El teléfono no para de sonar, en esta puñetera casa no hay
manera de echarse una siesta ¿Quién demonios será ahora?
Mi hermana, que dice que el día de la huelga viene a comer,
pues muy bien. Me lo podía haber dicho dentro de una hora, hay paz. Ahora que
lo pienso, es un poco raro, mi hermana no es e las que se auto invitan, de
todas las formas da lo mismo, es raro pero da lo mismo. El novio que se ha
echado parece majo. Recuerdo cuando hubo apuestas de que ella y Joxetxo, el
hermano de Manuel, se liarían. Menos mal que no fue así, porque hubiera ido de
Guatemala a Guatepeor. El tal Ramón, el de ahora digo, por lo menos tiene
trabajo, es simpático, parece que la trata bien, no hay más que ver la cara de
mi hermana, se la ve bien, de verdad que me alegro. Aunque eso no justifica que
se auto invite, haya pa. Otra vez el teléfono ¡qué pesadez! ¡Como me agobia ese
chisme!
Mi hermana la pequeña, más de lo mismo. Esto aun es más
raro. Aquí hay gato encerrado, el mío no es, anda por aquí revoloteando, aunque
alguna vez ya lo he encerrado sin darme cuenta en el armario ¡tiene una manía
de meterse en los armarios! Cosa del gato no es, a lo mejor es cosa de Miguel,
aunque no lo entiendo, no me ha dicho nada de que ha invitado a mis hermanas,
eso tendría que hacerlo yo. Luego se lo preguntaré. Por cierto no sé nada de él en todo el día,
eso también es raro, mejor le llamo. Apagado fuera de cobertura. Más tarde.
¿No es mañana el día de huelga? ¿Qué se supone que vamos a
comer? ¡Mañana esta todo cerrado! ¡Ya me estoy agobiando! ¿Dónde andará
Miguel? Es que yo alucino con la
pachorra de este hombre, invita a un montón de gente y no se preocupa de lo que
van a comer. ¿Porqué será tan organizado en sus cosas y en casa es tan
desastre? Su casa también son sus cosas, vamos digo yo. Me irrita su
parsimonia, luego me verá toda agobiada y no lo entenderá. Ahora tendría que
pasar yo de todo, ¿no ha sido él el que ha
invitado? Pues que se preocupe él. ¡Coño ya! Que tiene un morro que se
lo pisa. Ahora mismo me va a escuchar. Más vale que me coja el teléfono.
Apagado fuera de cobertura. Espera que lo pille, de momento
me voy a hacer algo de compra. A tomar por saco la siesta, es que me pone del hígado.
Bueno da lo mismo, voy y punto.
Paso por el pueblo, allí me lo encuentro más ancho que
pancho, todo sonriente, desplegando todos sus encantos y ¡yo toda histérica! bajo
la ventanilla.
-voy ha hacer algo de compra.
-se me había olvidado decirte, mañana vienen tus hermanas a
comer.
-¿a si? No tenía ni idea. ¡Tienes un morro!
-no es para tanto un fallo lo tiene cualquiera.
-acompáñame.
-no me apetece.
¡Encima provocando!
-tú, las has invitado, tú, te las apañas con la comida. Yo no
quiero saber nada. ¡Me voy a casa!
Hasta mañana. Agur.
MARIAN
2 comentarios:
Es que sin siesta...
Jajaja divertido es desde luego...no puedes aburrirte
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