jueves, 14 de julio de 2011

TENGO QUE PROTEGERME




Perdió la conciencia del tiempo, ni se sabe el tiempo que estuvo sentada en la cocina con la mirada perdida, ni escuchó el teléfono, ni el timbre de la puerta, nada.

-¡Marian!

-¡hola! no te he oído entrar.

-¿todo bien?

-sí, claro.

-¿porqué no le has abierto la puesta a Vicenta? Ha venido varias veces.

-no sé, estaría arriba, no la he oído.

-¿Dónde tienes el teléfono?

-no sé, estará en el bolso.

-ya te vale, nena, hay veces que no me explico cómo puedes ser tan despistada,  porqué no piensas un poco en mi.

-perdona, lo siento, no volverá a pasar. Me duele un poco la cabeza y me he quedado traspuesta.

-mírame, no sabes mentir, a mi por lo menos no me la das. ¿Qué pasa?

-no pasa nada, lo siento me he despistado.

-vamos a comer.

-vale.

-¿A dónde vas? ¿Vas a ir en tu coche?

-hay no, es por el dolor de cabeza, estoy un poco tonta.

-y yo he nacido ayer.

-no me atosigues.

-¿has cogido el bolso?

-hay no, ahora lo cojo.

-ya voy yo, espérame en el coche.

Pues sí que está cabreado, lo único que me faltaba, que se enfadase él conmigo, ¡hay madre! ¿Qué hago yo ahora?

-no te enfades conmigo.

-no estoy enfadado, estoy preocupado.

-ya, ¿sabes lo que te digo? Estoy harta de repetir una y otra vez mis historias, estoy cansada, necesito dar un salto.

-despacio, nena, dime que está pasando.

- alguien a intentando ofenderme, pero no ofende la que quiere si no la que puede, mi conciencia está tranquila, no estoy contigo por el dinero, que sinceramente no sé ni lo que hay en las cuentas, me da lo mismo. Estoy contigo porque te quiero, por ti, lo estaría aunque tuviera que trabajar para sobrevivir ¿hasta ahí estamos de acuerdo?

-no tengo ninguna duda, ¿quién duda de tus sentimientos?

-en este momento eso da lo mismo. Te voy a decir más, me he pasado la vida trabajando como una burra, para comprar las mejores cosas, para ir vestida a la última, para coleccionar artículos que sinceramente me daban lo mismo, pero eso era lo que se esperaba de mi. Mi vida ha sido dirigida por los demás, hice lo que se esperaba de mi, cuando me quedé sola y empezaron mis problemas económicos serios, me di cuenta de que podía pasar con muy poco, me sentí bien, hubo momentos en los que hasta me faltó lo imprescindible, pero no supuso problema para mí, lo único que llevé mal fue el acoso de la gente a la que debía pagar, lo fui solucionando, ahí me di cuenta de que el dinero no era mi prioridad para vivir, una vez que salvé el bache en el que yo me había metido. Nunca he sido materialista, pero estaba rodeada de gente que si lo era, para hacerme un hueco me puse a su altura, error, no tenía que haberlo permitido, hasta que empecé mi relación con Oscar, en mi cabeza no existía ni ricos ni pobres, ni el querer aparentar, yo era como era, entré en una guerra que no era la mía, pasado. Cuando me quedé sola, empecé a ser yo otra vez. Recuerdo algo que me dijiste al principio, que me encantó, me empeñé en irme a casa para prepararme porque me iba contigo fuera del pueblo, me acicalé lo mejor que pude, tus palabras fueron, “me da lo mismo como vayas vestida, lo que me importa es lo que hay aquí, señalaste mi cabeza y aquí, señalando mi corazón, caí rendida, me dije, este hombre tiene que ser para mí. En este momento podría pasearme por el pueblo con las mejores ropas, con el mejor coche, podría llevar la cartera llena de billetes y enseñarlos, como hacen otras, nada de eso me interesa. ¿Sabes lo que yo miro cuando tengo a alguien delante? Su cara, su expresión, no me fijo, ni ahora ni antes en cómo va vestida, si lleva joyas o no, eso es algo que poca gente entiende o por lo menos no con la que yo  me he relacionaba. Siempre he sido la rara y por eso he caído mal a mucha gente, me estoy enrollando demasiado, lo que yo quiero decir es que el dinero no mueve mi vida, cuidado que tonta no soy, me gusta vivir tranquila y sin preocuparme del dinero, de eso te encargas tu, no sabes que favor me haces, no quiero saber nada del tema. ¿Estamos de acuerdo?

-no me has dicho nada que yo no sepa, hace mucho que me di cuenta de que a ti con regalitos caros no se te conquista. No entiendo a donde quieres ir a parar con ese discurso, me mirabas a mí pero  ¿a quién estás hablando?

-eso ahora da lo mismo. Me va a venir bien todo esto, sabes por qué, sin pretenderlo alguien se ha puesto en el papel de mi hermana, voy a aprovecharme de la situación, voy a ponerla en su sitio, ayudándola, porque lo que necesita es ayuda.

-Luisa

-yo no he dicho nada, conclusiones tuyas.

-pies de plomo, nena, conozco a Luisa, se como actúa cuando está enfadada, lo paga con el primero que se ponga delante.

-eso también me suena, me vendrá bien esta historia, estoy convencida de ello. Ahora sé que tengo que protegerme, luego una charla contigo y solucionado.

-a ver si hay suerte y no me salpica.

-no.

9 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Seguro que te salpica, no te metas entre las mujeres y menos si son hermanas.

San dijo...

Cuidado que sin querer las cosas salpican, y ni te cuento cuanto.
Besitos Maryan.

Pilar Abalorios dijo...

Bien gestionado, al final las piezas irán encajando.


Un beso

Tempus fugit dijo...

Terreno peligroso, nadie sale indemne de esas historias...
Mal rollo de pareja, ¿no?

besos

La Gata Coqueta dijo...


Cuando a las cumbre veas llegar la borrasca abre las ventanas y la luz del arco iris dispersará las dudas que puedan estar pobladas de sombras...

Feliz fin semana para que el cuerpo descanse con premura. Es mi deseo como cada semana, para el amig@ que siempre tiene esa palabra afable para endulzar los sentimientos que reposan en el interior del alma...

Un adiós y hasta el primer instante que me sea posible volver a abrir el marco virtual que alberga la amistad del universo.

(Desde hoy he empezando a festejar mi santo y me apetece compartirlo contigo..)

Siempre tuya...

María del Carmen

Chaly Vera dijo...

Con los parientes solo negocios de amor, nada de dinero ni acciones.

Abrazos

Marinel dijo...

Hola Marian,he venido a conocer a esa mujer que se pasa el día en las nubes como yo :)
Tu historia es de una cotidianeidad tremenda,es como que a todos en algún momento nos pasan cosas parecidas.La haces familiar y cercana.
Siempre salpican las cosas que hacemos nuestras de un modo u otro,¿no crees?
Un beso y encantada.

Miguel Ángel de Móstoles dijo...

¡Uy, uy, uy, el Diablo se aburre!

S. dijo...

Si te metes por medio seguro que te salpica!