miércoles, 1 de febrero de 2012

¿QUÉ PASA?


Salgo de casa de Fermín, con paso ligero sin despedirme de Luisa que me mira de reojo, con la que ya hablaré, pero ahora no. Miro tras de mí, Miguel no me sigue. El erizo se despierta, agrede mi estómago, puedo notar cada una de sus púas incrustadas en mi estómago. Me siento intentado dominarme, obligando al erizo a dormirse de nuevo, deshecho ese pensamiento de mi cabeza, no quiero que se duerma, quiero que desaparezca de mi vida. Que se vaya para no volver.

Me levanto impulsada por ese pensamiento, vuelvo a casa de Fermín, Miguel no está, esperaba agarrarme a su mano, ya es tarde tenía que haberlo hecho antes, ya no. Da lo mismo.

Si estoy sola en esto es porque yo lo he elegido, no puedo reprocharle nada, pero le echo de menos.

-ya estoy aquí de nuevo, perdón por la huida.

-tú misma.

-¿qué está pasando con el hotel?

-que falta Manuel.

-Eso ya lo sabemos hace mucho, vamos a cerrar la etapa de Manuel, que ni está ni va a estar. Arreglemos esto de la mejor manera posible. ¿Cuál es el problema real?

-se ha generado una deuda..

-un segundo, voy a llamar a Miguel, si no os importa. ¿Tú representas a Nekane?

-¡qué dices Marian! Yo no represento a nadie en este momento, es más no sé porque me estoy metiendo en este berenjenal.

-Marian, creo que esto es un problema de las dos.

Dice Nekane que me deja con la boca abierta.

-de todas maneras me gustaría que Miguel estuviera conmigo.

Sin esperar respuesta me levanto y llamo a Miguel. Me disculpo con él y le pido que vuelva.

Espero que vuelva antes de entrar en el despecho.

-rebobinemos

Le digo a Miguel, le veo tan serio que me dan tentaciones de volver a salir corriendo.

-dame tu mano.

Le digo suplicante.

-te necesito a mi lado, es importante para mí.

-no sé si sirve de algo, he estado sentado a tu lado en el banco y no me has visto, eso creo.

-a veces me pasan esas cosas, pero te agradezco que estés a mi lado, si no te veo, házmelo saber.

-no ves lo que tienes a tu lado, da lo mismo lo que hagamos los que te queremos, no lo ves. Te cierras tanto, que no ves, estaba sentado a tu lado, no me has visto. No lo entiendo.

-perdón.

-no quiero que me pidas perdón, quiero que me veas, que cojas mi mano, soy tu amigo, solo quiero ayudarte.

-lo siento.

-¿entiendes que no estás sola? ¿Qué estás rodeada de gente que te quiere? ¿Qué es lo que a pasado en tu vida para que tengas tanto miedo, para que no puedas confiar en la gente que te rodea?

-déjalo, ya lo hablaremos, nos están esperando.

-estoy cansado de escuchar déjalo, luego lo hablamos.  Aprendes a confiar en mí o no se qué sentido tiene nuestra relación.



Hasta mañana. Agur.



MARIAN



5 comentarios:

carmeloti dijo...

Pues como lo veo yo...

Que casualmente, me encuntro como esta chica, sin creer en nadie y en quien creo convierte las mentiras más estudiadas en verdades infernales que me hacen arder en los mares de dudas.

No sé si salir corriendo en busca de una soledad indómita o simplemente quedarme hasta que pase el huracán.

¿tú, como lo ves?

Pilar Abalorios dijo...

Has conseguido volver y acompañada, no hay problema que se te resista, ni Nekane, ni nada.

San dijo...

Ummmm! esa falta de confianza. Tiene que conseguirla como sea.
Besos.

Sarco Lange dijo...

Adoré a la protagonista.

Montse dijo...

A veces es difícil, y más cuando se esta en proceso de recuperación, pero para ello hay que querer hacerlo y hacer por ello, pero cuando se ha decidido estar con alguien hay que dar prioridad y la confianza es lo primero, si no...

Un abrazo.