viernes, 30 de marzo de 2012

TENGO QUE APRENDER A VIVIR SOLA


En la oficina estoy ¡con un agobio! ¡Dios! Llevamos dos meses dándolo todo, trabajando todos, mano a  mano, haciendo el trabajo de dos o más, nadie pone ninguna objeción a nada, se hace lo que haya que hacer. Me siento orgullosa de la respuesta de la gente. Pero las cuentas siguen sin salir, llevo dos meses sin cobrar, que no me importa de momento, tengo algo de dinero, poco necesito yo para vivir. Que yo tenga mi vida más o menos resuelta no significa que los demás también, todos trabajamos por dinero, lo peor de todo es que sin dinero no se puede vivir. La primera que se queja es Nekane, aunque creo que un poco egoístamente, tiene sus gastos cubiertos, vive en el apartamento que su padre usaba, no sabe qué es pagar una factura de electricidad, ni agua, come en el hotel, no sabe qué es hacer una compra. No termina de entender la situación. Alguna vez le he dado dinero mío, pero ya decidí no volver a hacerlo, si yo puedo pasar con poco ella también, si no puede llevar la vida que quiere, pues lo siento mucho. Esta chica está muy mal acostumbrada. Llevo tiempo queriendo hablar con ella del tema, no termino de decidirme, no sé el motivo, pero así vamos mal.

Suena el teléfono. Mi compañero de vida reclama mi atención.

-¡hola guapo!

-¿qué hace mi chica?

-estoy un poco agobiada.

-¡qué raro! ¿Con qué tema te estás auto flagelando?

-Nekane.

-habla con ella, de todo haces un mundo ¡con lo fuerte que eres para algunas cosas! No se qué problema tienes con las relaciones personales. Dile que le quieres mucho pero que no puedes avanzar en la relación.

Silencio.

-¿estás ahí?

-si

-¿estás en la oficina?

-¿a dónde me estás llamando?

-al móvil.

-es verdad, sí, estoy en la oficina.

-¿te apetece verme?

Silencio.

-ya veo que no.

-Miguel.

-qué

-te quiero mucho y si quiero avanzar en la relación.

-eso me lo dices mirándome a la cara, no por teléfono.  ¿Está la maleta preparada?

Se me había olvidado.

-no, lo siento, ahora voy a prepararla.

-no es necesario ya lo hago yo.

-no quiero que te vayas.

-no hay más remedio, son cosas de trabajo.

-por eso se me ha olvidado prepararte la maleta, porque no quiero que te vayas, no quiero dormir sola, no quiero pasear sola……

-yo no tengo ningún problema en dormir solo, caminar solo. Me gusta hacerlo contigo, quiero compartir mi vida contigo, pero no como una necesidad, si no como un deseo. A la noche te llamo.

No le falta razón, tengo que aprender a vivir sola, eso es lo que voy a hacer. Luego cuando lo consiga, estaré preparada para abrir la puerta de mi vida a quien sea.



Hasta mañana. Agur.

MARIAN

1 comentario:

El intimista secreto dijo...

Bueno, un poco de calma entre tempestades, además,se nota que desde luego hay buen entendimiento, no siempre es fácil un diálogo tranquilo con la pareja cuando hay problemas, dudas..., aunque sean las pequeñas cosas que hay que arreglar todos los días.
Besos.