viernes, 28 de septiembre de 2012

TENGO QUE ENFADARME MÁS A MENUDO


Lo que más me fastidio de todo es que se las apañó, ha dejado claro que es un hombre con recursos, lo que no logro entender es porqué en casa es tan desastre.
Cuando vino a casa a la noche, más tarde de lo habitual por cierto, como si no pasase nada. Yo no saqué el tema, no dije esta boca es mía aunque por dentro me quemasen las ganas de preguntarle qué pensaba poner de comer. Solo pienso intervenir si él me lo pide, pensé, si no, pienso mover un dedo.
Antes de acostarme investigué un poco por si había ido a comprar algo, nada, miré hasta en el capó, nada. Esperé a escucharle roncar y miré las últimas llamadas del móvil, había llamado a las Ventas. Estamos con servicios mínimos y esto no lo es.  Así que llamé yo, a preguntar. No sé para qué llamó, no había encargado nada de comida. En el pueblo mañana está todo cerrado, pensé. A lo mejor piensa que lo de no hacer nada es un farol, pensé. Pues no, esta vez no. Se las va a tener que apañar, pensé.
Esta mañana se ha levantado me ha traído el desayuno a la cama, todo simpático y agradable. Yo que soy una mal pensada he creído que lo hacía para luego pedirme que me hiciera cargo de la comida. Pues no, nada ha dicho. Yo no he sacado el tema.
Salió de casa, yo no sabía muy bien qué hacer, si vienen mis hermanas con sus respectivos y descendencia y no hay nada preparado ¡que ridículo! Yo no las he invitado, decía yo para justificar, las cosas no se hacen así. Pero no pienso ceder, al fin y al cavo son mis hermanas, una buena tortilla de patatas, tengo cosas en el congelador. Voy a esperar a ver por dónde salen los tiros, decía yo.
Me fui al pueblo a dar una vuelta, hoy ni café ni nada, todo cerrado. La plaza estaba abarrotada, había concentración. Me he unido a ella. De Miguel nada, ni rastro ¿Dónde andará? Pensaba yo.
Veo pasar el coche de mi hermana me he hecho la despistada, luego mi otra hermana y un poco más tarde mi sobrina. Yo como si nada he seguido concentrada, charlando con unos y con otros de los motivos de la huelga.
He vuelto a casa a las dos, dispuesta a ponerme a pelar patatas o lo que fuera que se me ocurriese.
Alucinada me he quedado por el trajín que se traía, con delantal y todo, que no sé de donde lo ha sacado. Olía de maravilla. Después de saludar he entrado en la cocina, el a entrado detrás de mí con una cara de interesante que lo flipas.
-prueba a ver si está bien de sal.
Me dice como haciéndome un favor. ¡Será posible!
-un poco soso.
Le digo más chula que un ocho, degustando un rico conejo guisado. Ahora me dirá que lo ha cazado, he pensado sonriendo para mis adentros. Con una prepotencia inusual en él me dice.
-pon la mesa
-¿qué mantel quieres que ponga?
Se planta a un palmo de mi nariz y me dice.
-el que te salga de los huevos.
No puedo evitar agarrarme a su cuello y besarle. Estaba especialmente guapo.
-¡bruja!
-voy a poner la mesa, voy a tener que enfadarme más a menudo contigo. ¿Para qué llamaste a las Ventas?
-no es asunto tuyo cotilla.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

martes, 25 de septiembre de 2012

¡QUE SE LAS APAÑE!


El teléfono no para de sonar, en esta puñetera casa no hay manera de echarse una siesta ¿Quién demonios será ahora?
Mi hermana, que dice que el día de la huelga viene a comer, pues muy bien. Me lo podía haber dicho dentro de una hora, hay paz. Ahora que lo pienso, es un poco raro, mi hermana no es e las que se auto invitan, de todas las formas da lo mismo, es raro pero da lo mismo. El novio que se ha echado parece majo. Recuerdo cuando hubo apuestas de que ella y Joxetxo, el hermano de Manuel, se liarían. Menos mal que no fue así, porque hubiera ido de Guatemala a Guatepeor. El tal Ramón, el de ahora digo, por lo menos tiene trabajo, es simpático, parece que la trata bien, no hay más que ver la cara de mi hermana, se la ve bien, de verdad que me alegro. Aunque eso no justifica que se auto invite, haya pa. Otra vez el teléfono ¡qué pesadez! ¡Como me agobia ese chisme!
Mi hermana la pequeña, más de lo mismo. Esto aun es más raro. Aquí hay gato encerrado, el mío no es, anda por aquí revoloteando, aunque alguna vez ya lo he encerrado sin darme cuenta en el armario ¡tiene una manía de meterse en los armarios! Cosa del gato no es, a lo mejor es cosa de Miguel, aunque no lo entiendo, no me ha dicho nada de que ha invitado a mis hermanas, eso tendría que hacerlo yo. Luego se lo preguntaré.  Por cierto no sé nada de él en todo el día, eso también es raro, mejor le llamo. Apagado fuera de cobertura. Más tarde.

¿No es mañana el día de huelga? ¿Qué se supone que vamos a comer? ¡Mañana esta todo cerrado! ¡Ya me estoy agobiando! ¿Dónde andará Miguel?  Es que yo alucino con la pachorra de este hombre, invita a un montón de gente y no se preocupa de lo que van a comer. ¿Porqué será tan organizado en sus cosas y en casa es tan desastre? Su casa también son sus cosas, vamos digo yo. Me irrita su parsimonia, luego me verá toda agobiada y no lo entenderá. Ahora tendría que pasar yo de todo, ¿no ha sido él el que ha  invitado? Pues que se preocupe él. ¡Coño ya! Que tiene un morro que se lo pisa. Ahora mismo me va a escuchar. Más vale que me coja el teléfono.
Apagado fuera de cobertura. Espera que lo pille, de momento me voy a hacer algo de compra. A tomar por saco la siesta, es que me pone del hígado. Bueno da lo mismo, voy y punto.
Paso por el pueblo, allí me lo encuentro más ancho que pancho, todo sonriente, desplegando todos sus encantos y ¡yo toda histérica! bajo la ventanilla.
-voy ha hacer algo de compra.
-se me había olvidado decirte, mañana vienen tus hermanas a comer.
-¿a si? No tenía ni idea. ¡Tienes un morro!
-no es para tanto un fallo lo tiene cualquiera.
-acompáñame.
-no me apetece.
¡Encima provocando!
-tú, las has invitado, tú, te las apañas con la comida. Yo no quiero saber nada. ¡Me voy a casa!

Hasta mañana. Agur.

MARIAN

sábado, 15 de septiembre de 2012

OTRO QUE TAMBIEN CAZA


Y al que le tengo dicho que la caza ha de llegar a casa limpia. Estoy rodeada de cazadores, que por cierto me tienen cazada, ninguno de los dos tiene necesidad de cazar para comer, lo hacen por afición, la diferencia es que uno lo hace en el jardín, sin más armas que sus garras y el otro tiene todo un arsenal para realizar su cometido.
Intenta convencerme para que vaya con él, todos los años salen fuera dos semanas, ¿qué se supone que tengo yo que hacer allí? Dice que la mujer de Iñaki también va y se lo pasa bien, pues mejor para ella. A mí no se me ha perdido nada allí, además ¿con quién dejo a calcetines, mi bebe gatuno? Además tengo que trabajar, que no puede ser, que no, diga lo que diga.
Ahora recuerdo que el año pasado por estas fechas aún no habíamos hecho pública nuestra relación y no pude ir a la cena que hacen cazadores. Este año de eso no me salva ni el apuntador, en fin a lo mejor se me ocurre una buena excusa y me libro.
En esto andaba mi cabeza cuando Susi, la mujer de Iñaki, me ha llamado, intentando convencerme de que vaya con ella. Le he dicho que me lo pensaré. A los cinco minutos, Mari Jose la cartera del pueblo y mujer de otro cazador, me llama con la misma historia. Me lo pensaré he contestado. A los cinco minutos, Ángela más de lo mismo. Así tres llamadas más. Me lo pensaré he contestado a todas. No se qué hacer.
Se lo he comentado a Luisa y su respuesta me ha dejado pensativa. Dice que ya va siendo hora de que me haga mi círculo de amigas. Eso me lleva a compromisos en los que no se si me apetece entrar, me gusta andar a mi aire. Una cosa no quita la otra, me ha contestado.
Lo he hablado con Miguel, su respuesta también me ha dejado pensativa. Dice que le gustaría que participase más en su vida, que siempre ponga pegas a la hora de relacionarme con su círculo de amigos, que siempre tiene que ir solo, porque siempre busco excusas tontas para no ir. Lo peor de todo es que tiene razón, pero es que yo soy así.
Nunca he tenido amigas, muchas conocidas, pero lo que se dice amigas no, lo malo del asunto es que no se si quiero tenerlas, creo que estoy bien así. También se que es egoísta por mi parte no querer participar en las cosas que son importantes para él. Tendré que aceptar aunque solo sea por él. Ya veré lo que hago, porque ahora mismo soy incapaz de fabricar una excusa medianamente convincente para no hacerlo. A lo mejor se me ocurre alguna, todo es ponerse. Una gripe, un dolor de muelas, un cólico…. Mal voy así, que ya me conozco, solo tengo que quererlo y alguna de estas cosas me pasará.

Hasta mañana. Agur

MARIAN

viernes, 14 de septiembre de 2012

EL GRAN CAZADOR

EL GRAN CAZADOR

Lo mejor del día es la vuelta a casa, hay alguien que me espera, que se alegra de verme, quizá interesadamente, pero al fin y al cabo da muestras de su alegría al verme. Dice Miguel que es por interés, porque soy yo la que le pone la comida, yo tengo mis dudas, no voy a hacer la prueba, no puedo dejar de ponerle la comida para comprobarlo, pobre, lo mataría. El caso es que el otro día, me entretuve con calcetines, se me pasó el tiempo sin enterarme, es un cochorro y necesita de atenciones, me veo corriendo por toda la casa persiguiéndole, cuando dejo de hacerlo maúlla hasta que le vuelvo a hacer caso de nuevo. El caso es que se me fue el santo al cielo y cuando Miguel vino la cena ni tan siquiera había salido del congelador.
No le hizo mucha gracia, lo tengo mal acostumbrado, alguien se ha cruzado en nuestro camino y la verdad es que me tiene enganchada, nunca lo hubiera pensado pero así es. A Miguel le ha salido un competidor en mi atención. Creo que si lo llega a saber no nos presenta. Ahora ya no hay remedio, se ha hecho la dueña de mi corazón y mi tiempo. No soy muy cariñosa con los animales, pero este me tiene gilipollas perdida. Miguel tiene dos perros de caza, prohibido la entrada en casa, bajo ningún concepto, calcetines comparte el sillón con nosotros.

Cuando le dije a Miguel que había pedido hora para el veterinario, se rió de mí, solo es un gato callejero al que le ha tocado la lotería al dar contigo. Yo creo que es justo al revés la afortunada de tenerlo soy yo.
 Nunca hubiera pensado que una cosa tan pequeña y tan revoltosa iba a llenar mi vida de esta manera.

Hay algo en él que me inquieta, caza, dicen que es muy pequeño para eso. Yo tengo mi teoría al respecto. Me parece a mi que este gato se perdió o alguien lo abandonó, el caso es que es tan lista y superviviente que para sobrevivir aprendió a cazar, su instinto cazador se desarolló antes de tiempo. El caso es que al principio cuando correteaba por el jardín ya le vi alguna vez con alguna lagartija jugando, hasta a veces se la comía. Luego comenzó a meterlas en casa aún vivas jugaba con ellas y cuando las mataba las dejaba abandonadas, eso es que no tiene necesidad de comérselas, pensaba yo. La le advertí que no tenia necesidad de cazar que yo proveería para ella. El otro día estaba sentada delante del ordenador cuando la vi entrar con un topito vivo en la boca, me pareció un ratón. Me puse nerviosísima,  no me atrevía a quitárselo, pero no lo quería en casa. Dicen que para educar a los gatos hay que ustarles, yo ulitizo una pistola de agua para ello, de poco me sirvió, no soltaba su presa. Al final fue Miguel el que soluciono el problema. No hace falta que me enseñes lo que azas, le dije a calcetines, con que me lo cuentes es suficiente.

Hasta mañana. Agur.
MARIAN


domingo, 9 de septiembre de 2012

DICEN QUE ME VAN A QUITAR LA CASA, LO LLEVAN CLARO.


Vuelta a la vida normal, a las preocupaciones que no dan tregua. Notificación de la seguridad social, que dicen que van a ejecutar el embargo sobre mi casa, así, para empezar bien el día. No conozco bien las leyes, pero mi casa ahora la ocupan cuatro inquilinos, a lo mejor no es tan fácil quitármela, por si acaso he mandado la carta por fax a Miguel, por compartir las preocupaciones más que nada, para que cuando le hable mal, sepa de qué va la cosa.
Como no me contesta me voy a tomar un café descafeinado, que se me atraganta cuando Nekane se sienta a mi lado, mantengo lasa formas y saludo cortésmente.
-¿tienes un momento para atenderme?
-tú dirás.
-aquí no, en la oficina.
-de acuerdo.
Con el café vuelvo a la oficina.
-tú dirás.
-deberíamos arreglar lo nuestro.
-¿hasta la próxima? No me seduce la idea. Para bien o para mal en esto estamos metidas las dos. Ojalá se vendiera el hotel mañana mismo, porque parece ser que aquí la única que tiene responsabilidad soy yo, las cosas van mal y a por mí van. ¿A ti no te llegan notificaciones de la seguridad social?
-si, pero en teoría soy insolvente, lo único que tengo es parte del hotel.
-afortunada tu, porque yo si tengo cosas a mi nombre, la casa que quieren quitarme la `pagué con el sudor de mi frente, madrugando todos los días, todos, incluidos sábados y domingos, trabajando doce horas diarias, me dejé el pellejo en el empeño. Ahora alguien se cree con el derecho de quitármela. Esta balanza no está equilibrada, no es justo. Así que lo último que me apetece en este momento es aguantar tu tontería, tus aires de marquesa. No, el único vínculo que tengo contigo es económico y salgo mal parada. Ojalá apareciese un comprador hoy mismo. He tenido que sacar el poco dinero que tenía en el banco porque me lo estaban quitando y muchos más inconvenientes que ni me voy a molestar en relatarte. No pienso aguantar la más mínima tontería, si quieres colaborar, estupendo. Lo que más me fastidia, es que sé que le voy a dar la vuelta a todo este asunto y tú te vas a ver beneficiada por ello.
La puerta se abre, aparece Miguel. Su cara de preocupación me descompone, nunca le he pedido nada como alcalde, se que de muchas cosas podía beneficiarme por su cargo, también sé que a él no le gustaría que lo hiciera.
Pasando completamente de Nekane a la que ni ha mirado a la cara me dice.
-cuando tengas un momento tenemos que hablar, espero en la cafetería.
-no hace falta, Nekane ya se iba.
Nekane desaparece.
-¿qué hace esa aquí?
-no lo sé, no la he dejado hablar.
-la casa no te la pueden quitar por lo menos de momento, pero los coches sí.
-pues estamos bien. ¿Qué puedo hacer?
-ir a hablar con ellos.
-ya lo hice y no saqué nada en claro. Estoy en un punto en que ya no respondo de mi reacción ante la administración, cualquier día voy y le meto una hostia al …..
-tranquila, tranquila, que te estás alterando demasiado, así no se arreglan las cosas.
-me estoy avinagrando, para que luego venga esa queriendo tregua, cuando la balanza esté equilibrada.
-¿no decías que no le habías dejado hablar? No le des pié a nada, Marian, que nos conocemos.
-que no, que no, tranquilo.
-eso espero.

Hasta mañana. Agur.
MARIAN

viernes, 7 de septiembre de 2012

¡QUE SABRAN ELLOS!


Ya estoy de vuelta del viaje, todo muy bien, sol, playa, largas caminatas mañaneras, paseos nocturnos, comilonas, súper desayunos. Sin que nadie se entere me he aburrido un poco, se me ha hecho la semana un poco larga, nada malo tengo que contar, todo tan bien y tan correcto que se me ha hecho aburrido. Algún momento bonito ya  ha habido, pocos, quizá sean cosas mías o mi actitud, la de no saber apreciar lo que tengo, la de no saber vivir el momento, el presente, no lo sé. Pero bueno, todo bien. Ya estamos de vuelta.
Cuando Luisa me ha preguntado, cosas mías seguro, pero he tenido la sensación de que no tenía ninguna súper aventura que contarle . aunque luego mientras trabajaba, me he dado cuenta en que a lo mejor el hecho de que hayan sido unas vacaciones tranquilas, es bueno, por lo menos bajo mi punto de vista, significa que mi estado de animo ha sido bueno, es la realidad, he estado muy tranquila, ni tan siquiera me he levantado de mal humor, ni cuando se empeñó en madrugar todos los días y no me dejaba en paz hasta que me levantaba. Cuando nos sentábamos en una terraza después del paseo nocturno y estaba muy a gusto e insistía en que teníamos que recogernos para prepararnos para la ruta establecida de ante mano, por él claro está, terminaba la bebida rápidamente y de su brazo a dormir. Cuando en la sobre mesa estaba a gusto y no me apetecía darla por concluida, porque la charla que teníamos era amena e interesante, se empeñaba en ir a la playa, con el argumento de que podíamos hacer lo mismo rebozados en arena, sin darse cuenta de que así cortaba la conversación.
Al tercer día un poco o quizá un mucho cansada de tanto orden y organización le escondí el reloj, esperé a que se durmiera y desconecte el despertador, no sirvió de nada, se despertó igual.
Al siguiente día adelante el despertador dos horas, con un poco de suerte, lo apaga y como aún no es la hora se vuelve a dormir y se despista. De nada sirvió.
Al día siguiente le escondí las deportivas, de nada sirvió, fue con chancletas. Esa noche al ir a ducharme, no encontré mi ropa interior. Tuve que lavarme la que llevaba puesta para ponérmela al día siguiente. Cuando me levante había desaparecido. Como represalia le escondí el bañador. Fue a la playa en slip. Por la noche esperé a que se durmiera e hice desaparecer todos sus slips. En algún momento me debí dormir, porque cuando me levante también había desaparecido mi bikini, era lo único que me queda, lo usaba como ropa interior. Si bien es cierto que ese día salimos una hora más tarde. Al mediodía, cuando subí a la habitación antes de comer, me encontré un sujetador encima de la cama, ¡mira qué majo! Pensé, no te gusta que ande sin sujetador, pues no me lo pienso poner, pero todo se quedó en un rebelde pensamiento, me lo puse, pero solo por estética, no por hacerle caso. Por lo menos, pensé hoy no hay playa. Me equivoqué. De su brazo acabamos en una  playa nudista, que por cierto yo no sabía de su existencia, por lo visto él sí.

Pensándolo un poco mejor ahora que lo pienso las vacaciones no han sido tan aburridas, claro que esto no se lo voy a contar a Luisa.
Tanto jugar con los relojes y despertado, el ultimo día nos dormimos, casi perdemos el avión de vuelta, para gravar la cara de Miguel, hasta que nos embarcamos. ¡Tenía un mosqueo!
Cuando deshice las maletas eché de menos algunas cosas ¿Dónde metería mi ropa interior? A saber, se habrá quedado en la habitación, seguro que con las prisas se le olvidó recuperarla. Habrá que reponer lo perdido.
Calcetines, mi gatita, se quedó al cuidado de Josema el hermano de Miguel, pensaba que no me reconocería, pues solo estuve con ella dos días, sin embargo en cuanto la cogí en brazos se acomodó en ellos y enseguida ronroneó, se acuerda de mi, dije, por respuesta se rieron los dos ¡qué sabrán ellos! Yo se que me reconoció.

Hasta mañana. Agur

MARIAN

jueves, 6 de septiembre de 2012

FIN DE UN LARGO DIA

La fiesta acaba en la presa, donde todo el mundo va a bañarse, después de pasar por el pueblo, donde la gente espera a ver pasar a todos los juerguistas.
Nosotros cogemos un atajo  y nos vamos directamente a casa, ya vale por hoy, parte de mi familia nos sigue, los jóvenes se quedan hasta el final.
Dejamos a mi familia en mi casa, demasiada gente para tan pocas duchas.
Me ducho, me acomodo, me siento feliz pero cansadísima, así que con el gato acurrucado en mi regazo, me acomodo en el sofá.
-¿así vas a salir?
Me dice, mirándome de arriba abajo.
-¡vaya novia!
-¡bah! Solo era un trámite, ahora vida normal, ven ya te hago un hueco entre calcetines y yo.
-tengo mesa reservada en las Ventas, habrá que darles  de cenar a tu familia.
-que cenen en su casa, la fiesta se ha terminado.
-no entiendo tu actitud, te he visto disfrutar y reírte con tus hermanas, estas a gusto con ellas, no puedes negarlo.
-ni lo intento, pero más vale poco y bien que mucho y mal.
- venga, ya no hay marcha a atrás, esperan que vayamos, ya no hay más remedio.
-no me apetece nada, la verdad. Estoy muy cansada.
Pero cedo, haya paz, todo sea por las buenas relaciones, además, según me voy preparando va informándome, no cenamos solo con mi familia, también con la suya, una pregunta se queda en el tintero ¿Nahia? No sé el motivo por el que no lo pregunto.

Llegamos a las Ventas los últimos. Vuelven las felicitaciones, los abrazos y demás arrumacos ¡como me agobian esas demostraciones de no sé qué! A lo mejor es cariño….
El caso es que nos han preparado una mesa preciosa, quedan tres huecos vacios, los más jóvenes se han descolgado de la boda de su tía, han preferido la fiesta del pueblo. Los hijos de Miguel están los dos, incluida Nahia, a la que he visto en el “asau” de pasada, la que no me ha felicitado por el enlace con su padre, a él sí a besado, a mí no. Bueno, por lo menos ha venido, pienso, ya es algo.

La velada resulta amena, me siento muy cansada, Miguel está en su salsa, bla, bla, bla, no caya. Pillo Nahia varias veces mirándome de reojo, le sonrío, no se me ocurre otra cosa, si me diese la más mina oportunidad, bueno por lo menos me mira aunque no lo haga abiertamente. Podría haberse quedado en el pueblo sin embargo ha venido. Ya es algo. Algo en mi me advierte de que las demostraciones de cariño hacia su padre, las tengo que dejar para otro momento, el alcalde me lo pone fácil, no me presta la más mínima atención.
Otra tarta nupcial aparece, esta vez custodiada, por tres empleados vestidos con los trajes regionales. Dejan la tarta en su sitio. Miro a Miguel mientras bailan el “Aurescu” está emocionado, aguantando el llanto, yo también aguanto la llantina al verlo a él emocionado. Si alguien conoce las tradiciones vascas, entenderá el momento.  Haciendo la reverencia pertinente desaparecen.
Este detalle de los empleados ha descolocado a mi marido, no lo esperaba, ni yo tampoco, la verdad. Repetimos el rito de partir la tarta, esta vez lo realizamos hasta el final, un ligero roce de nuestros labios a modo de beso, pero una mirada que hace que mi corazón de desboque ¡qué dominio tiene de sus sentimientos!  Aguanto las ganas de besarle, abrazarle, pellizcarle, darle un mordisquito, besar su rostro, no es el momento adecuado, ya llegará, pienso, ya llegara. Aguanto mi arrebato, sonrío y miro a Nahia de reojo, como ella hace y la sonrío a ella también. Cojo mi copa de cava, primer brindis con mi marido, que también me mira de reojo ¡Qué manía hay en esta familia de mirar de reojo! El siguiente brindis se lo ofrezco a Nahia, que lo acepta quizá un poco forzada por la situación, podría haberme despreciado, no lo ha hecho, ya es algo.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN.

martes, 4 de septiembre de 2012

NO HE BEBIDO LO SUFICIENTE PARA OLVIDARME DE MI PUDOR


Con el vestido hecho un desastre, pero aún recuperable, confío en mi maña para las manchas, de la camisa del alcalde  mejor no hablar, no la salva ni un milagro, solo es ropa, como él bien  ha dicho, este no le da importancia a nada, a veces me exaspera su pachorra.
Esta es una fiesta organizada por los jóvenes y para los jóvenes. La guerra de guarradas a sido divertida, ya no queda nada que tirarse, solo risas y baile amenizado por la charanga ¡eso era lo que yo pensaba!, como siempre peco de ilusa.
-¡viva los novios¡
Alguien tiene la osadía de llamarnos novios, miro hacia el descarado y veo una preciosa tarta nupcial camino de nuestra mesa, custodiada por Joanes, el hijo de Miguel y por cuatro o cinco jóvenes llenos de barro hasta las orejas. Ya se los motivos, ahí decididamente me niego a participar. El caso es que dejan la tarta delante nuestro, con una botella de cava.
-¡que se besen!
Eso sí, pienso, al fin y al cavo es mi boda aunque no lo parezca. Como las cosas hay que hacerlas bien, primero hay que partir la tarta con un ruido infernal, entre griterío de la peña y la fanfarre intentando tocar el ya se han casado, tan típico, coreada por unas doscientas borrachos con ganas de cachondeo. El acto se realiza como manda la tradición, el beso, todo lo apasionado que se puede dadas las circunstancias, hasta ahí todo bien.
No le había dado el primer mordisco a la tarta cuando una buena porción nos cae encima, ya comeré tarta otro día, pienso, masajeando mi ración sobre la cara del culpable de todo el desaguisado. No pido mucho, no quería una ostentosa boda, pero si un poco más tradicional. Tres veces me he casado, aún no he conseguido una boda convencional cada cual más atípica, bueno es lo que hay. Por lo menos en esta me estoy divirtiendo y mucho. No se lo que costó la tarta pero desde luego creo que nadie la he dado un mordisco. Es lo que hay. La culpa es mía por no preguntar.
Llegados a este punto toca meterse en el rio, a lo cual me niego en redondo, no por el rio si no porque para conseguir el objetivo hay que bajar por la única rampa que hay, en la cual los jóvenes se han esmerado en embarrarla de tal manera que hasta los pies desaparecen en el barro.
-¿un bañito, consuerte?
-¡NO!
-si te llevo en brazos ¿te metes al rio conmigo?
Dice en un tono y con una mirada que me desarma, no puedo evitar besar esa cara toda llena de tarta y demás mejunjes e intentar complacerle, porque es lo que me pide el cuerpo en ese momento, desde el beso no sé cómo ha sido pero ha vuelto el romanticismo, las miradas cómplices, el deseo de pegarme a él y no separarme. Se ha dejado hacer de todo, él solo ha jugado conmigo, lo poco que me ha manchado lo ha hecho con cariño y delicadeza, yo no, yo he aprovechado para vengarme no sé muy bien de qué y él se ha dejado hacer. Así que me quito los zapatos y me subo a horcajadas sobre él.
El paso por la rampa es accidentado acabamos los dos revolcándonos en el barro, riendo, embadurnándonos, dejando que nos embadurnen. Hay quien paga un pastón por esto, me digo, yo lo tengo gratis. Con el vestido insalvable, ni un milagro lo salva de la quema. Entre risas nos lavamos mutuamente, aprovecho para acariciar su cuerpo, jugar como dos críos en el agua, entre salpicones y risas.
-esto se me ha ido de las manos, alcalde.
Sonríe pícaramente.
-primero, consuerte, deja de llamarme alcalde y segundo, sí, por primera vez desde que te conozco te hs dejado llevar por el momento, has disfrutado y tercero, sal del agua pegadita a mí.
De mi bonito vestido azul de ceremonia solo queda un trapo mojado que se pega a mi cuerpo, que de repente me siento desnuda, que  no he bebido lo suficiente para olvidar mi pudor, y parece ser que ni el de mi marido.

Hasta mañana. Agur.

MARIAN