A oscuras y de su mano llegamos al jardín con el gato
correteando entre mis piernas. El jardín también está a oscuras, este hombre mío
mira muy mucho todas las facturas, está empeñado en no regalarle ni un céntimo
a nadie. Aunque no es necesario, la noche es preciosa, es la mejor forma de observar
las estrellas y el brillo juguetón de sus ojos. Está especialmente atractivo,
guapísimo, encantador, desplegando todas sus artes de seducción.
Brindamos con cava la continuidad de nuestra relación,
calcetines sube y se acomoda en mis piernas.
-¿de dónde ha salido este gato?
-el otro día me siguió hasta casa, lo traje a casa de mi
madre, es mi regalo.
-me gustan los gatos.
-lo sé, es al único animal que prestas atención.
Recuerdo en ese momento que yo no le he comprado nada, no
tengo remedio, es tarde para comprarle un perro de caza, no es necesario, ya
tiene dos.
Charlamos durante horas, reímos, bebemos, confesamos
secretos inconfesables, deseos olvidados, vivencias pasadas y futuras, hacemos
planes hasta el amanecer. El alba nos sorprende entre risas y caricias.
-es mala suerte que el novio vea a la novia……
-espérame en casa, intenta descansar un poco, a las diez
quiero verte esperándome en la puerta.
-seguro que has preparado un gran bodorrio, como si lo viera
¿has invitado a todo el pueblo? He sido un poco indiscreta, que lo sepas, yo
sumo enseguida y saco conclusiones rápidamente, soy muy observadora.
-vete a casa, observadora, que no tienes ni idea de la que
se te avecina.
Dice riendo y tirando de mí para que me levante y me vaya.
-te acompaño y me aseguro que te metes en la cama.
-tu conmigo, no me gusta adormir sola.
-ya te daré una pastillita.
A las diez espero delante de la puerta, imaginándolo llegar
en la carroza de cenicienta, después de asegurarse de que en las ventas todo
está preparado, en el ayuntamiento todo el mundo en su sitio. ¡Inocente!
Le veo llegar en un carro antiguo de labranza, con dos mulas
a las que frena delante de la puerta como si llevase toda la vida haciéndolo. Con
su camisa blanca recién estrenada medio abierta, remangado. Con una sonrisa que
me deja sin aliento, más guapo que nunca, observando mi cara de sorpresa. Detrás
van su hermano y mi hermana mayor, sentados entre el heno.
-¡monta consuerte!
Primera sorpresa del día.
Continuara..
Hasta mañana. Agur.
MARIAN
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