jueves, 31 de enero de 2013

¡A LA BASURA CON TODO!








Después de varios intentos fallidos, hoy me he pasado por el caserón, comenzaré por el principio, va a ser mejor.
Ya al entrar en el terreno me he dado cuenta de que alguien andaba por ahí, la hierba estaba pisada, como no tengo el terreno bien atendido enseguida me he dado cuenta. Cuando he abierto la puerta el olor a pintura me ha sorprendido, esperaba oler a humedad, a cerrado.
Al momento he llamado a Miguel, hilo rápido, ya sabía yo que por algo no quería venir conmigo.
-¿qué haces ahí?
-hasta donde yo sé esta casa es mía, ¿tengo que pedirte permiso?
Digo un poco enfadada. Lo que sea que esté haciendo lo hace por mí, he pensado dominando una mala contestación.
-espérame que ya voy.
Dice en tono cansino.
Le he esperado pero dentro, alucinando, controlando las sensaciones contradictorias que me regala mi cerebro. Subo directamente al desván, nadie lo ha tocado, siento mi intimidad violada a pesar de que nadie a osado tocar nada del desván. Hace años que no subo. Desde que Manuel dejó esta vida, no me he asomado ni ahí ni a otras zonas de la casa. ¡Tantos recuerdos! Hay muy pocos muebles, un secreter, un baúl,  un puching, alguna silla vieja y poco más. Realmente no guardo nada importante solo están almacenados mis recuerdos además no tengo ni quiero tener secretos con Miguel, analizo mientras domino la absurda sensación que invade mi cerebro. Mientras espero doy un repaso a los cuatro trastos que hay. El baúl está como estaba cuatro antiguos dibujos míos y mucho polvo, todo esto a la basura ¡pero ya!, pienso mientras tiro de él para acercarlo a la puerta, apilo las sillas , le doy un buen golpe al puching  ¡a la mierda con todo! No quiero seguir viviendo en el pasado, para adelante como los de Alicante, me digo, se terminó la autocompasión, le arreo otro puñetazo al trasto, ¡a la mierda con mis miserias! Me gusta la vida que llevo, quiero aprender a disfrutar de ella, tengo lo que necesito para estar a gusto y feliz y voy a aprender a serlo.
Me doy la vuelta y voy directa al secreter, abro todos los cajones, no más secretos, en un recoveco me encuentro una nota. Manuel solía dejarme notas para que las encontrase. Lo siento pero no quiero saber lo que pon, me digo, mientras la rompo en mil pedacitos, vuelvo al puchin y le arreo otro puñetazo, pasado, pasado, pasado, no me interesa. Vuelvo al secreter e intento arrastrarlo hasta la puerta, pero no puedo, ¡anda y que te den!, le digo dándole una buena patada que me duele más a mi que al trasto.¡ mierda de trasto!
-cale otra hostia bien dada.
Miguel está apoyado e el alfeizar de la puerta, m entra la risa.
-no me he vuelto loca, solo me he dejado llevar por el momento.
-¡bien hecho!
-¿Cuánto hace que estás ahí?
-un rato, lo suficiente para felicitarte.
-¡gracias! Pero tu y yo tenemos que hablar.
-si, si, luego, dale otra hostia al puchig, ¿nos lo llevamos a casa?
-¡a la basura con todo!

Hasta mañana. Agur

MARIAN

domingo, 27 de enero de 2013

YO LO HARIA



De nuevo trabajando, dice Miguel que no sabe de qué me quejo, si falto cada vez que me encuentro mal, que no podría hacerlo en otro trabajo, ya, tienes razón, pero en otro trabajo cobraría, aquí de momento ni un duro, le digo.
La verdad es que tengo mucho que agradecer a la persona que me suple cuando me fallan las fuerzas para ir a trabajar, sin él no podría hacerlo. Cosas que a veces me pasan no puedo acordarme de su nombre, lapsus de mi cerebro, ¡Andrés! Ya me he acordado. Gracias Andrés, algún día te recompensaré con creces tu esfuerzo, no se qué haría sin él. Con Nekane tendría que contar en estos casos, pero no la veo muy dispuesta, así que gracias Andrés.
Me la he encontrado, a Nekane digo, al entrar en el hotel, tenía muy mala cara, dice que no para de vomitar, es normal le he dicho. Le he dicho que se volviera a la cama y he estado toda la mañana pendiente de ella, sé que no se lo merece, pero la veo tan perdida y desvalida en este momento que no puedo evitarlo, esperemos que el ser madre cambie su forma de entender la vida y esperemos que lo haga mejor que sus progenitores.
Miguel quiere que me desvincule completamente de ella y sus problemas, se que razón no le falta pero no puedo evitarlo. El que si me preocupa y mucho es él, le veo muy pensativo, las cosas no van bien y se le nota. Sé que hay muchas quejas de vecinos, pero no está en su mano. Si el gobierno central recorta no se puede hacer nada. Ayer intentaron desahuciar a una joven pareja, no lo consiguieron, todo el pueblo les apoyó, stop desahucios estuvo aquí, pero todo el mundo sabe que simplemente hemos retrasado lo inevitable. Es una pena. ¿Hasta cuando? El otro día me pasaron esto:






Miguel dice que eso no es la solución, pero yo si estuviera en el caso de esta pareja lo haría.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

sábado, 26 de enero de 2013

YA IREMOS……





Ya en casa guardo la caja en el fondo de mi armario, esperando el momento de abrirla, no sé el motivo pero no ha llegado, así que ahí la dejo, guardada bajo mi llave mental.
Miguel me observa sin decir nada sentado sobre la cama.
-es hora de comer.
-¿tienes hambre? volvamos al caserón, aún es temprano, me apetece abrir todas las puertas y ventanas, va siendo hora de airear esa casa….
Digo, mi estómago aun no ha terminado de triturar el opulento desayuno, da vueltas y vueltas pero no termina de hacer su trabajo.
 El teléfono interrumpe la conversación, Miguel sale de la habitación. Mis pensamientos vuelven a la caja la saco de nuevo y salgo de la habitación. La acomodo en otro lugar otro fondo de armario. No quiero mezclar pasado con presente o futuro me digo mientras cierro la puerta del armario.
Miguel apoyado en el alfeizar de la puerta observa cada movimiento.
-¿algo importante?
-nada que no pueda esperar, estoy a gusto en casa.
 Dice mirándome intensamente, intentando adivinar mis pensamientos.
-¿hacemos la comida?
Está claro que tiene hambre pero yo no así que insisto en ir al caserón y abrir todas las ventanas, airearlo. No dice que no, pero tampoco que sí. Vuelve a reclamar comida.
-ya iremos. Estoy a gusto en casa.
Abriendo el frigo y sacando alimentos cocinables. Le dejo hacer observando, alucinando y disfrutando del momento. Me apoyo en la encimera de la cocina a su lado pero sin intervenir.
-Se me hace rarísimo tenerte en casa un día de labor.
-estoy agobiado, las cosas en el ayuntamiento son cada vez más difíciles.
-lo sé.
-estoy a gusto en casa ¿algún problema?
-ninguno, más bien todo lo contrario ¿quieres que te ayude con la comida?
-no que luego dices que lo haces tu todo.
-mientras se hace la comida ¿te importa que me acerque al caserón y abra las ventanas?
-ya iremos ¿qué manía te ha dado hoy? Si no vas nunca.
-no sé, da lo mismo ya iremos.
Con la mosca detrás de la oreja, le dejo hacer, para una vez que hace algo….

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

miércoles, 23 de enero de 2013

MI PASADO EN UNA CAJA DE ZAPATOS


-Hoy tampoco voy a ir a trabajar.
Le digo a Miguel cuando aparece por la cocina más guapo que nunca, preparado para salir a trabajar. Sonríe intentando adivinar mis pensamientos, intentando saber como estoy.

Me observa mientras saborea el café.  Llueve a mares, estamos en alerta roja, el dichoso rio amenaza con salirse, como todos los años. Va a ser un día ajetreado para él. Se le ve tranquilo, bueno es que es tranquilo, plácido. En ese momento para él solo existe el café. El día va a ser largo ¿para qué correr? Parece decirme con su mirada. Me siento a su lado con todo el arsenal de dulces que encuentro por la casa. Él no acostumbra  desayunar en casa, pero hoy me acompaña en la glotonería, el café se le queda escaso con tanto unte, se levanta y rellena la taza. Nuestro paladar y estómago sacian su necesidad de azúcar, mientras nuestras miradas conectan en ese dialogo sin palabras que muchas veces mantenemos. Cuando ya no queda nada que untar ni café para rellenar se estira y comienza a releer el periódico del día anterior.

La gata se introduce en mis pensamientos ¿Dónde está? Pienso, en la calle, me respondo, en cualquier momento le veré en la puerta esperando a que le abra, miro hacia la puerta y ahí está.  ¡Increíble! He aprendido a interpretar sus maullidos, sé cuando quiere comer, cuando quiere salir y demás necesidades o caprichos o simplemente cuando quiere que el preste atención, pero esta concesión con nuestras mentes me tiene anonadada. ¡Lo que hubiera disfrutado mi hija con ella! Siempre quiso tener un gato.
-¿no vas a ir a trabajar?
Pregunto ante su actitud pachorra y tranquila.
-no tengo nada especial que hacer en el ayuntamiento, estoy a gusto en casa.
- ¿se saldrá el rio?
-probablemente, esperemos que no sea como el año pasado.
-yo pensaba ir a mi casa, creo que ya puedo hacer algo que debí hacer hace mucho. Mientras el rio decide qué hacer y antes de que empieces con tu trajín de aquí para allá, que sé que eso es lo que estás esperando, ¿me acompañas?

Mi casa está alquilada, pero sigo conservando el trastero, lleno de infinidad de trastos y recuerdos, de los que no he sido capaz de deshacerme.
Llegamos dando un paseo, mirando el rio, corre desaforado doblando su caudal, rugiendo amenazante con invadir el pueblo.
El garaje está vacío, sin coches, un bando del ayuntamiento en la puerta recomienda tomar precauciones. Aquí nunca he llegado el agua, yo no hubiera hecho caso del papelito de la puerta, pero los cuatro vecinos que hoy ocupan las parcelas, han sido precavidos.
Abro el trastero, huele a humedad a polvo viejo. Comienzo a trastear y sacar cajas sin mirar el contenido, hasta que llego al tesoro escondido, es lo único que voy a mantener. Todo lo demás acabará en el vertedero, sin mirar y sin pensar ya no son más que trastos sin valor, así acabaré  lo que comencé tras su muerte, terminaré el trabajo y me desharé de lo que ya no necesito. Está todo ahí, lo suyo y lo de su padre, metido en cajas que tras cerrarlas no han vuelto a ser abiertas. Hoy es el día. Lo único material que necesito conservar de esa parte de mi vida se encuentra en el interior de una caja de zapatos. Todo lo demás no son más que trastos que ocupan un sitio que podía ser aprovechado para algo mejor.

De vuelta a casa pasamos por mi otra casa, la casa de mis sueños que se encuentra en un estado lamentable, por fuera y por dentro.
-Esperamos que el rio la respete.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN.

martes, 22 de enero de 2013

¡ERA TAN ESPECIAL! ¡FUE ÚNICA!






-nunca me habías contado nada de eso.
-de qué.
Dice Miguel mirando la tele.
-deja de mirar la tele y hazme caso, yo he dejado el ordenador.
Se frota las manos.
-dime, dime, cuéntame que pasa por esa cabecita……
-déjame hablar. Nunca me habías contado que yo había hecho esas cosas, las del sueño te digo.
-no sabía que no las recordabas, te recuerdo que para ti siempre ha sido tema tabú. ¿Ahora que lo sabes estás mejor?
-no recuerdo haberlo hecho, pero me alegra saber que lo hice. El único recuerdo que me persigue una y otra vez aunque haya pasado mucho tiempo es la voz del policía dándome la noticia, con el tiempo cada vez que escucho su voz, me lo quito de la cabeza diciéndole al policía que ya lo sé, que no me lo repita tanto.
-te quedaste en ese momento.
-si
-ya has avanzado un poco, ahora solo te falta recuperar los buenos momentos. ¿Recuerdas cuando nació?
-como si fuera a hoy, eso no se me ha olvidado, el problema es que me faltan los sentimientos, la emoción.
Lloro, lloro, lloro. Acabo de recuperar el momento, la primera vez que la tuve encima como la besé y acaricié sin importarme que aún estuviera sucia. Creo que fueron los segundos más felices de mi vida.
-¡era tan bonita! Era perfecta y no es amor de madre, así era. He intentado recuperar ese sentimiento, esa necesidad de protección, acercándome a otros niños, no he sido capaz, siempre he acabado manteniendo las distancias, es como si la traicionase por querer ilusionarme con otro niño. Yo era una niña, su llegada al mundo trajo muchas discusiones familiares de un lado y de otro, pero yo estaba feliz con mi niña, nunca permití que nadie me quitara el derecho a ser madre a decidir sobre ella, muchas discusiones me trajeron, pero era mi niña y yo estaba orgullosísima de ser su madre.
Hablo y hablo, lloro y río  Por fin, después de tanto tiempo soy capaz de recordar, de sentir, de hablar de ella sin sentir que la traiciono. Todos los recuerdos están claros en mi cabeza, mi cabeza es más rápida que mi lengua, no da abasto de tanto que tengo que decir de ella. Las palabras chocan unas contra otra otras, ¡tengo tanto que contar! ¡La boca es tan lenta!
Tengo que ordenar mis recuerdos, son tantos que no los puedo contar en una noche son míos, así que cayo y dejo que los pensamientos y emociones surjan sin intentar convertirlos en palabras. Disfruto del momento. ¡Era tan especial! ¡Era única! Físicamente era como su padre, pero tenía un genio y una personalidad…. ¿de quién sacaría eso? Jijiji.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN.

lunes, 21 de enero de 2013

VOY A CALENTARLE LA PUNTA DE LA NARIZ







Le cuento mi sueño a Miguel, me informa de que no es un sueño, de que es lo que pasó. De que yo me hice cargo de todo, que se habló mucho de mi fortaleza en esos momentos.
Yo ahora solo tengo la certeza de que así paso, pero no el recuerdo.
A partir de ahí no me permití caer, tenía a Oscar tras de mí, muy mal, aguanté por él, intenté ayudarle sin pensar en mis sentimientos. Parecía que el único que había perdido una hija era él, así que viví para él. Para consolarle, hablarle, mimarle….. Incluso la gente le trataba con más cariño, no sé si esta es la palabra correcta, que a mí. Parecía que yo no necesitaba nada, que estaba bien, que lo llevaba bien, él era el que daba pena, al que había que apoyar y consolar.



Hasta que él decidió que tenía que irse y se fue. Dejándome sola. De los cuatro años  posteriores no tengo casi recuerdos, simplemente porque morí con ellos. Hasta que apareció Manuel en mi vida. Comencé  escribir, cuando él también se fue. Como una necesidad, no podía dejar de hacerlo. Intenté contar nuestra historia, que fue muy particular, mezclé historias, él dirigió mi mano haciendo enfrentarme a mis miedos, a mis vivencias olvidadas. Reviví momentos inolvidables vividos con él. Fue una bonita historia de amor, de pasión sin límites, lo dimos todo.


Ahora estoy aquí, con Miguel a mi espalda viendo la tele, preguntándose qué coño escribiré en el ordenador, sé que lo hace. Tapado hasta las orejas, dice que cuando se le enfría la punta de la nariz se destempla. Voy a tejerle una especie de funda para la nariz. Va a ser divertidísimo, a mi hija le hubiera encantado, porque ninguna de las dos sabíamos llorar, pero reír todo, nos moríamos de la risa ante cualquier bobada. Yo ya he aprendido a llorar, lo mío me ha costado, lo hago muy bien.
 Me pega pataditas es la espalda para llamar mi atención. No se acerca, nunca mira lo que escribo. Le miro.
-¡estate quieto!
-deja ese puto ordenador.
-no me gusta la tele.
-pues mírame a mí.
Así que nada, voy a calentarle la punta de la nariz, que dice que se destempla si la tiene fría.

Hasta mañana. Agur

MARIAN

SUEÑO O REALIDAD.






Me he quedado sin lágrimas, las he consumido todas, pero mi pena sigue latente. Llevo dos días sin ir a trabajar, desanimada, buscando buenos recuerdos en mi cerebro, que sé que existen, solo tengo que encontrarlos y revivirlos, eso es lo que Miguel dice, lo intento pero no soy capaz, revivo una y otra vez la voz del policía al teléfono dándome la noticia. Revivo una y otra vez la necesidad de creer que todo era producto de una pesadilla, en el camino al hospital espero despertarme, ir a la habitación y encontrármela durmiendo plácidamente. La cara de mi marido no deja lugar a dudas. Revivo una y otra vez los sentimientos de aquel fatídico momento. A partir de ahí es todo oscuridad, no recuerdo las horas y días posteriores. No sé quien se encargó de todo, ni quien pagó ni como. Sé que Oscar no fue, porque él siempre se escondía detrás de mí. Con esos pensamientos me quedo dormida.

Una película pasa ante mis ojos, me veo a mi misma mirando desconsolada el rostro de mi hija sin vida, acariciando su mejilla. El llanto desaparece, comienza una actividad frenética, llamadas  de teléfono, conversaciones con hombres de negro. Estoy en casa buscando su ropa preferida el collar que tanto le gustaba, la cinta de pelo azul que le sentaba muy bien, sus ojos eran azules. No dejo que nadie se acerque a ella, su cuerpo a penas está magullado, la lavo peino y visto, casi puedo escuchar sus quejas al peinarla, como cuando era pequeña. Miro el resultado y sonrío. Ella se autodenominaba friki, siempre iba vestida de negro, me doy cuenta de que he hecho una mezcla de sus gustos y los míos, estrambótica, siento que ríe conmigo, le gusta. No era una niña convencional.
Antes de que se la lleven, lloro desconsoladamente de nuevo, dejo que los hombres de negro terminen su trabajo.

Es un bebé, llora y llora en mis brazos, la cambio de postura mil veces hasta que consigo que se duerma, la voy a dejar en la cuna y vuelve a llorar, la acuno de nuevo en mis brazos hasta que queda profundamente dormida.
De bebé lloraba mucho, de mayor no sabía llorar, lo lloró todo de bebé.


Hasta mañana. Agur.

MARIAN

miércoles, 16 de enero de 2013

¿EL AMOR ES SUFICIENTE PARA EDUCAR A UN HIJO?







Me siento tan triste en ese momento que evito mirarle para no ver su cara de enfado.
-¿qué pasa Marian?
Me agarro a su cuello y lloro, lloro y lloro.
Lloro durante horas…….
No puedo par de llorar.
Miguel me mira descolocado, abrumado, preocupado, impotente, sin saber que hacerme, que decirme. No tiene ni idea de lo que me pasa, no lo sé ni yo, quizá sí.
A lo mejor todas esas palabras, todos esos buenos sentimientos de una madre hacia su hijo, hija, me los tenía que haber aplicado y ser más dura con ella, no debía de haberle dejado coger el coche ese día. Solo con amor no se educa a un hijo, hacen falta más cosas.
Quise decirle que con amor se educa a un hijo, que el amor te enseña el camino, pero no, hacen falta más cosas.
Me acuesto llorando y me levanto llorando. Camino al hotel, dejo el llanto para otro momento, pero mi pena se refleja en mi rostro. Me encierro en la oficina, hoy servicios mínimos me digo. Andrés me trae un café a media mañana, me sonríe.
-todo pasa Marian.
Pero no, esta tristeza la llevo muy dentro. Trece años han pasado, pero sigue latente aunque no hable de ella, ni de mi tristeza ni de la falta de mi hija.es una profunda herida cubierta con finas gasas, a veces he de cambiarlas, porque la herida supura amargura, a veces simplemente la acaricio como un doloroso recuerdo, pero siempre está ahí.
Miguel llama descuelgo y lloro, lloro, lloro. No puedo evitarlo.
Cierro la puerta por dentro, esperando que se me pase la llantina sin que nadie se entere, ¡como si no se notase! Cuando consigo calmarme, Miguel entra, tiene llaves.
Sonríe acariciando mi mejilla.
-¿qué pasa cariño?
Lloro, lloro, lloro, no puedo evitarlo. Saco de la cartera la foto que llevo de ella. Hace un gesto de comprensión y me abraza.
-vamos a casa. Esto tenía que llegar.
-no quiero ir a casa, no me preguntes los motivos, pero no quiero ir.
-¿para ser capaz de controlar lo que sientes en este momento y volver a encerrarlo? Nos vamos a casa. ¿Qué tiene que ver Nekane en todo esto?
-nada, está embarazada.
-¡válgame Dios! Lo único que faltaba.
-¿a tique te importa?
-a mi nada y ¿a ti?

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

HIJA







Con la gata en brazos, como si fuera un bebe yo la trato así, recibo a Nekane en casa, sabiendo que me ocasionará alguna discusión con Miguel, que ha declarado abiertamente que no quiere saber nada de ella. He hablado varias veces con él a lo largo del día, no le he comentado nada del problema, si es que estar embarazada con treinta años es un problema, de Nekane.
Ha podido más la pena y su llanto que el deseo de mi marido, pagaré las consecuencias, pienso mientras veo como se adueña a mi sofá como si fuera suyo. Yo nunca me tumbaría así en casa de nadie, por lo menos se ha quitado los zapatos. El gato desaparece corriendo, no es muy sociable.
-¿cómo estás?
-mal.
Contesta de mala manera, no triste sino de mala educación.
-¿hay algún motivo por el cual me hables en ese tono? Te he abierto la puerta de mi casa.
Baja la cabeza, esta no es la Nekane que creo conocer, está perdida.
-¿te lo vas a quitar?
-ya no.
-me alegro, no sé el motivo, pero me alegro.
-¿me ayudarás?
-a qué.
-a ser una buena madre.
-nadie te puede enseñar a eso, eso es algo que tiene que salir de ti, a amar no se aprende.
-de momento lo único que siento son ganas de vomitar.
-si tu te lo permites, le querrás y mucho, es la mejor experiencia que cualquier mujer puede tener, el amor más puro que cualquier ser humano puede sentir, permítetelo. Tu vida cambia completamente, tus prioridades, te olvidarás de ti para centrarte en él en sus necesidades. Nadie nos enseña a ser madres, es un sentimiento, una responsabilidad, un darlo todo sin esperar nada a cambio, una preocupación constante. Solo posees el amor que sientes hacia el lo demás será experiencia.
-tengo un miedo terrible a fracasar
-recuerda tus carencias de niña y dáselas a tu hijo.
-hija
- ¿recuerdas algo de tu madre?
-muy poco, era la señora que venía a verme al colegio.
El tintineo de llaves avisa de que Miguel entra en casa.
-¡hola!
Su expresión cambia al ver a Nekane, que se da por aludida y se va.
Hasta mañana. Agur.

MARIAN

martes, 15 de enero de 2013

CREO QUE ES SU PRIMER LLANTO







No confesé mi pecado, no me fumé todo el paquete, ventilé bien, me lavé los dientes, pero esta mañana cuando he ido a por el paquete no estaba, ha desaparecido, se a volatilizado. Con ganas me he quedado pero he luchado hasta media tarde con la tentación de acercarme a la máquina de la cafetería a comprar, todo el día con el cigarro metido en la cabeza, diciéndome, luego, más tarde.
Cuando he llegado al hotel Nekane y la cartera esperando ¡mal empezamos la mañana! He firmado la misiva de hacienda y he guardado.
-¿podemos hablar?
Dice Nekane con cara de no haber roto un plato en su vida. ¡Miedo da!
-vamos a la oficina.
Un cigarro me hubiera venido bien.
-estoy embarazada.
En su tónica, a bocajarro lo ha soltado. Ya me había dado cuenta de que algo ha engordado, pensaba que era por la vidorra que se pega.
-enhorabuena.
-¿tú qué harías?
-¡yo! Lo que yo hiciera no tiene nada que ver contigo, no es vinculante. Tu ¿qué quieres hacer? ¿De cuánto estas?
-tres meses.
-¿Qué te planteas? Casi no quiero saberlo.
-eres lo más parecido que tengo a una madre y ahora necesito una.
-está claro que no has conocido una madre si no, no dirías eso.
-no quiero que la historia se repita.
-en tu mano está, ser madre es lo mejor que te puede pasar, todo lo que necesitas es amor ¿conoces esa palabra? ¿Has querido alguna vez a alguien? ¿Te quieres a ti? Por cierto ¿quién es el padre? ¿Tienes pareja? Buen momento para reflexionar qué le pides a la vida, como diría Miguel.
Hablo y hablo sin esperar respuesta pero observando el cambio en su mirada, es idéntica a su padre y si algo sabia su padre era amar de eso doy fe.  Una terrible duda comienza a roerme.
-¿quieres deshacerte de él? Ya es tarde.
Creo que es la primera vez que la veo llorar, por lo menos de corazón.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

lunes, 14 de enero de 2013

HE PECADO




Pero no se lo he dicho a nadie, me he ocultado como una delincuente. He comprado tabaco a escondidas me lo fumaré y después estaré tres días seguidos sin fumar. Lo prometo.
Es que mientras he estado en casa ha sido muy fácil, me he pasado dos días durmiendo. En cuanto me he levantado he sabido que hoy iba a caer y lo he hecho. ¡Qué rabia! Sigo muy cansada, la falta de nicotina no es el motivo ya ha quedado claro. Sueño casi no tengo en dos días he terminado con el sueño.
 Cuando Miguel me he llamado y preguntado si había fumado he mentido, no se el motivo pero en estas circunstancias me vuelvo una mentirosa patológica, al fin y al cavo fumar o no es mi problema, él me conoció fumando como un carretero, llevo muchos años fumando. Ha habido épocas en las que no he fumado, siempre he encontrado el motivo para volver a hacerlo. ¿Qué motivo he tenido hoy? Las ganas, el hábito.
 No pienso fumar a escondidas, bueno solo este paquete, si no soy capaz de controlarlo y compro otro lo diré abiertamente.
Mañana no voy a fumar, pero este paquete me lo acabo.

Hasta mañana. Agur.

CUARENTA Y OCHO HORAS





Y sigo con ganas de dormir, dice Miguel que la necesidad de dormir no tiene nada que  ver con la falta de nicotina, que es porque en este mes he dormido poco y mal. Quizá tenga razón, pero a lo mejor paso el síndrome a abstinencia dormida, no me importaría nada. Sea por lo que sea tengo mucho sueño y sigo muy cansada, en vez de estar nerviosa me siento aletargada.
Mañana tengo que ir a trabajar ¿Cómo lo llevaré? De momento se me hace demasiado fácil y eso no es normal ¿a lo mejor si? A saber, ya veremos que pasa mañana.
Hasta mañana. Agur.

MARIAN

domingo, 13 de enero de 2013

¡VEINTICUATRO HORAS!





Veinticuatro horas sin tabaco y lo llevo bien, bueno casi bien. No sé si será normal, pero me siento cansadísima a lo mejor no es por la falta de nicotina. He dormido catorce horas de un tirón, sea por lo que sea me han sentado de maravilla. Voy a por las cuarenta y ocho horas ¿lo conseguiré? Ya os lo contaré. De momento voy a echarme una buena siesta.
Estoy cansada, tengo sueño, pero no estoy de mal humor ni nerviosa.

Hasta mañana. Agur

MARIAN

viernes, 11 de enero de 2013

POR FIN, AL FIN


Me hago el propósito de escucharla, no de darle malas contestaciones, recuerdo unas cuantas, de las cuales me siento tremendamente avergonzada, sabiendo lo que hoy se. Podría relatar algunos de mis desaires hacia Maika para fustigarme la espalda y la conciencia, pero no lo haré. Solamente dejaré de hacerlo
-¿malos tratos y abusos sexuales? Lo digo por sus conversaciones.
Le digo a Mª Carmen, más avergonzada de lo que estoy dispuesta a admitir.
-así parece.
-me siento fatal ¿la gente lo sabe? Porque todo el mundo la critica y pasa de ella.
El teléfono suena.
-¡hola guapo! Tengo hambre.
-estoy llegando ¿necesitas tabaco?
-no, ya he comprado, pero va a ser el último, no pienso regalarles ni un céntimo más ni a Rajoy ni a tabacalera.
-amen.
-¿no me crees?
-no mucho. Pero que esa idea se instale en tu cabeza es buena señal, por algo se empieza.
-tengo hambre.
-come
-sin ti no así que ven rapidito.
-a sus órdenes, señora.
Retomo la conversación con Mª Carmen.
-¿se puede hacer algo para ayudarla?
-no se deja ayudar. Vaya trajín que te  traes con el teléfono.
-llevo todo el día intentando hablar con Miguel y no hay manera.
-¿te van las cosas bien con Miguel?
-muy bien ¿por?
-se comenta que ha pasado solo las navidades y que se le veía con mala cara.
-no ha estado solo, las ha pasado en familia. Si yo no he estado es por el trabajo, yo si que he estado sola.
¡Mierda de gente! Pienso ¡qué sabrán ellos! Enciendo un cigarro, en cuanto acabe este paquete se acabó, espero que no se me olvide.
A las tres en punto le veo llegar con una sonrisa que acelera mi corazón, me levanta el animo y apaga mi mala conciencia, hasta cuando me quitó el cigarro de la mano le sonreí, cuando hurgó en mi bolso buscando el paquete y vi como se lo metía en el bolsillo de la camisa, sonreí, aunque tengo que reconocer que un poco forzada. Cuando intentó rozar sus labios con los míos en un intento de beso discreto, me agarré a él como una lapa y le obligué a darme un beso como los que me da en privado ¡para que hablen! ¡Mierda de gente!
-que seáis felices.
Dijo Mª Carmen en su despedida.
-ya lo somos.
Le contesté más chula que un ocho, mirando la sonrisa picarona de mi marido.

Hasta mañana. Agur

MARIAN.

jueves, 10 de enero de 2013

SIGO, SIGO……


Le llamo y no coge, eso me pasa por boba, por no hacerle caso al diablillo malo. Pues hoy no pienso comer sola, este come conmigo, con morros o sin morros, él decide, pero come conmigo.
Voy al pueblo ha hacer guardia, ya vendrá. Me siento fuera  del bar con un marianito a esperar. Mª Carmen, una mujer con una larga vida a sus cincuenta y cinco años, me encanta hablar con ella, percibo su cariño y respeto hacia mí, correspondo de igual manera. En plena charla de economía estamos cuando vemos pasar a Maika, la guay. Se une a la conversación, resulta que tuvo dos tiendas, por un momento, muy corto, la tomo enserio y la escucho interesándome por su vida. Pronto pierdo el hilo de la conversación pues me aburre soberanamente, yo que sumo y resto rápido llego a la conclusión de que su vida es justo al revés de lo que intenta aparentar. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, pienso mirándola fijamente.
Son las dos y de Miguel ni su sombra, llamo esperando que por fin pueda hablar con él.

-¡hola guapo!
-¡por fin! ¿Dónde andas?
-en el pueblo. ¿Tu?
-a una hora de camino. ¿Esperas y comemos juntos?
-llevo una hora esperando…….
-yo llevo días esperando ver tu cara…
-ya, ya. No quiero discutir. Te echo de menos me apetece un montón pasar el día contigo ¿me escuchas?
No obtengo respuesta, llamo de nuevo, apagado o fuera de cobertura escucho. Va conduciendo, paciencia.
Frustrada vuelvo a la conversación, la guay ya lleva tres vinos y se le nota.  La conversación ha cambiado completamente, ahora hablamos de sexo, más bien habla ella. Seducir, seducir, seducir, no habla de otra cosa y mirándome siempre a mí, intentando darme lecciones de cómo tengo que comportarme para tener contento a mi marido. Ella, dice que está sexualmente satisfecha que su chico se lo hace de maravilla. Ya harta del teme le digo.
-conozco suficientemente a mi marido para saber qué es lo que tengo que hacer cuando quiero tema. Estoy sexualmente y emocionalmente satisfecha ¡y él también!
Mª Carmen me mira y sonríe.
Por fin aparece el hombre fantástico que dice que es su pareja y se lleva a la satisfecha guay a casa. ¡No la soporto! ¡No soporto su conversación!
Suena el teléfono.
-te decía que hoy no quiero discutir, que te echo de menos, que quiero pasar todo el día contigo, que dejes de lado tus obligaciones y me hagas caso ¡SOLO A MI! ¿TE HAS ENTERADO?
Mª Carmen me mira y sonríe.
-si te hubieras molestado…..
¡Se cortó! ¡Qué frustración! ¡DIOS! ¡COMO ODIO ESTOS APARATOS!
-¿qué pasa con esta chica?
Le digo a Mª Carmen intentando disimular mi frustración.
-no está bien, tiene muchos problemas.
-eso ya me lo imaginaba yo.
-le han dado muchas palizas.
-¿su padre?
Deduzco, nunca habla de él.
-su ex.
-¡madre mía! ¡Pobre!
Mi conciencia me señala.
-lo malo es que no se deja ayudar.
-ya, siempre hablamos de que hay que ser fuertes y decir basta, pero no pensamos en el rastro que deja esa violencia en la mujer o por lo menos yo no.
A lo mejor sí, pero eso me lo callo. Voy a por otro marianito me queda media hora de espera.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

miércoles, 9 de enero de 2013

SIGAMOS


Negra como los angelitos de Machín me acerco al pueblo para ver si lo veo y obligarle a hablarme. Me tomo un café para impulsar más mis nervios y subo al ayuntamiento. No está ¡mierda! Nadie sabe dónde está. Ha salido y punto pelotas. Seguro que saben dónde está y no me lo dicen.
El único sitio en el pueblo donde venden tabaco está cerrado,¡ SOLO ME QUEDA UNO! Su madre estaba muy mal, a lo mejor a pasado a mejor vida, voy a la tienda y pregunto ¿se ha muerto la madre de Milagros? Aun no, me contestan, pues yo ya me la he cargado, pienso, más avergonzada que otra cosa por bocazas.
No me queda más remedio que coger el coche para proveerme de mi vicio, Milagros ha cogido una semana de vacaciones, no voy a contar lo que pensé, porque derecho tiene y mis pensamientos en ese momento fueron muy egoístas.
El siguiente punto de venta es el hotel al que no quiero ni acercarme, hoy es mi día de fiesta después de más de un mes sin salir de allí, mucho trabajo queda por hacer, que se las apañen, por lo menos ellos han cobrado, yo solo he trabajado. No he visto ni un duro ni a mi marido, solo he trabajado. Vuelvo  a intentar la comunicación con el mosqueado, llamo y me coge ¡bien!
-¡hola guapo! ¿Dónde andas? ¿Me compras tabaco? ¿Vas a tardar…..
Me cuelga.
Si supiera la rabia que me da cuando me hace estas cosas, creo que lo sabe, seguro que lo sabe. Pero le importa tres pimientos. Ya llamará, ya, entonces seré yo la que le cuelgue y le deje con la palabra en la boca.
Entiendo su mosqueo, pero ya está bien, ya tenía que saber que yo estas cosas no las hago con mala intención, es que soy así. Las navidades para mí no significan gran cosa y lo sabe. El día de noche vieja quedamos en que por lo menos la cena la haríamos juntos, comenzaríamos el año juntos, no fue posible se me fue el santo al cielo. Las doce me dieron camino de casa, llegué le di un beso, a él a mis hermanas y demás comité, una copa de cava sin cenar ni nada y volví al maldito hotel. El día de año nuevo comimos juntos, en casa de su hermano, pero creo sin equivocarme que no me miró recto ni una sola vez en toda la comida. Me fui a trabajar mal pero con la intención de arreglarlo por la noche. Se me hizo tarde y cuando llegué a casa ya estaba dormido, no quise molestarle además estaba muy cansada.

  Voy al hotel, entro de puntillas, cojo tabaco y me largo por donde he entrado. Pienso. Lo intenté pero la maniobra me llevó dos horas.
Es la una del mediodía, va siendo hora de pensar en comer. Voy a llamarle y veo cuatro llamadas perdidas de él ¡vaya por Dios! Un wass(como se llame) “cuando te salga de los ovarios me coges el teléfono”. El diablillo malo me instiga a esperar a que me llame y luego colgarle, el bueno me dice llámale y arregla hoy el desaguisado. Realmente lo único que hoy me apetece es pasar el día con él, comer con él, verle reír, reír con él, achucharle, besarle, ahí lo dejo, mi imaginación corre que vuela, pero de momento no he conseguido ni hablar con él.
Hasta mañana. Agur.

MARIAN

martes, 8 de enero de 2013

FIN, POR FIN


Ya pasó la navidad sin pena ni gloria, trabajando más que disfrutando, cosa que no me apetecía, disfrutar sí pero no con la excusa de estos absurdos días que llaman de paz y amor. El año tiene trescientos sesenta y cinco días que son más largos que las falsas navidades, mejor quererse todo el año….. En fin no tengo nada de qué quejarme, me quieren tanto que se enfadan conmigo.
¿No quería hacer caja? Pues la hice con sacrificio, pero la hice. Para no ver un duro, se lo ha comido el banco y la seguridad social, otro día hablaré de hacienda que también anda mandándome misivas. La verdad es que fastidia y mucho trabajar tanto para no ver un duro, pero bueno eso menos que debo. Solo es dinero, maldito dinero. Todos tranquilos, la seguridad social y demás ladronzuelos, algún día conseguiré no volver a saber nada de vosotros.
En el hotel todo el mundo contento, todos han cobrado ¡que suerte tienen algunos! Porque yo no he visto ni un duro y el que dice que me quiere, que no lo dudo, está con un mosqueo importante. Le llamo. Hoy tengo fiesta tengo que intentar arreglar las cosas con él, pero no me coge. Le mando un wass(como se llame). Nada. Me pone de los nervios cuando actúa de esa manera. Voy a seguir quejándome otro rato y luego vuelvo a intentar que me haga un poco de caso.
El día de noche buena, no le hizo mucha gracia que no cenara en casa con todos, él se encargó de todo, la compra, hacer la cena (para una vez que lo hace no estoy). A lo que iba, lo dejó pasar, los morros fueron sutiles.
La comida de navidad lo llevó peor, había que ir a casa de su hermano. Pasé delante del regalo que me dejó el Olentzero juro que no lo vi, aunque estuviera en la entrada y lo apartase para coger las botas, no me di ni cuenta, iba a mis cosas. El regalo que dejó el Olentzero para él sigue en el coche dando vueltas, se me olvidó dejarlo. Tengo que admitir y lo admito que soy muy despistada y poco detallista. Cuando mi cerebro procesa mucha información a la vez, siempre deja algo apartado, en este caso a lo que más quiero en este mundo, menos mal que no tengo hijos. Si tuve una hija, entonces si que me gustaban las navidades, sobre todo los regalitos. Pasado que no olvidado. A lo que iba, no me llamó en todo el día, eso tenia que haberme extrañado y mucho, pues no me di cuenta hasta que entré en la oficina con la restos de comida y algún turroncito , me asomé por la ventana , vi que había oscurecido y recuperé su recuerdo ¡Miguel! Pensé. Le llamé.
-¡hola guapo!
-bjuikhytedfgbbjhytrretyujj,juyyttsgstwyeurifgofkdiwuetwrsfau,msjhwyueiiwiwiwiw etc., etc.
-ya, lo siento, es que ando muy liada……
-ieyrtdteyryeyeyey, iioopplliouyggd, loodteeadd.
-ya, ya, iré pronto a casa.
Ya tenía que estar acostumbrado, no soy familiar, ya tenia que saberlo. Mis hermanas lo saben y no me generan ningún problema por lo menos nada dicen, aunque lo hicieran no les haría ni caso y lo saben.
Hoy tengo que solucionar esto, tengo fiesta, llamo. No contesta. Me saca de mis casillas.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN