Vuelta a la vida normal, a las preocupaciones que no dan
tregua. Notificación de la seguridad social, que dicen que van a ejecutar el
embargo sobre mi casa, así, para empezar bien el día. No conozco bien las
leyes, pero mi casa ahora la ocupan cuatro inquilinos, a lo mejor no es tan
fácil quitármela, por si acaso he mandado la carta por fax a Miguel, por
compartir las preocupaciones más que nada, para que cuando le hable mal, sepa
de qué va la cosa.
Como no me contesta me voy a tomar un café descafeinado, que
se me atraganta cuando Nekane se sienta a mi lado, mantengo lasa formas y
saludo cortésmente.
-¿tienes un momento para atenderme?
-tú dirás.
-aquí no, en la oficina.
-de acuerdo.
Con el café vuelvo a la oficina.
-tú dirás.
-deberíamos arreglar lo nuestro.
-¿hasta la próxima? No me seduce la idea. Para bien o para
mal en esto estamos metidas las dos. Ojalá se vendiera el hotel mañana mismo,
porque parece ser que aquí la única que tiene responsabilidad soy yo, las cosas
van mal y a por mí van. ¿A ti no te llegan notificaciones de la seguridad
social?
-si, pero en teoría soy insolvente, lo único que tengo es
parte del hotel.
-afortunada tu, porque yo si tengo cosas a mi nombre, la
casa que quieren quitarme la `pagué con el sudor de mi frente, madrugando todos
los días, todos, incluidos sábados y domingos, trabajando doce horas diarias,
me dejé el pellejo en el empeño. Ahora alguien se cree con el derecho de quitármela.
Esta balanza no está equilibrada, no es justo. Así que lo último que me apetece
en este momento es aguantar tu tontería, tus aires de marquesa. No, el único
vínculo que tengo contigo es económico y salgo mal parada. Ojalá apareciese un
comprador hoy mismo. He tenido que sacar el poco dinero que tenía en el banco
porque me lo estaban quitando y muchos más inconvenientes que ni me voy a
molestar en relatarte. No pienso aguantar la más mínima tontería, si quieres
colaborar, estupendo. Lo que más me fastidia, es que sé que le voy a dar la
vuelta a todo este asunto y tú te vas a ver beneficiada por ello.
La puerta se abre, aparece Miguel. Su cara de preocupación
me descompone, nunca le he pedido nada como alcalde, se que de muchas cosas
podía beneficiarme por su cargo, también sé que a él no le gustaría que lo
hiciera.
Pasando completamente de Nekane a la que ni ha mirado a la
cara me dice.
-cuando tengas un momento tenemos que hablar, espero en la
cafetería.
-no hace falta, Nekane ya se iba.
Nekane desaparece.
-¿qué hace esa aquí?
-no lo sé, no la he dejado hablar.
-la casa no te la pueden quitar por lo menos de momento,
pero los coches sí.
-pues estamos bien. ¿Qué puedo hacer?
-ir a hablar con ellos.
-ya lo hice y no saqué nada en claro. Estoy en un punto en
que ya no respondo de mi reacción ante la administración, cualquier día voy y
le meto una hostia al …..
-tranquila, tranquila, que te estás alterando demasiado, así
no se arreglan las cosas.
-me estoy avinagrando, para que luego venga esa queriendo
tregua, cuando la balanza esté equilibrada.
-¿no decías que no le habías dejado hablar? No le des pié a
nada, Marian, que nos conocemos.
-que no, que no, tranquilo.
-eso espero.
Hasta mañana. Agur.
MARIAN
3 comentarios:
Respira hondo y adelante :)
Suerte...y a plantar cara...Siempre adelante
BESOS
Estoy tan acostumbrado a escribir y leer ficción, que entradas así me dejan helado.
Fuerza... y besos.
HD
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