-¡hola!
-hola
-¿cómo lo llevas?
-el qué.
-lo tuyo.
-¿qué dices?
-déjalo estar, parece que sigues de mal humor.
-ni mucho menos.
-desde que has dejado de ir a las Ventas, no te veo bien.
-estoy perfectamente, liberada, libre, muchos días iba por obligación, mi cometido allí no tiene sentido.
-estoy de acuerdo o no, aún no hemos hablado del tema.
-ya.
-tengo quince días de vacaciones. La primera semana la tengo comprometida hace tiempo. Si me lo pides no voy.
-¿A dónde vas?
-caza.
-es verdad, no me acordaba que eres cazador.
-Si me lo pides no voy.
-no quiero que hagas eso.
-te voy a echar de menos.
-eso espero.
-Marian..
-¡qué!
-no tiene importancia, la siguiente semana voy a un balneario.
-pues qué bien.
-también te voy a echar de menos.
-pues no vayas.
-¿me vas a echar de menos?
-a lo mejor.
-yo no tengo ninguna duda de que te voy a echar de menos y mucho.
¡Qué tonta me estoy poniendo!
-las últimas vacaciones que hiciste se me hicieron muy largas.
-¿te acordaste de mi?
-mucho, ya te encargaste tu de que no me olvidara, me mandaste a tu hijo. Si te vas, si te voy a echar de menos.
-ya te ha costado decirlo. ¿Vienes conmigo?
-a donde.
-donde tú quieras. Mi propuesta es un balneario, acepto cualquier plan en el que te incluyas tu.
-un balneario me parece buen plan.
-lo organizo ahora mismo.
-¿te das cuenta de las vueltas que le has dado al tema? ¿Por qué no me lo has preguntado directamente? ¿De qué te ríes? ¿Siempre actúas así?
-contigo sí, si te lo planteo directamente te asustas y no consigo llevarte a ningún lado, siempre te acaba doliendo la cabeza o la punta de la nariz.
-mmmmm…. Tú eres muy listo.
-soy el alcalde.
-¿eso qué tiene que ver?
-mi función es conocer el pueblo y su gente, escuchar cuando alguien viene a decirme algo, a ti te escucho poco, pero te observo mucho, además…
-qué.
-me importas, me gustas, te estás convirtiendo en un reto para mi, me gustaría llegar a ti pero no sé cómo.
-tiempo.
Hasta mañana. Agur.
2 comentarios:
Que bonito, tu misma lo has dicho, que fáciles son las cosas la gran mayoría de veces y que difíciles las ponemos.
¡Y cuanto perdemos con ello!
Un abrazo Marian
Eres un imán para hombres inteligentes, sin duda.
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