?

-a la tienda.

-te acompaño y nos tomamos algo en el pueblo.

-¿Dónde vamos a comer?

-en casa.

¡Mira que está desaborido hoy! No me lo voy a quitar de encima en todo el día, está claro, lo único que quiero es estar cinco minutos sola para llamar a Luisa, me tiene preocupada. Estos piensan que tiene un lio, yo pongo la mano en el fuego a que no, algo está pasando, pero no va por ahí la cosa, no le pega a Luisa hacer estas cosas, con lo que es ella, a lo mejor Manuel sabe que es lo que está pasando y no me lo cuenta. Lo averiguaré por mi cuenta.

-podíamos hacer una barbacoa, les decimos a Fermín y a Luisa que vengan.

-por mi vale.

-¿estás enfadado conmigo? Que yo sepa no he hecho nada ¿me equivoco?

-no, simplemente estoy preocupado.

-¿no dices que no es asunto nuestro?

-todo lo que preocupe a Fermín es asunto mío.

-vale, a lo mejor te preocupas sin motivo. Vamos guapo, te invito a un vermut. No me gusta nada cuando te veo preocupado, no sé qué hacer para que se te pase.

-no está en tu mano.

-ya, vamos a estar juntos todo el día ¿me equivoco? Nos vemos poco, estoy deseando que llegue el domingo para estar contigo, podíamos intentar pasarlo bien.

-ahí llevas razón, cachorrita, pero cuando ves que se tambalea uno de los matrimonios más estables que he conocido, miedo da.

-creo que exageras, no sé lo que está pasando, lo voy a averiguar, ya sé que no te hace gracia, pero quiero hablar con Luisa.

-diga lo que diga lo vas a hacer, no tengo duda, ya nos conocemos tu y yo, pero no te metas en medio de nada, si hubiese que tomar partido por alguien, Fermín está primero, ¿entendido?

-¿no debía decidir yo eso?

-no, ¿tú estás conmigo?

-no entiendo esa pregunta.

-tú siempre a mi lado.

-ya, pero tengo criterio propio, eso no me lo puedes negar.

-que nunca se te olvide de que Fermín es para mí más que un hermano, le debo todo lo que tengo, todo lo que soy, si hay que tomar partido por alguien ha de ser por él.

-vale, de todas formas o algo no me cuentas o estamos exagerando.

-ya se verá cómo marchan las cosas. No es la primera vez que dice que ha estado contigo, no siendo cierto.

-todo esto se está cociendo a mis espaldas y yo sin enterarme, me podías haber contado tu algo ¿no? ¿No confías en mí?

-esto no es asunto nuestro,  no te enfades conmigo, nena, si a ti no te gusta que cuente tus cosas, a los demás tampoco.

-ya. ¿Yo qué soy para ti?

-lo más importante de mi vida, esto no tiene nada que ver con nosotros.

-la confianza sí que tiene algo que ver con nosotros, me duele que no confíes en mi.

-no saques las cosas de quicio, nena. Como bien has dicho, vamos a dedicar el día a estar a gusto los dos a pasar un buen día.

sábado, 25 de junio de 2011

He metido la pata


-¿has visto? Por aquí no se ven mujeres así ¿Dónde se meten?

-esa sí que es una mujer de bandera.

-¡pero qué polvo tiene!

Está claro, no me han oído llegar.

-está para hacérselo así, tal y como está.

-a la que le va a caer un buen polvo en cuanto llegue va a ser a mi mujer, en la cocina mismo, encima de la mesa se la meto.

¡Anda que no lo llevas claro! ¡Idiota…..!

-tráete unas cervezas.

Pena de no tener una cámara de fotos en este momento, para inmortalizar la cara de Manuel al entrar en la cocina.

-¿me quito ya la ropa? O espero a que se vaya Fermín.

-no te he oído llegar.

-evidente. No pongas cara de bueno, no sé ni porque me rio, tenias que a ver visto tu cara, vaya susto te has dado.

-¡coño, nena! No te he oído entrar, tu sí que eres una mujer de bandera.

-ahora no me hagas la pelota, ni me hagas ojillos, ni me mires de esa forma tuya.

-¡QUE PASA CON ESAS CERVEZAS!

-te espera tu colega, no le digas que estoy aquí.

--¿porqué? ¡Vaya tontería, nena!

-no me apetece, ya puedes seguir calentando motores con la mujer de bandera.

No sé porque no quiero ir, la verdad, ya sé que es una tontería, tengo la sensación de haberles pillado en algo, más que a Manuel, a Fermín, no sé, tengo una rara sensación, como que estoy de más. Alguna tontería de las mías.

-para tía buena, mi mujer, le da mil vueltas a esa.

-bah.. a ti lo que te pasa es que todavía estas encoñado, no me digas que si esta se te pone a tiro no la catas.

-como mi mujer ninguna.

-¿está en casa?

Tendré que ir.

-¿luisa?-  dijo Fermín por saludo.

-no sé, no la he visto, no estaba en el pueblo.

-¿no ha quedado contigo?

-ummmm, a lo mejor sí.

-ya, así que no sabes dónde está, no te esfuerces, ya me enteraré donde anda, me voy a casa.

¡Vaya manera de meter la pata! ¿qué estará pasando con Luisa? ¡Qué raro! Luisa no es de esas, algo está pasando. Me podía haber avisado. ¡Qué mal rollo!¡vaya cara de cabreo qué lleva Fermín!

-¿sabes tú algo?- preguntó Manuel ya solos.

-no.

-¿seguro?

-evidentemente NO, si llego a saber algo no vengo. ¿Me estas interrogando?

-no me gustaría que te metieras en rollos que no son tuyos.

-¿a qué viene eso? ¿qué está pasando?

-no es asunto nuestro, pero si Fermín está preocupado, algo pasa, así que no te mezcles.

-no me está gustando nada la conversación, lo que yo haga es asunto mío, que no se te olvide que Luisa es mi amiga.

-ya, nena, tú no te olvides, que Fermín es mi amigo, más que un amigo es lo único que he tenido durante michos años.

-¿se puede saber porqué estamos discutiendo tu y yo? Esto no tiene sentido, seguro que hay una explicación.

-cuando hay mentiras por medio, las explicaciones sobran.

-vamos a dejarlo, no es asunto nuestro.

-no, así que no te metas, ni la llames avisándola, si la ha liado que achuche con las consecuencias.

Por supuesto que la voy a llamar, estaría bueno.

miércoles, 22 de junio de 2011

¿DE QUE ESTOY HUYENDO?


-No entiendo tu enfado, ahora mismo te comportas como una cría.

-bueno, pues déjame tranquila.

-habla, di lo primero que venga a tu cabeza.

-te lo acabo de decir, dé ja mé tran qui lá. ¿No soy suficiente para ti? Pues que te den. Para el coche que me bajo.

-no me hagas esto, nena, no es justo. ¿Quieres bajarte? Bájate.

Se apeó del coche, dando un portazo. Que se aguante, le importa el coche más que yo. No estaba enfadada, se sentía humillada, se alejó del coche, acelerando el paso, huyendo de esa sensación, cuanto más se alejaba, peor se sentía. Por mucho que corriese, no había forma de dejar atrás, la sensación se acrecentaba, porque sabía que estaba siendo injusta con él, tenia grabada en su cabeza el gesto de él al bajarse del coche de esa manera, ¡qué coño estoy haciendo! ¿De dónde sale ahora este malestar? Esta absurda reacción. ¿De qué estoy huyendo ahora? De mi misma y eso es imposible. Puedo acabar rompiendo con todo el mundo, pero seguiré arrastrando mi basura, la angustia que vuelve una y otra vez, la impotencia, la rabia hacia mí misma, no puedo huir de eso. ¿Qué puedo hacer? Estoy haciendo daño a la persona que más quiero en este mundo, ¿y todo por qué? Porque hago equilibrios en una cuerda floja, a la mínima caigo encima de mi mierda, que es mía, no tiene nadie porqué cargar con ella.

¡Dios! Ayúdame, no puedo seguir así, voy a acabar estropeando lo que más quiero, lo único que necesito para vivir, es a él, dime ¿porqué me comporto así? Dime qué hago, como puedo salir de esto. Hablando, ya lo sé, pero no siempre puedo, no es fácil para mí. Siempre digo a todo el mundo que hablando se arreglan las cosas, pero yo no puedo, no soy capaz, no puedo sacar lo que llevo dentro y lo voy arrastrando como una carga, que cada vez pesa más, ya no puedo con ella, pero tampoco puedo descargarla.

Giró su cuerpo  y deshizo el camino. Manuel esperaba apoyado en el capó del coche. Si es que no me lo merezco,  es lo mejor que he tenido en mi vida, se va a cansar de esperar, de aguantarme, la verdad es que no se por qué sigue a mi lado. Ni él se merece lo que le hago, ni yo me lo merezco , es que al final a la primera que hago daño es a mí misma, pero no sé cómo salir de este círculo, en el que caigo una y otra vez.

-lo siento.

No hubo respuesta verbal, si un abrazo que la derrumbó. Cayeron todas las defensas, ahora sí que se sentía una piltrafa, un cero a la izquierda, una mierda pinchada en un palo. Deseando llorar, pero incapaz de hacerlo, estaba seca. Se lo que está pasando, se cómo voy a terminar, no lo quiero, quiero vivir, quiero estar a su lado, verle, escuchar su risa…..



-soy algo más que la persona que comparte tu cama.

-lo sé, mucho más.

-quiero ser tu amigo.

-lo eres. No es culpa tuya, soy yo la que no ha sabido que es un amigo, hasta que te he conocido. No he aprendido a comportarme porque nunca he tenido a nadie como tú a mi lado, culpa mía, seguramente…

-no cargues con esa culpa, no es tuya.

-eres lo mejor que ha pasado por mi vida, no quiero hacerte daño.

-el daño te lo haces a ti.

-lo sé, pero no sé cómo dejar de hacerlo.

-hablando, sabiendo que yo no te juzgo, que si tu estas mal, yo también. ¿Me escuchas? Te quiero para lo bueno y lo malo, quiero compartirlo todo contigo.

-lo sé.

-hablemos.

sábado, 18 de junio de 2011

EL PROBLEMA QUE TENGO ES QUE ME GUSTAS DEMASIADO

-¡NENA! ¡YA ESTÁS O QUE!
-¡YA VOY, ENSEGUIDA BAJO!
-ESO MISMO ME HAS DICHO HACE UN CUARTO DE HORA.
-¡QUE YA VOY! Pesado.
No le dejan a una arreglarse tranquila, no se puede empezar la mañana ya estresados ¡coño! ¿Qué más dará salir media hora antes, que media hora después?
-¿se puede saber qué haces?¿ Tan difícil es ponerse un pantalón y una blusa o lo que sea?.
-ya termino.
-bajas o te bajo.
-no  empieces a estresarme desde por la mañana, el día es largo, sosiega ¡majete!
-mucho te estás acicalando tú, ¿no querrás algo conmigo?
-vamos, anda, antes de que digas más chorradas.
-¿esa falda no te la pondrás cuando vas sola?
-desde que me la compré, no me la he vuelto a poner. ¿No te gusta?
-la falda no, me gusta lo que la falda deja al descubierto, a mi y todo el mundo, ese es el problema.
-¿has sacado el coche?
-hace una hora.
-vamos y deja de criticarme.
-me encanta el caso que me hace, esta mujer mía es cojonuda, no te estoy criticando, te he dicho que está guapa.
-pues vaya forma la tuya de decirlo. Deja de echarme miradas obscenas.
-¡provocadora! Monta o quieres que te monte yo.
Pesado, más que pesado, lo tengo todo el día detrás de mí, ¡madre mía qué guapo está! No me había parado a mirarle. Loca me tiene, pero no se lo voy a decir, que luego se lo cree y se pone tonto perdido, si que está guapo, es que es guapo.
-¿has vuelto a ver al mamarracho últimamente?
-sí, esta mañana.
-¿Dónde cojones estaba el hijo puta?
-¡no hables así, chico!
-perdone usted. ¿Dónde estaba su fantasma?
-sentado en la cama.
-¿EN NUESTRA CAMA?
-sí.
-¡cómo lo pille!
-en fin, ojalá lo vieras, el que solo lo vea yo, me hace sentirme mal.
-igual solo está en tu cabeza.
-ojalá.
-¿sigue teniendo cara de cabreado?
-sí.
-¿no te recuerda a nadie su cara? No sé, su expresión, algo.
-no, creo que tiene que ver con la casa.
-seguiremos hablando del tema.
-no se te acurra contar nada de esto, por favor.
-ofende la duda, nena.
-perdón.
-¿tomamos un café? Tenemos tiempo.
O sea, tenemos tiempo y lleva una hora detrás de mí agobiándome, si no fuera tan guapo, no sé lo que le haría.
-vale, me paso por la tienda un momento.
-¿tienes algo que comprar?
-no especialmente, entro todos los días a comprar algo, lo que sea, hay que dejar el dinero en el pueblo.
-si todo el mundo hiciera lo mismo…. Te espero con el café.
-no me estreses. Besito.
-quieres que nos vean.
-por supuesto. Ligerito, que tú te pasas. No te rías, tonto.
Un dulce y apasionado beso, la dejó flotando y con ganas de más. ¡Qué atracción ejerce sobre mí!
-voy pidiendo los cafés, no tardes.
Entró en la tienda con una sonrisa en los labios y levitando.
-mirar la cara de Marian –decía Idoia, la tendera.
Marian ríe satisfecha y encantada, hasta con cierta chulería.
-desde luego no pueden decir que no están enamorados.
-lo que les ha cambiado la vida a los dos ¿os acordáis del Manuel huraño?
-y ¿de la Marian solitaria?
-chicas estoy aquí, no habléis como si no estuviera.
-¡ah! ¿Estás? parecías en las nubes.
Risas por toda la tienda.
¡Qué tonta estoy! Me voy a tomar el café con mi príncipe, no, con mi rey.
Ahí está él apoyado en la barra, como siempre, esperándome, el hombre de la eterna espera, le voy a llamar. ¿Se cansará algún día? Ni hablar, si se cansa seré yo la que lo espere.
Se acercó a él dándole un cachete en el trasero, “este es mío”, quiso decir con ese gesto, ¡cuidadito!
Manuel la mira con esa mirada suya, que hace que su corazón se acelere.
-diles a donde vamos, están intrigadas al verme aquí a estas horas- le dice al oído.
Sentirlo tan cerca, sentir su respiración y sus labios en su oído, sintiendo como corre la electricidad entre ellos, frena un impulso de desnudarlo, ahí mismo, en un acto de posesión.
-déjalas que especulen, así se entretienen- dice buscando sus ojos intentando trasmitirle lo que está pasando.
-¿quieres que te de otro besito? Para que hablen de nosotros.
Hace un gesto negativo con la cabeza. No sé lo que haría en este momento si me besa, estoy a punto de perder el control de mis actos.
-no, me ha gustado demasiado, cuidado conmigo que estoy rara, bueno no tanto, el problema es que me gustas demasiado.
Manuel ríe complacido, con esa risa que tanto le gusta  a ella.
-hasta esa risa tuya, me tiene loca.
-¡madre mía!, vamos. ¿Todo esto solo por un beso?
-sí, no tienes ni idea del poder de atracción que tienes sobre mí, estoy a punto de perder el control y desnudarte aquí mismo.
-para, loca. Al final vas a ser tú la que acabe desnuda en la plaza. Si que estás muy rara.
-me tienes tonta perdida, a lo mejor hoy me tienes que para tu a mí.
-¿qué te has dado a ti hoy?
-tú, tus besos, tus abrazos, tu mirada, en definitiva tú.
-no sé si aprovechar la ocasión o analizar qué está pasando.
-¡aprovéchate, tonto! A saber cuándo me vuelves a pillar otra vez así. Te lo voy a explicar, así me tienes siempre, solo que me controlo y no te digo nada, pero hoy me apetece decírtelo, ¡aprovéchate!
-¿así de sencillo? A lo mejor está pasando algo, vamos a hablar primero.
-bésame ahora que no nos ve nadie. Para el coche.
-que tenga yo que decirte que no, difícil me lo pones, vamos a esperar a que te tranquilices un poco, quizá no te das cuenta, nena, estás canalizando la ansiedad que tienes sobre mí, que no me importa,  todo lo contrario, hablemos.

jueves, 16 de junio de 2011

LA FRASE DEL DIA

Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama. -
Miguel de Cervantes Saavedra



Como crecieron los honores, me crecieron los dolores.

miércoles, 15 de junio de 2011

¿UNA CERVECITA?


-¡hola preciosa!

-hola, guapo ¿Dónde andas?

-he parado un momento en el pueblo a tomar una cerveza ¿te apuntas?

-no me apetece, espero en casa.

-¡sosa! No tardare mucho.

-agur.

Pues vaya, voy a echar una partida al parchís mientras viene. ¡Qué vicio tengo! Me encanta el parchís. ¡Vaya, estoy sin internet! Que cuelgue, es lo que tiene este pueblo, que la señal va y viene. Paciencia. ¿Con quién estará? ¿Fermín? Voy a llamar a Luisa.

-¡hola guapa! ¿Qué haces?

-esperando a Manuel.

-Fermín tampoco ha venido, estarán en el pueblo.

-sí.

-como estamos de morros no me ha dicho nada, por cierto ¿sabes si las cervezas se las dan gratis?

-que yo sepa no ¿pues?

-le ha dado por decir que gasto demasiado, que vaya recortando gastos.

-ya sabes como son.

-le he dicho que vaya él a hacer la compra, así sabrá lo que cuestan las cosas, otra alternativa es no comer.

-no es mala idea, así no gastamos.

-me tiene últimamente, asfixiadita, no sé en qué mundo vive. Me voy a declarar en huelga, ni comida, ni limpieza, ni nada. ¿Podíamos irnos un fin de semana las dos solas por ahí?

-bueno….

-¡chica qué sosa estás!

-tengo intenciones de ir a Burgos a ver a Nekane, a lo mejor voy mañana.

-te acompaño, podemos pasar un par de días por allí, llamamos a Asun.

-ya hablaré con Manuel.

-¿le tienes que pedir permiso?

-permiso no, pero en el tema Nekane, prefiero que él esté de acuerdo.

-¿Manuel no te dice nada del dinero? Porque ese es de la cofradía del puño cerrado, igual que Fermín.

-no, la verdad es que no, pero bueno yo lo que hago es hacer la compra con él.

-¿no controla lo que gastas?

-no. Tampoco gasto mucho, siempre que voy a gastar voy con él.

-¿te animas a descansar un fin de semana sin maridos? Donde sea.

-vele.

-qué poco ímpetu le pones, chica ¿todavía no te has cansado de verle todos los días?

-no.

-te vendría bien separarte un poco, anímate.

-ya veremos.

Pues no me apetece, la verdad, esos momentos en los que estoy con él, son tan importantes para mí, aunque no hagamos nada especial, es que no nos hace falta, estamos bien solo con estar juntos, ver su cara, sus ojos, reírnos de cualquier cosa, me encanta oírle reír, tiene una risa contagiosa, es todo lo que necesito para estar bien. Quizás algún día, se normalice todo, quizás tenga ganas de perderle de vista unos días, pero todavía no. No podría dormir sin tenerlo a mi lado, despertarme por la mañana y no verle. No, lo siento mucho por Luisa, pero no, no voy a ningún lado sin él. ¡Con lo que le estoy echando de menos ahora mismo! Sabiendo que lo voy a ver dentro de nada, que en cualquier momento escucho el coche.

Ahí está.

-¡hola gatita!

-hola guapo. Aggg apestas a cerveza.

-nos hemos liado un poco, allí los he dejado, te echaba de menos.

-pues yo estaba la mar de a gusto sola.

martes, 14 de junio de 2011

SIGAMOS


Ahí viene mi guapo, más guapo que nunca, ¡cómo le quedan las camisas blancas! ¡Está tan moreno!, cosa que no entiendo, si se pasa el día encerrado, absorbe cada rayo de sol y eso que huye de él. ¡Pero qué guapo! Viene con las gafas puestas, le dan un aire  interesante. ¡Madre mía! Qué sonrisa, viene de buen humor.

Sin mediar palabra, Manuel atrapa su boca, envolviéndola en un abrazo, que la lleva por un momento al paraíso, al mismísimo cielo, solo que no están solos, sabe que clientes y empleados, los observan, emprende una lucha interna, entre dejarse llevar por esas sensaciones que él le transmite o poner los pies en el suelo y pararlo antes de que pierda el control y pase de todo.

-¡como vienes hoy!

-como todos los días, solo que eres tan sosa, que no me dejas.

-algún día, no te voy a para, a ver qué haces.

Manuel se ríe  a carcajadas.

-sí, sí, tu ríete.

-ya estas, roja como un tomate, ¡te comía aquí mismo!

-para, ¿qué respeto me van a tener si cada dos por tres nos pillan besándonos? ¡Qué besos! Tú no te conformas solo con un piquito.

-estoy en mi casa, que lo mío me está costando. Así que beso y abrazo a mi mujer, donde y cuando me salga a mí de los huevos.

-no seas tan chilito, majo, en casa también tenemos espectadores.

-¿a si?

-sí, ¿te acuerdas de la pesadilla?

-siii…

-¿del tipo que me miraba con cara de mala leche? Pues ya lo he visto un par de veces más, despierta.

-¿qué hace ese mamarracho en mi casa?

-es lo que intento averiguar.

-como le pille, le meto una hostia que se entera.

-si consigues verlo, tú mismo.

-ya le estás diciendo que se vaya.

-te lo estás tomando a coña, pero es cierto.

-ya.

-que si, el otro día cuando estaba Miguel en casa, lo vi en la cocina.

-si lo llego a ver…

-hoy lo he visto en el baño.

-te estabas duchando, no sabe nada el mamarracho.

-no me estaba duchando, pero me asusta su cara de cabreo.

-mándalo de casa, dile que como le pille yo, se entera. ¿Qué vas a comer?

-ensalada y merluza a la plancha.

-yo creo que si comiese con más fundamento te iría mejor.

-no me des la chapa, anda, que eres un pesado.

-¿últimamente estás gastando mucho no?

-como siempre.

-entonces alguien te ha robado la tarjeta.

-no me ha robado nadie la tarjeta. ¿Desde cuándo controlas lo que gasto?

-¿no tienes nada que contarme?

-no.

-¿en qué te gastas tanto dinero?  No sales prácticamente del pueblo, siempre que vas a gastar vienes conmigo.

Hizo un gesto con los hombros.

-Marian, si ese dinero te lo estuvieras gastando tú, cosa que dudo, ni te hubiera hecho comentario.

Agachó la cabeza avergonzada.

-prueba a contarme la verdad.

Imposible. La invadió un sentimiento de culpa tan hondo, tan profundo, que fue incapaz de mirarle a los ojos

-Marian, no puede ser tan difícil, dime lo que está pasando, cariño.

Le estaba traicionando, sabía que Manuel no le iba a perdonar una traición, casi daba la relación por concluida, se lo merecía, no tenía ningún argumento con que rebatirle,  estaba actuando a sus espaldas, la vergüenza, el sentimiento de culpa eran demasía elevados. La solución era tan sencilla, como hacerle una confesión, decirle que le estaba mandando dinero a Nekane, sabía que no estaba bien, pero tampoco era para tanto. Para ella, era un mundo, no podía hacerlo, imposible. Se encendieron todas las alarmas de su cabeza, nunca habían discutido por nada serio, este iba a ser el primer problema real como pareja. Manuel no iba a perdonar una traición. Su cabeza se bloqueó.

-me voy a casa.

-te llevo a casa.

El erizo se despertó, clavando todas sus púas en el estómago, aguantó como pudo el dolor y las ganas de vomitar.

Subió directa a la habitación, a la cama.

-Marian, olvídate del dinero, no tiene importancia, me da lo mismo, escucha, cariño, mírame, me da lo mismo. No te cierres, vamos a tomar un café al jardín, hace un día precioso, como a ti te gusta, tenemos que hacer planes, te necesito a mi lado, levanta mi vida, solo importamos tú y yo.

Tiró de ella, dócilmente se levantó, luchando contra la necesidad de ocultarse, de desaparecer, contra el desprecio que sentía por ella misma, aguantando el fétido olor que manaba  de su cuerpo.

-siéntate, mi vida, voy a ser tu camarero ¿qué desea la señora?

Cianuro

-como buen camarero que soy, sabiendo los gustos de mi clienta favorita, voy a elegir yo.

-presuntuoso.

-¿cómo dice, señora?

-el cliente siempre tiene la razón.

-en su caso si ¡guapa! Y perdone las confianzas.

-vaya conversación más tonta.

-la que ha surgido.

-Nekane.

-nerón –contestó Manuel

Se quedó un momento pensando.

-rompe.

-pelo

-lobo

-boba

-batería.

-amor – dijo Manuel quiñándole el ojo.

-morcilla.

-llave.

-¿qué estamos haciendo?.

-no sé, pero a mí me gusta.

-¿será el champan?

-a lo mejor.

-jornada.

-dato

-todo.

-domingo.

-Goce.

-celo.

-loco

-coche.

-no se me ninguna por che.

-checolate.

-eso no existe.

-existe lo que nosotros queramos que exista.

-amor ¿por ejemplo?

-confianza ¿por ejemplo?

-miedo

-esa palabra no se acepta.

-valentía.

-esa sí.

-le estoy mandando dinero a Nekane.

-ne

-ne ¡qué!

-¿necesita?

-no tengo ni idea.

-hablaré con ella.

-intentaré resolverlo yo.

-esa tampoco entra dentro de las palabras permitidas, Nekane no es tu problema solo, es de los dos.

-ya.

-¿te das cuenta de lo que ha pasado?

Negó con la cabeza.

-ha pasado la crisis, soltando chorradas.

-no ha pasado todavía.

-Sigamos entonces.

-cesta