Me hago el propósito de escucharla, no de darle malas
contestaciones, recuerdo unas cuantas, de las cuales me siento tremendamente
avergonzada, sabiendo lo que hoy se. Podría relatar algunos de mis desaires
hacia Maika para fustigarme la espalda y la conciencia, pero no lo haré.
Solamente dejaré de hacerlo
-¿malos tratos y abusos sexuales? Lo digo por sus conversaciones.
Le digo a Mª Carmen, más avergonzada de lo que estoy
dispuesta a admitir.
-así parece.
-me siento fatal ¿la gente lo sabe? Porque todo el mundo la
critica y pasa de ella.
El teléfono suena.
-¡hola guapo! Tengo hambre.
-estoy llegando ¿necesitas tabaco?
-no, ya he comprado, pero va a ser el último, no pienso
regalarles ni un céntimo más ni a Rajoy ni a tabacalera.
-amen.
-¿no me crees?
-no mucho. Pero que esa idea se instale en tu cabeza es
buena señal, por algo se empieza.
-tengo hambre.
-come
-sin ti no así que ven rapidito.
-a sus órdenes, señora.
Retomo la conversación con Mª Carmen.
-¿se puede hacer algo para ayudarla?
-no se deja ayudar. Vaya trajín que te traes con el teléfono.
-llevo todo el día intentando hablar con Miguel y no hay
manera.
-¿te van las cosas bien con Miguel?
-muy bien ¿por?
-se comenta que ha pasado solo las navidades y que se le
veía con mala cara.
-no ha estado solo, las ha pasado en familia. Si yo no he
estado es por el trabajo, yo si que he estado sola.
¡Mierda de gente! Pienso ¡qué sabrán ellos! Enciendo un
cigarro, en cuanto acabe este paquete se acabó, espero que no se me olvide.
A las tres en punto le veo llegar con una sonrisa que
acelera mi corazón, me levanta el animo y apaga mi mala conciencia, hasta
cuando me quitó el cigarro de la mano le sonreí, cuando hurgó en mi bolso
buscando el paquete y vi como se lo metía en el bolsillo de la camisa, sonreí,
aunque tengo que reconocer que un poco forzada. Cuando intentó rozar sus labios
con los míos en un intento de beso discreto, me agarré a él como una lapa y le
obligué a darme un beso como los que me da en privado ¡para que hablen! ¡Mierda
de gente!
-que seáis felices.
Dijo Mª Carmen en su despedida.
-ya lo somos.
Le contesté más chula que un ocho, mirando la sonrisa
picarona de mi marido.
Hasta mañana. Agur
MARIAN.
4 comentarios:
Buenos diálogos. Me gusta ese final, somos demasiados cotillas, la vida hay que vivirla sin dejarnos arrastrar.
Un beso.
y que hablen, si se aburren.
Deja que hablen,bien o mal pero que hablen...eso es que te envidian o les importas..
BESOS!!!
Está bien, además muy motivador, veo que siempre empiezas con un "¡Hola guapo!" y eso sienta fenomenal.
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